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lunes, 6 de julio de 2020

Enfermería del Trabajo lamenta que la prevención se siga viendo como un gasto y no como una inversión

Profesión
aliciaserrano
Mar, 07/07/2020 - 00:00
Coronavirus y falta de seguridad
La AET está trabajando arduamente en la vuelta segura de los trabajadores a sus lugares de trabajo, elaboramos guías para colectivos concretos, o para actividades con mayor riesgo.
La AET está trabajando arduamente en la vuelta segura de los trabajadores a sus lugares de trabajo, elaboramos guías para colectivos concretos, o para actividades con mayor riesgo.

La pandemia de la Covid-19 ha dejado en evidencia la prevención de riesgos laborales y la seguridad y salud de los trabajadores. La falta de EPI y la distribución de material defectuoso, además, ha resultado determinante para que España esté a la cabeza del mundo en número de sanitarios contagiados.

Pero a pesar de ello, la Asociación de Especialistas en Enfermería del Trabajo (AET) está convencida de que los Servicios de Prevención de Riesgos Laborales saldrán reforzados de esta crisis sanitaria. Así lo cuenta Ana Guerra Cuesta, enfermera del Trabajo, miembro de la junta directiva de AET y presidenta de AET en Castilla y León.

-PREGUNTA: ¿Saldrán reforzados los Servicios de Prevención de Riesgos Laborales tras la pandemia?

-RESPUESTA: Espero que sí. De hecho, si queremos aprender de los errores deberemos invertir mucho más en prevención, en formar más profesionales y en ofertar puestos de trabajo para que puedan trabajar como especialistas. Este año se ha mejorado la oferta EIR con 62 plazas para enfermería del trabajo. A todas luces insuficiente a la vista del trabajo pendiente en materia de salud laboral que hay en todas las administraciones.

Es importante dimensionar adecuadamente las plantillas de los servicios de prevención, que se pueda supervisar de cerca cada puesto de trabajo, que se les permita incluir su criterio en las decisiones que afectan a la seguridad y salud de los trabajadores, y que se refuercen medidas de prevención colectivas y organizativas que mejoren la eficacia de los EPI, en los que no puede basarse únicamente la protección de los trabajadores.

Aquí tienen mucho que decir también los higienistas industriales, a los que no se ha consultado en esta pandemia.

-P: ¿Por qué no ha habido suficientes EPI en esta crisis sanitaria?

-R: Si desde el comienzo de la alerta se avisa a todos los estamentos implicados del riesgo real y la envergadura de lo que venía, seguramente habría dado más tiempo a organizar una respuesta más coordinada, que refleje todos los aspectos a tener en cuenta a la hora de la prevención y de la asistencia, incluida la formación de los profesionales. Aunque es un tema de salud pública, afecta de lleno a la salud laboral. Los riesgos biológicos deben abordarse coordinadamente con las especialidades técnicas y sanitarias de los servicios de prevención.

Ana Guerra Cuesta, enfermera del Trabajo, miembro de la junta directiva de AET y presidenta de AET en Castilla y León.
Ana Guerra Cuesta, enfermera del Trabajo, miembro de la junta directiva de AET y presidenta de AET en Castilla y León.

Hace falta abrir un debate sobre el papel que se está dando a los servicios de prevención y a la Prevención de Riesgos Laborales. Su función es la de proteger de manera efectiva la salud de la población que atienden, en cuanto a los riesgos derivados del trabajo se refiere.

Si ese objetivo lo supeditamos a un beneficio económico, sin el cual no hay actividad, se está relegando la actividad sanitaria de los servicios de prevención a un mero examen de salud, que no va a tener ninguna utilidad si no va más allá (mejora de las condiciones de trabajo, detección de riesgos no contemplados en la evaluación, detección precoz de sensibilidades, detección de alteraciones derivadas de las condiciones de trabajo, análisis de las posibles interacciones entre la salud del trabajador y los riesgos a los que está expuesto en el trabajo..).

