sábado, 23 de octubre de 2021

La escasez de enfermeras facilita que sufran más pinchazos accidentales

Profesión
aliciaserrano
Dom, 24/10/2021 - 08:00
Según el Registro de Exposiciones Biológicas Accidentales
Una enfermera realiza la inserción de un catéter. FOTO: Ariadna Creus y Àngel García (Banc Imatges Infermeres).
Una enfermera realiza la inserción de un catéter. FOTO: Ariadna Creus y Àngel García (Banc Imatges Infermeres).

El Colegio Oficial de Enfermería de Valencia (COEV) ha alertado del riesgo que viven las enfermeras en sus entornos laborales, en especial al conocerse el dato de que son las profesionales que  sufren más accidentes percutáneos, especialmente pinchazos accidentales, según el último Registro de Exposiciones Biológicas Accidentales (REBA) de la Consejería de Sanidad valenciana, que incluye los datos de enero hasta abril del presente año.

En concreto, el personal de Enfermería asume el 61,52% de las exposiciones percutáneas, con el pinchazo como la lesión más frecuente, seguido por médicos (22.52%) y técnicos en cuidados auxiliares de enfermería (9,40%).

Según COEV, resulta especialmente alarmante la diferencia entre los accidentes sufridos por enfermeras eventuales o en situación de interinidad (56,62%), frente a los de las profesionales con contratos indefinidos o fijos (26,49%).

Cifras extrapolables a otras autonomías

Estas cifras son extrapolables al resto del país. Según fuentes del COEV, “todas las comunidades tienen un control de casos similar al REBA valenciano y los datos coinciden en que las enfermeras suponen el colectivo profesional que más sufre estos accidentes, siempre por encima de otros profesionales como los médicos o los TCAE”.

De hecho, han apuntado, la Enfermería en el ámbito nacional suele sufrir entre 55% y el 70% de los pinchazos en  los entornos clínicos, como así lo confirma el trabajo Accidentes laborales por pinchazos con agujas en un hospital de tercer nivel (factores asociados), publicado en la revista Dilemas Contemporáneos.

Las enfermeras eventuales o en situación de interinidad sufren más pinchazos accidentales que las que tienen contratos indefinidos

Aunque objetivamente, las dos causas más comunes de pinchazos por agujas (PA) son el reencapuchado de las agujas empleando las dos manos y la recolección y disposición insegura de desechos peligrosos por objetos cortopunzantes, los especialistas las achacan, en todo el territorio nacional, a la sobrecarga de trabajo (la mayoría de los accidentes se producen al final de la jornada) provocada por la falta de enfermeras (baja ratio de profesionales por número de pacientes) y la falta de formación (debido a la movilidad de enfermeras para cubrir puestos diversos sin la debida especialización).

La variabilidad de los accidentes por comunidades autónomas se produce si tienen más centros de vacunación o más actividad hospitalaria. Para Laura Almudéver, presidente del COEV, “el elevado número de accidentes percutáneos, como los pinchazos y cortes, entre las profesionales de Enfermería demuestra que las plantillas son escasas y debe aumentarse la ratio de enfermeras por pacientes”.

Insiste, además, que las enfermeras “están obligadas a trabajar a gran velocidad para atender a todos los pacientes que llegan a los centros sanitarios y hospitalarios”. Fuentes del COEV han destacado que “los datos analizados reflejan que un alto porcentaje de trabajadores conoce las medidas preventivas, para minimizar el riesgo de exposición a material biológico, pero no las aplican en su actividad laboral por falta de tiempo”.

