miércoles, 31 de julio de 2019

Ébola: el brote en el Congo ya dura un año

Desde que hace un año, el 1 de agosto de 2018, el Ministerio de Salud de la República Democrática del Congo (RDC) informara sobre la aparición de nuevos casos de Ébola en la provincia de Kivú del Norte, ya se han registrado 2671 casos, con 2.577  confirmaciones y 1.790 fallecimientos, de los que 1.696 han sido casos confirmados y 94 probables. Este nuevo brote surgió diez días más tarde de la finalización de otro en Bikoro, también RDC, que había comenzado en mayo de 2018, y es la décima epidemia que se produce en el país.

El 17 de julio de este año, la Organización Mundial de la Salud (OMS) decidió declarar esta epidemia como emergencia internacional de salud pública e instó a todos los actores internacionales a unir fuerzas para poder contener el virus.

No obstante, el brote de Ébola continúa activo y Médicos Sin Fronteras (MSF) informó este martes de la aparición de un segundo paciente con Ébola, confirmado por el Ministerio de Salud del Congo, en el Centro de Tratamiento de Ébola en el Hospital Provincial de Goma, que ha fallecido este miércoles. Para la ONG este segundo caso refleja la falta de control sobre el brote.

El primer caso confirmado -e importado- de la enfermedad en Goma, una ciudad de casi dos millones de habitantes próxima a la frontera con Ruanda y que podría ser la vía de entrada a RDC y al mundo, se produjo hace unas semanas. Además, en junio la OMS y el Ministerio de Salud de Uganda confirmaron un primer caso de Ébola en Uganda.

Según ha explicado Matshidiso Moeti, director regional para Africa de la OMS, el hecho de que se cumpla un año desde la aparición de la epidemia de Ébola en el Congo es un momento para reflexionar sobre las lecciones aprendidas en los últimos años. La inseguridad de la zona hace de este brote un “reto sin precedentes”.  Moeti ha recordado que el alto riesgo de los países fronterizos -Ruanda, Burundí, Sudán del Sur y Uganda- ha hecho que se comiencen a tomar medidas para contener la epidemia, como la vacunación de trabajadores de primera línea, o la construcción de centros de asistencia específicos del Ébola. Moeti ha pedido la solidaridad de la comunidad internacional para luchar contra la expansión del Ébola junto a otras patologías infecciosas presentes en el país.

Michael Ryan, director ejecutivo del Progrma de Emergencias de la OMS, ha añadido que la vacuna ha resultado de absoluta utilidad para ayudar a contener la patología. “La vacuna es una herramienta más entre las que tenemos. La eficacia clínica de la dosis es muy alta, pero si no toda la población que lo necesita es vacunada el efecto comunitario es menor. Y eso es lo que está pasando: no estamos consiguiendo vacunar a todos los contactos, debido a la falta de confianza de la comunidad, a desinformación y al acceso a la población y la seguridad. Estamos trabajando cada día para mejorar la cobertura”. Ryan ha añadido que en la agenda para frenar el Ébola se encuentran la posibilidad de introducir otras vacunas y la gestión de los suministros de vacunas.

Ampliación de la estrategia frente al Ébola

Ya a principios de mayo el grupo de expertos SAGE (Strategic Advisory Group of Experts on Immunization) recomendó al Ministerio de Salud de RDC un cambio de estrategia en el abordaje de la epidemia y la consideración de añadir una segunda vacuna. No obstante, aunque el Congo aceptó estas recomendaciones poco después decidió que la vacuna experimental rVSV-Zebov era la única autorizada en el país.

El hijo de George, uno de los enfermeros que ha trabajado en la lucha contra el Ébola, cuando Miriam Alía le dio el alta tras dar negativo para el virus del Ébola.

Miriam Alía, en la campaña de vacunación en anillo frente al Ébola realizada en la provincia de Equador, en RDC, en 2018.