Todo eso lleva un tiempo, y hay que dedicarlo tanto en el examen de salud como en una etapa anterior (visita del puesto de trabajo) y posterior, que hará de la vigilancia de la salud la herramienta preventiva que es en realidad, y no un mero papel a guardar en el cajón. Si se antepone el criterio económico o no se nos escucha en las decisiones que toman las direcciones, no podemos hacer nada.  

¿Cuál es la importancia de estos servicios? En la administración donde trabajo se valora y remunera mejor un puesto de administrativo, con todos mis respetos a los compañeros, que el puesto del enfermero especialista.

-P: Muchos servicios de prevención han hecho Ertes a sus profesionales durante la pandemia…

-R: A pesar de que el trabajo que hemos asumido ha sido brutal y la situación acuciante. Esto deja ver que la PRL no está siendo utilizada con el fin para el que se ha concebido. Y que es mucho más eficaz la prevención asumida con medios propios desde las empresas. Eso exige una inversión sin duda, rentable a corto-medio plazo en cuanto se evitan daños a la salud de los trabajadores.

Pero a día de hoy la prevención tristemente se ve como un gasto, no como una inversión. En mi trabajo no hemos tenido ningún contagio laboral hasta la fecha. Eso demuestra que la prevención funciona y es rentable, cuando los profesionales se implican.

Sería útil rebajar las ratios, fomentar la creación de servicios de prevención propios y dar libertad de actuación a los profesionales para que, con los criterios marcados por organismos oficiales, hagan de la prevención una herramienta eficaz de prevención.

La prevención funciona y es rentable, cuando los profesionales se implican

Pienso que en esta pandemia ha habido muchas interferencias en lo que debería haber sido una gestión preventiva, con respeto a criterios técnicos y sanitarios, sin ningún tipo de impedimento por parte de otros estamentos.

-P: ¿Habrá denuncias de trabajadores contagiados debido a las condiciones laborales (falta de EPI…) que se han visto a lo largo de la pandemia, como recoge el artículo 316 del Código Penal?

-R: Espero que no, creo que no se trata de culpar a los compañeros (que lo han hecho lo mejor posible dentro de su limitada  capacidad de maniobra) de falta de previsión, cuando hay un estamento político con responsabilidad en las decisiones que se toman a ese nivel.

La falta de EPI no es responsabilidad de los SP, porque no han sido avisados a tiempo de la dimensión de la pandemia ni de la posibilidad de desabastecimiento del mercado, ni de la introducción de falsificaciones en el mismo, ni se ha publicado desde el principio un criterio oficial claro y fiable para aceptar o rechazar determinados equipos.

Con posterioridad se han ido establecimiento los mecanismos de paliar estas situaciones, ha ido existiendo más disponibilidad, pero hemos vivido situaciones lamentables, que nos han quitado el sueño cada día a cada uno de nosotros a pesar de no ser responsables de un desabastecimiento que se debía haber previsto a nivel central.

Ahora sí sabemos que hay que hacer acopio, insistimos, lo recomendamos. Pero no somos escuchados. ¿De quién es la responsabilidad?

-P: En un reciente estudio de Satse se ha visto que casi no se ha formado a los enfermeros en el uso de los EPI. ¿Se está subsanando?

-R: Sí, se está haciendo mucha formación a ese respecto, me consta que en los centros sanitarios se hace mucha formación en colocación y retirada de EPI.

-P: ¿Está la AET preparando algún protocolo/guía de actuación en caso de posibles rebrotes?

-R: Estamos trabajando arduamente en la vuelta segura de los trabajadores a sus lugares de trabajo, elaboramos guías para colectivos concretos, o para actividades con mayor riesgo. Hemos participado en un protocolo para consultas de odontología, prevención en salas de función pulmonar, para fuerzas y cuerpos de seguridad, una guía de cuidados en el teletrabajo, hemos planteado valoración de riesgos psicosociales en los profesionales sanitarios tras la pandemia…

Ahora sí sabemos que hay que hacer acopio de EPI, insistimos, lo recomendamos. Pero no somos escuchados. ¿De quién es la responsabilidad?

Participamos muy activamente en la redacción de muchos de los documentos que elabora el Ministerio de Sanidad y que nos afectan como colectivo o a la salud de la población trabajadora. Y mantenemos un grupo de trabajo muy activo de nuestra sociedad científica junto con el Consejo General de Enfermería y otras sociedades enfermeras.