En hospitales donde una enfermera es responsable de 18 pacientes, los pacientes tienen un 41% más de riesgo de muerte

Almudéver ha explicado que la baja ratio de enfermeras por pacientes no solo afecta a las profesionales, sino que también condiciona las atenciones a los enfermos. De hecho, como revela un nuevo estudio realizado por el Center for Health Outcomes and Policy Research (Chopr) de la Escuela de Enfermería de la Universidad de Pennsylvania, “la variación en dotaciones de enfermeras en los hospitales se asocia a un mayor número de muertes que podrían ser prevenibles. De hecho, en hospitales donde una enfermera es responsable de 18 pacientes, los pacientes tienen un 41% más de riesgo de muerte comparado con hospitales donde la enfermera es responsable sólo de 8 pacientes”.

Las mujeres sufren más estas lesiones

En la mayoría de los casos las mujeres (81,37%) sufren más estas lesiones que los hombres (18,63%). Respecto a la edad, la más proclive es la franja de 25 a 34 años con el 36,52% de los pinchazos, mientras que la de 35 a 44 registra un 25,39%, y la de 45 a 54 alcanza un 15,30%.

Del REBA también se desprende que la mayoría accidentes corresponden a exposiciones percutáneas (90,96%), con el pinchazo como la lesión más frecuente (80,87%), seguido de los cortes (9,92%) y el contacto con mucosas (9,04%).

Las agujas hipodérmicas y las agujas de sutura son los materiales implicados con más frecuencia. Respecto a los lugares donde se producen los pinchazos, en un gran porcentaje se sufren en las habitaciones hospitalarias (24,64%), en los quirófanos (23%), en las salas de consulta (6,78%) y en las salas de extracciones (5,75%).

Los líquidos implicados en estas situaciones son sangre y derivados (60%), líquido amniótico (37,78%) y otros fluidos como orina, saliva, esputos y vómitos (2,22%). Los procedimientos de riesgo implicados con más frecuencia son la inyección intramuscular o subcutánea (29.35%) seguido de la extracción venosa (14,22%) y la sutura en una intervención quirúrgica (13.09%), según el citado informe.

Según las fuentes del COEV, los datos del conjunto de España van en la misma línea: “Los daños que principalmente pueden darse son lesiones leves con heridas, cortes, desgarros, etc., o bien, lesiones graves, menos frecuentes, pero sí posibles, con pérdida o amputación de algún miembro (mano, dedos, etc.)”, han apuntado. 

Riesgo de las profesionales

Las recomendaciones realizadas por varios organismos oficiales, como el INSHT (Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo) a través de la norma 812 (Riesgo biológico: prevención de accidentes por lesión cutánea), el CDC (Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades), la Occupational Safety and Health Administration (OSHA), y la Food and Drug Administration (FDA), señalan que las enfermeras en el ámbito hospitalario siguen siendo vulnerables a accidentes laborales ejecutando sus tareas de forma no segura.

“Tareas propias del personal asistencial de salud tales como la de administrar medicación en inyectables, realizar punciones venosas y desensamblar sistemas resultaron ser factores de riesgo que pueden resultar en pinchazos por cortopunzantes, como se cabría esperar debido a la manipulación de agujas”, han apuntado desde el COEV.

De hecho, según un informe del CDC, existe una amplia lista de riesgos asociados al manejo o exposición de materiales biológicos. Y los más frecuentes son falta de equipo de protección personal, dispositivos de seguridad y envases para eliminación de objetos cortopunzantes; ausencia de procedimientos para la notificación de lesiones con objetos cortopunzantes; falta de concienciación con los riesgos ocupacionales; personal insuficientemente formado; acceso restringido a envases para la eliminación de objetos cortopunzantes; escasez de personal; reencapuchado de las agujas tras su uso; paso de instrumentos filosos de mano a mano en la sala quirúrgica; no utilización de los envases para eliminación de objetos cortopunzantes inmediatamente después del uso; incidentes médicos no previstos; y reacciones inesperadas de los pacientes.

La falta de profesionales y de medios aumenta el riesgo de accidentes laborales en un contexto ya de por sí muy estresante y complejo. Off Enrique Mezquita. Valencia Profesión Profesión Profesión Profesión Profesión Off

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