lunes, 18 de noviembre de 2019

La universidad, uno de los ejes de cambio en el CatSalut

Un año después de empezar el Foro de Diálogo Profesional, el sistema sanitario catalán tiene su hoja de ruta para sus retos de presente y futuro, con 131 líneas de trabajo, 46 de ellas prioritarias, de las que se desgranan 185 acciones.

Un total de 71 entidades han colaborado en el documento: colegios profesionales, entidades de pacientes, sociedades científicas, organizaciones sanitarias y docentes, sindicatos y representantes de diferentes departamentos del Gobierno catalán han llegado a un consenso sobre cómo transformar el sistema sanitario catalán.

“Esta hoja de ruta no es patrimonio del Departamento de Salud. Está construida con la sintonía de los actores que conforman el sistema sanitario y que participan activamente en las políticas profesionales, cada una desde su ámbito. Esta cohesión es sin duda el gran valor de este documento”, explica Marc Ramentol, director general de Profesionales de la Salud de la Generalitat, en una entrevista con DM.

“En los países anglosajones hay tradición de una prueba de acceso propia en el grado de Medicina”

Una vez que se ha llegado a estas conclusiones, existe la preocupación entre los participantes de que todo este trabajo finalmente acabe relegado al fondo de un cajón. “Es una inquietud comprensible. Es lógico que nos pidan que no quede en nada y realmente el Foro de Diálogo Profesional no nace con vocación de papel mojado”, apunta Ramentol, para acto seguido señalar cómo ya se están poniendo medidas en marcha.

Mapa de roles de los profesionales:
Mejorar las condiciones laborales de los profesionales es clave para afrontar un panorama en el que hay déficit, que se incrementará en el futuro. Una de las medidas está encaminada a definir de forma clara y precisa cuáles deben ser las competencias de cada profesión. Sobre el médico ha de pivotar el diagnóstico, abordaje y seguimiento de la patología crónica inestable y prevención cuaternaria, mientras que Enfermería se encargará de actuaciones de promoción de la salud, seguimiento de factores de riesgo y patología crónica estable.

Es el caso de la oferta de plazas de formación sanitaria especializada para el próximo año, aprobada por el Departamento de Salud, la más alta de su historia. En total, 1.433 plazas, de las cuales 1.135 son MIR. “Las que más crecerán serán Medicina de Familia, Pediatría, Cirugía General, Alergología y Geriatría. El crecimiento se concentra en las especialidades que identificamos que a medio plazo serán las más centrales”.

Transformación del grado

No todas las medidas podrán ser aplicadas tan rápidamente, reconoce, pero desde el Departamento de Salud se han marcado un plazo de cuatro años para poner en marcha todas las líneas de trabajo. Para ello, Ramentol señala como por primera vez tanto el propio Departamento como el Servicio Catalán de la Salud (CatSalut) se han dotado de unas unidades directivas específicas en materia de políticas profesionales, precisamente para poder impulsar todas las políticas que salen del Foro de Diálogo Profesional.

Marc Ramentol, director general de Profesionales de la Salud de la Generalitat,

Uno de los aspectos más ambiciosos del plan consensuado es adaptar la formación de grado a las necesidades del sistema. Se considera fundamental actualizar los planes de estudio, para adecuar la formación a la realidad que se encontrarán los estudiantes cuando acaben el grado, explicitar los valores y las conductas propias del profesionalismo en los grados sanitarios y mejorar las políticas de profesorado.

Asimismo, se está valorando la posibilidad de instaurar una prueba de acceso añadida a la Selectividad. Si bien se considera una prueba robusta para valorar conocimientos, no tiene en cuenta otras habilidades y actitudes que se consideran fundamentales en el ejercicio de la profesión sanitaria.

“Entendemos que cada sistema sanitario autonómico tiene una idiosincrasia diferente”

Para que se genere un mandato a nivel del Consejo Interuniversitario de Cataluña, que es quien debe poner en marcha todas estas medidas, es necesario un trabajo técnico previo, para lo que se han creado dos grupos, uno de Medicina y otro de Enfermería. “Los grupos tienen dos años para poner al día los grados, incluyendo en este trabajo el diseño y valoración de la prueba añadida a la Selectividad. Aún estamos empezando a mirar cómo se hará, aunque no es la primera vez que se plantea en un grado de Medicina. Sabemos que en los países anglosajones hay mucha tradición de hacer este tipo de pruebas”, defiende Ramentol.