Pero somos muy pocos los que dedicamos nuestro tiempo personal de descanso tras las largas jornadas de trabajo a participar activamente en este tipo de colaboraciones.

En el caso de rebrotes, que los habrá, la competencia de actuación será del Ministerio de Sanidad, tenemos que seguir su estrategia. Pero desde AET nos preocupa el papel de las personas asintomáticas en la transmisión, y trabajamos sobre esto. Aunque parece que no tengan la relevancia que pensábamos en un principio, creo que es un punto clave sin controlar, y por el que no se quiere entrar.

A la luz de los positivos que arrojan las pruebas de detección realizadas con carácter previo a algunas intervenciones sanitarias, el siguiente paso a seguir será ir a buscar ordenadamente y con criterio posibles focos entre personas asintomáticas. Mientras no tengamos esa capacidad, van a ir provocando brotes en la comunidad, más o menos intensos en función del contacto entre personas y de otros factores de peor control.

El siguiente paso a seguir será ir a buscar, ordenadamente y con criterio, posibles focos entre personas asintomáticas

-P: ¿Os han preguntado las consejerías?

-R: Las consejerías no nos han consultado, toman el relevo del Ministerio en cuanto a la gestión adaptada a sus particularidades, pero hasta ahora no hemos recibido petición de colaboración. Desde aquí les enviamos ofrecimiento de colaboración y consulta como sociedad científica, a todas ellas.

-P: ¿Se está invirtiendo en desarrollar condiciones seguras para los trabajadores?

-R: Eso depende un poco de todos los implicados. Los servicios de prevención proponen medidas, adaptadas a la realidad de cada puesto de trabajo, que deben ser llevadas a cabo por las empresas, y cumplidas por los trabajadores.

En su eficacia influirá que sean factibles (a veces es misión imposible garantizar una exposición controlada al riesgo, dependerá del tipo de trabajo), la actividad de la empresa, la implicación del empresario en la integración de la prevención en todas las actividades y procesos, la implicación de los profesionales técnicos y sanitarios en el asesoramiento necesario a las empresas, la percepción del riesgo del trabajador y el cumplimiento de las medidas planteadas.

Todo es mejorable. Por desgracia vivimos en un país poco proactivo. Solemos más bien reaccionar a lo que ya palpamos como algo presente.

No estamos preparando con la agilidad necesaria una nueva respuesta. Volveremos a vernos en una situación similar, pero con unos profesionales cansados, desgastados, desmotivados, que hemos sido arropados por la sociedad, pero a los que no se les ha dado el debido reconocimiento institucional en forma de valoración de sus puestos, de la responsabilidad real que ostentan, la especial complejidad, dedicación y necesidad de continua actualización que exigen estos colectivos.

Los profesionales necesitamos descanso, mejoras en la valoración de los puestos de trabajo, acabar con la precariedad laboral de nuestros contratos, y que se respete nuestro criterio técnico. Debemos cuidar de quien nos cuida.

-P: ¿Cómo habría qué anticiparse a los riesgos de la Covid-19, según la AET?

-R: Es un tema complejo, hay que dar una respuesta multidisciplinar para la que cada sociedad científica debería poder aportar su punto de vista.

En cuanto al colectivo enfermero, hemos visto la acuciante necesidad de tener formadas enfermeras especialistas. Nos hacen falta. Están pendientes desde el año 2005. También se ha puesto de manifiesto la pobre ratio enfermera/paciente que tiene este país. Hay que invertir más en medios técnicos en los centros sanitarios, muchas veces obsoletos. En medida de justa eficiencia para poder ofrecer un servicio de calidad.

Enfermería debe ver reconocidas todas sus competencias para mayor agilidad del sistema sanitario. Debe poder asumir con normalidad su responsabilidad en la prestación de cuidados que efectivamente hace, con total autonomía técnica y científica.

Estamos infrautilizadas e infravaloradas, podemos asumir mucha más responsabilidad: nuestra cualificación, que no es acorde a nuestros salarios, lo permite. Desaprovechamos un recurso sanitario único y superformado, que ha demostrado sobradamente su capacidad de hacer frente a retos como el que hemos tenido que afrontar, pero al que se veta continuamente su capacidad por diversas circunstancias.

