Si atención primaria tienen un papel capital en la desescalada de la pandemia y si el déficit de plantillas es uno de los principales obstáculos que los profesionales aducen para desempeñar ese papel con garantías, la carencia de médicos de Familia puede verse paliada este mismo mes con un amplio contingente de 1.690 nuevos efectivos: los residentes de Medicina de Familia que terminan su periodo de formación el próximo 28 de mayo en todas las comunidades.
Mano de obra joven, con una probada experiencia de más de dos meses en la gestión de la pandemia en sus respectivos servicios de salud y al precio de un adjunto de primer año. Si las comunidades quieren, no tienen excusa para reforzar la plantilla de facultativos de sus respectivas primarias. La clave está en ese "quieren".
Los 1.690 nuevos médicos de Familia que a partir de junio salen al mercado laboral representan nada menos que el 27,8% del total de residentes (6.069) que el 28 de mayo obtendrán su título en alguna de las 47 especialidades médicas del Sistema Nacional de Salud (SNS)
Ahora es de justicia que nuestros los Servicios de Salud les ofrezcan contratos de larga duración para que refuercen y rejuvenezcan la plantilla de facultativos, para seguir luchando contra el virus, se beneficiarán los centros y lo que es más importante todos los ciudadanos. Para luchar contra el virus deben acabar los recortes en sanidad, se debe invertir lo suficiente, aunque hay promesas de contratos de larga duración para los nuevos MIR en algunas CCAA, por desgracia las condiciones que otros años les han ofrecidos en otros países de nuestro entorno han sido mucho más atractivas y demasiados médicos especialistas recién formados marchaban fuera para trabajar.
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