Formación en valores y adecuación a necesidades del territorio:
Entre las medidas propuestas está la creación de una prueba de aptitud de acceso a los grados sanitarios, de forma que no sólo se evalúen conocimientos. Otra medida es adecuar la oferta de plazas MIR a las necesidades del territorio, aumentando para el próximo ejercicio la oferta de Medicina Familiar y Comunitaria, Pediatría, Alergología, Geriatría y Cirugía General.

También han tenido en cuenta la situación paradójica de la atención primaria. A pesar del consenso de que ha de ser el eje vertebrador del sistema sanitario, luego la especialidad de Medicina Familiar y Comunitaria es la cuarta por la cola en la selección del MIR, apunta Ramentol. Para revertir esta situación se han planteado cambios en la formación para que sea más valorada. “Obviamente nadie escoge lo que no conoce y una de las conclusiones es que hay un gran margen de mejora en cómo los estudiantes de Medicina conocen esta especialidad durante su formación”, apunta.

No es la única solución puesta sobre la mesa. Otro de los problemas detectados es que los profesionales se quejan de que se encuentran asumiendo tareas que no deberían. Por eso se ha elaborado un mapa de roles asistenciales, para dilucidar qué profesional, de Medicina o de Enfermería, ha de asumir cada actuación. “Lo que es promoción de la salud, prevención primaria o secundaria, seguimiento de factores de riesgo y del paciente crónico estable ha de pivotar sobre la enfermera. Y el médico ha de quedar para aquellos pacientes complejos que son de difícil manejo, para atender descompensaciones, para hacer diagnósticos o para la prevención cuaternaria”, resume.

La revolución digital

Potenciar la atención primaria:
Existe un gran consenso acerca de que la atención primaria debe ser el eje principal dentro del sistema sanitario. Sin embargo, esto contrasta con el poco atractivo de la especialidad en el MIR. Con la creación de contenidos específicos dentro del grado de Medicina relacionados con el primer nivel asistencial se espera en parte aumentar el conocimiento sobre la especialidad y hacerla más atractiva.

Las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) están revolucionando cómo se da la asistencia. Por eso se ha valorado la manera de introducirlas y adaptar a los profesionales a su manejo, sabiendo que los expertos avanzan que en 10 años el 90% de los lugares de trabajo dentro de un sistema sanitario requerirán que los profesionales sean expertos en temas digitales.

“Nos hemos de poner a formar no sólo a los profesionales que ya tenemos, sino también a los que vendrán. Y aquí de nuevo volvemos a la universidad. Será el sistema universitario quien tenga que generar los próximos años nuevos graduados altamente competentes desde un punto de vista digital”, comenta Ramentol. Para ello, por primera vez, en la sanidad catalana se ha elaborado un marco de competencias digitales, con siete ámbitos, a partir del cual poder definir contenidos e itinerarios formativos de forma progresiva.

Desde el Foro de Diálogo han tenido presente que para llevar a buen puerto este esfuerzo era necesario que las medidas fueran factibles. Por eso no se ha entrado en aquello en lo que la Generalitat no tiene competencia para modificar. Pero obviamente se han tenido en cuenta las diferentes acciones que está desarrollando el Ministerio de Sanidad.

Salud digital:
Las TIC están revolucionando la asistencia sanitaria. Se han definido por primera vez las competencias digitales que un profesional sanitario debe dominar para adaptarse a las nuevas necesidades: trabajo colaborativo y participativo, manejo y análisis de datos, gestión del cambio, consciencia digital, gestión de la información, comunicación y reputación digital e investigación, creación e innovación.

Es el caso del Real Decreto para la formación sanitaria especializada, en donde se regula la formación transversal y las áreas de capacitación específica (ACE), cuyo borrador aún se está debatiendo a nivel autonómico. “Al ministerio le pedimos que recoja la posibilidad de que los diferentes sistemas sanitarios que tiene el Estado puedan enriquecer esta formación transversal, haciendo ellos una propuesta de mínimos, porque entendemos que cada sistema tiene una idiosincrasia diferente. Respecto a las ACE, lo entendemos como una oportunidad para su desarrollo y vemos muy bien que se atrevan a desplegarlas”.

También el desarrollo del Marco Estratégico para la Atención Primaria es valorado de forma positiva, aunque con ciertos desacuerdos. “Este marco recoge lo que son líneas de trabajo que son competencias de los servicios de salud de los territorios. En este sentido consideramos que es una oportunidad y que se debería centrar en aquellas cosas que son competencia suya”, apunta.

Y señala que propuestas como, por ejemplo, la creación de una línea de investigación en el Instituto de Salud Carlos III de Medicina Familiar, no fueron tenidas finalmente en cuenta en el documento definitivo.

 

 

 

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