Es necesaria la presencia de enfermeras en puestos de decisión, de dirección y de responsabilidad, porque conocemos de primera mano los entresijos del sistema sanitario, las necesidades de la población, las carencias, y las dificultades para afrontar las mejoras necesarias.

-P: ¿Y en el seno de las empresas?

-R: Es necesario poder supervisar de cerca que se mantienen las medidas preventivas, que éstas son eficaces, revaluar para detectar posibles carencias, vigilar la salud de los trabajadores, ofrecerles formación y actualización en función de la evolución de la pandemia.

Mantener esto de manera estricta hace que la transmisión en el medio laboral se pueda controlar, en la medida en que se respeten las recomendaciones. Eso es el objetivo de nuestro trabajo en este momento: evitar contagios. Y si se dan, para una detección y aislamiento precoz de los casos y contactos que se produzcan es imprescindible que la enfermería del trabajo tenga autonomía plena para poder gestionar adecuadamente cada situación, porque el volumen puede volver a ser desbordante, y porque estamos en muchas ocasiones solas en las empresas.

Si no se les permite responsabilizarse de manera autónoma de esa gestión, estaremos desaprovechando un recurso preventivo muy valioso, y además enlenteciendo la respuesta del sistema. Nosotras estamos colaborando en la detección de casos, contactos, de personas sensibles, en las derivaciones a primaria, en las indicaciones de la realización de pruebas de detección.

Pero no consta que esas actuaciones las haga enfermería, porque no se nos permite firmarlas. Actualmente enfermería está llevando a cabo esas funciones, que son competencias propias, pero sin poder responsabilizarse con su firma de ellas, lo que produce numerosas irregularidades en el funcionamiento de los servicios.

Esta situación debe solventarse urgentemente por parte del Ministerio, porque puede derivar en una situación contraproducente en la que ninguna enfermera realice algo que no vaya a poder firmar, con el consiguiente retraso en la capacidad de reacción del sistema sanitario.

-P: ¿Hay diferencias en la prevención de riesgos laborales en la empresa pública y en la privada? ¿Cambiará tras la pandemia?

-R: Dependerá de cómo se asuma y se gestione la necesidad de cambio que se ha puesto de manifiesto:

En la pequeña y mediana empresa privada, la prevención se suele contratar con un servicio de prevención ajeno, que adolece muchas veces de no conocer los puestos de trabajo ni a los trabajadores lo suficiente, y que debe prestar un tiempo muy limitado de atención a cada empresa y a cada trabajador, tanto a nivel sanitario como técnico, con modelos de informes estandarizados que muchas veces no se adaptan ni recogen la realidad ni particularidades existentes.

En las empresas grandes o administraciones donde existen servicios de prevención propios, y a estos se les deja hacer, la prevención suele ser más eficaz y está más integrada en el seno de la empresa. Conocen muy de cerca los puestos de trabajo, a los trabajadores, sus patologías, a los distintos departamentos implicados en factores que influyen sobre las condiciones de trabajo. La implicación es mucho mayor, y eso influye en una mejor integración de la prevención.

Todos conocemos administraciones con miles de trabajadores que contratan la prevención con medios ajenos. Esto no se debería permitir

La diferencia es clara. Para las empresas pequeñas y medianas, que necesiten contratar la actividad preventiva, esta debe asegurar su eficacia. Y para eso deben mejorar las ratios y permitir una mayor dedicación de los profesionales.

En el caso de las administraciones, está claro: si para la privada es obligatorio crear un servicio de prevención propio con 500 o 250 trabajadores según la actividad, ¿por qué no se aplica esto en la administración? Todos conocemos administraciones con miles de trabajadores que contratan la prevención con medios ajenos. Esto no se debería permitir.

Para que los Servicios de Prevención de Riesgos Laborales salgan reforzados de esta crisis sanitaria la AET propone que se formen más profesionales y se oferten puestos de trabajo para que puedan ejercer como especialistas. coronavirus Off Alicia Serrano Off

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