El pasado mes de marzo, cuando la Organización Mundial de Salud (OMS) se aprestaba a declarar la situación de emergencia sanitaria internacional por el nuevo coronavirus, se hizo evidente que el planeta entero se veía aquejado de otra pandemia tan peligrosa como la covídica. La infoxicación crónica que arrastramos desde hace medio siglo, unida —ante la situación de alarma mundial— al consumo compulsivo de información procedente de las fuentes más diversas y a la proliferación de patrañas y noticias equívocas, erróneas, tendenciosas, contradictorias o maliciosas, formaban una mezcla explosiva que hacía de la población mundial en tiempos de covid-19 un colectivo humano igual de desinformado que siempre, si no más desinformado, perplejo y desorientado que nunca.
Para dar nombre a este fenómeno, la propia OMS acuñó en inglés el neologismo infodemic, formado por contracción de information (información) y epidemic (epidemia) o pandemic (pandemia). En español, una lengua mucho menos dada que el inglés a la neología por contracción, podríamos haberla llamado sin problemas epidemia (o pandemia) de desinformación, o también infoxicación epidémica (o pandémica). Incluso si, por el motivo que fuera, quisiésemos acuñar un término breve por contracción, al estilo del inglés, yo diría que desinfodemia (o, solo en España, bulodemia) nos hubieran cuadrado mejor que el calco *infodemia*.
Fernando A. Navarro
La infoxicación crónica, unida a la proliferación de patrañas y noticias erróneas o maliciosas, hacen de la población mundial en tiempos de covid-19 un colectivo humano igual de desinformado que siempre, si no más desinformado que nunca. Off Fernando A. Navarro Offvia Noticias de diariomedico.... https://ift.tt/2AfCg6F
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