Según ha explicado a DM Miriam Alía, responsable de Vacunación de MSF, la vacunación en anillo y de los trabajadores de primera línea con la vacuna rVSV-Zebov, que se ha estado utilizando en Kivu del Norte y en Ituri, tanto en zonas activas como en trabajadores de primera línea en zonas limítrofes, no es suficiente para contener la epidemia de Ébola.

“No porque la vacuna no sea eficaz, que lo es, sino por la estrategia que se está utilizando. Estamos viendo que la vacunación en anillo, que depende de la vigilancia epidemiológica está teniendo muchas dificultades -por seguridad, por rechazo de la población…- y el anillo no está completo“, por lo que muchos contactos no son localizados y se producen fallecimientos en los domicilios y en centros no Ébola.

Por tanto, el objetivo es rediseñar la estrategia y hacerla más oportunista, así como aplicar una vacunación de masas preventiva, tal y como se negoció en la reunión del grupo SAGE. Asimismo, las recomendaciones también incluyen realizar la vacunación en anillo extendido en ciertas zonas, además de aprovechar las ventanas de seguridad en lugares más complejos para realizar una vacunación extensa.Alía ha añadido que se trata de “seguir con la vacunación con Zebov, pero añadir un tercer anillo con contactos de contactos. Y, por último, añadir una nueva vacuna por dos motivos: llevamos un año de epidemia, y con todo lo malo que ya tiene, esta es una oportunidad para probar nuevas estrategias y fármacos para este brote y para el futuro. En segundo lugar, porque no conocemos la capacidad de producción de Merck para rVSV-Zebov”.

Los guantes y las gafas forman parte del equipo de protección individual que deben utilizar los sanitarios en el tratamiento del Ébola, y son tratados para su descontaminación cada vez que los trabajadores salen del centro de tratamiento de MSF en Mangina.

Los guantes y las gafas forman parte del equipo de protección individual que deben utilizar los sanitarios en el tratamiento del Ébola, y son tratados para su descontaminación cada vez que los trabajadores salen del centro de tratamiento de MSF en Mangina, RDC, durante el brote en la privincia de Equador en 2018.

Según Alía, aunque hay varias vacunas en investigación la que parece estar más avanzada, con seguridad probada y con mayor disponibilidad sería la Ad26.ZEBOV/MVA-BN, de Johnson & Johnson. Esta profilaxis requiere dos dosis para la protección completa, pero quizá  “con una dosis se obtenga una protección parcial suficiente para frenar su epidemia. Esto aún no lo sabemos”, pero aplicarla en terreno permitiría continuar investigando. Ótra de las vacunas candidatas que podría también aplicarse sería la AD5/EBOV de producción china.

No obstante, aunque la OMS aconsejan su aplicación, esto no podría realizarse sin la aprobación del Ministerio de Salud de RDC. “Es una herramienta adicional que  creo que hay que probar trasun año de epidemia. Las secuelas en un sistema de salud desestructurado como el del Congo serán de tal calibre que costará años reconstruirlo”, concluye Alía.

El Ébola desde 1976

El virus del Ébola apareció por primera vez en 1976 en dos brotes simultáneos, uno en lo que ahora es Nzara, en Sudán del Sur, y el segundo en Yambuku, RDC, una población cercana al río Ébola, de donde el virus ha tomado su nombre.

El brote ocurrido entre 2013 y 2016 en África Occidental ha sido el más complejo desde que se descubrió el virus en 1976, y suma más casos y muertes que todas las epidemias anteriores juntas. Con la particularidad de que, además, se extendió desde Guinea hasta Sierra Leona y Liberia.

Desde su inicio a finales de 2013, la epidemia de Ébola confirmó 28.602 casos y 11.301 fallecimientos. Guinea sufrió 3.805 casos confirmados, con 2.537 muertes (es el país con la mayor tasa de mortalidad); Liberia, 10.666 casos y 4.806 fallecimientos, ostenta el mayor número de muertes, y Sierra Leona, con 14.122 infecciones y 3.955 muertes, tiene el mayor número de detecciones.

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