martes, 23 de junio de 2020

Terapias avanzadas: falta la experiencia para afinar qué es exigible en pago por resultados

Oncología
cristinareal
23/ 06 / 2020
Financiación
Las terapias avanzadas, como las CAR-T, están arrojando en algunos casos resultados nunca vistos hasta ahora.
Las terapias avanzadas, como las CAR-T, están arrojando en algunos casos resultados nunca vistos hasta ahora.

Las terapias avanzadas, como las CAR-T, están arrojando en algunos casos resultados nunca vistos hasta ahora, aunque,  por otra parte, su aplicación encarece el proceso, y las formas de financiación tradicionales no permitirán asumir el enorme impacto que se prevé producirán en el gasto sanitario.

Los nuevos contratos de riesgo compartido que hasta ahora se han ido firmando con la industria que desarrolla estos innovadores tratamientos (acuerdos precio-volumen, techo de gasto, coste máximo por paciente...) han favorecido el acceso a estos nuevos fármacos reduciendo mediante diferentes mecanismos el gasto de la adquisición y la incertidumbre presupuestaria, pero son contratos centrados unicamente en resultados financieros y, por tanto, no garantizan la consecución de los resultados clínicos esperados.

El pago por resultados aparece como una herramienta con mejores posibilidades, pero aún debe matizarse y afianzarse para que sus resultados sean más positivos, según Santiago Montesinos, del Servicio de Farmacia del Hospital Arnau de Vilanova, de Valencia. Para Montesinos, los nuevos contratos de pago por resultados, además de favorecer el acceso a las nuevas terapias avanzadas y reducir la incertidumbre del financiador, “limitan el aumento del coste si este no viene asociado a una mejora de los resultados en salud, puesto que si el fármaco no cumple con unos objetivos previamente pactados, es el laboratorio el que asume el gasto”, afirma, y subraya que “ésta es su principal ventaja frente a los tipos de contratos existentes hasta el momento”.

El especialista recuerda que existen diferentes opciones de pago por resultados: “En algunas de ellas, no se paga al iniciar el tratamiento, sino que se paga la totalidad de éste tras una evaluación posterior, si se consiguen los resultados pactados; en otros casos, se paga una parte al inicio del tratamiento y el resto tras la evaluación de los resultados”.

Pero estas modalidades de pago también presentan "sombras”, según Montesinos, quien considera que el principal aspecto negativo de los contratos de pago por resultados firmados hasta el momento es que las condiciones firmadas son de carácter confidencial. En su opinión, que los contratos sean de carácter confidencial, “impide conocer de manera oficial cuáles son los criterios que se han empleado para la fijación de precios y para el establecimiento de la respuesta clínica, cómo medirla o en qué momento”.

Montesinos señala que otro aspecto negativo de este tipo de contratos es que, puesto que estas terapias son muy novedosas, “no tenemos resultados clínicos, más allá de los obtenidos en los ensayos, y aún nos falta la experiencia de uso en condiciones reales que nos permita afinar los resultados exigibles en este tipo de contratos. Sus clausulas deberían poder ser renovadas periódicamente, en función de los resultados que se vayan obteniendo con la práctica clínica real”, apunta.

Evolución prevista

"A corto plazo -comenta Montesinos-, este tipo de contratos se irán produciendo de manera esporádica y solo en el caso de las terapias con un alto impacto presupuestario. A medio plazo, los contratos de pago por resultados “se deberían ir generalizando”, puesto que facilitan la entrada de estos fármacos en la financiación pública, permitiendo así el acceso rápido a las terapias más novedosas, sin sufrir los retrasos provocados por la toma de decisiones asociadas a la incertidumbre clínica y presupuestaria que genera la aparición de estos nuevos fármacos. Incluso, en este tipo de contratos, se podrán incluir nuevas indicaciones de fármacos que ya estén financiados, “puesto que estos contratos no tienen por que ir ligados a un fármaco en todas sus indicaciones, sino que en principio se limitarán a los casos en los que se prevea un mayor impacto presupuestario o una mayor incertidumbre en sus resultados”.

Reducir la incertidumbre

Para mitigar o reducir los aspectos negativos, “necesitaremos herramientas capaces de medir el valor aportado por las nuevas terapias, que reduzcan su incertidumbre inicial y las posicionen en función de los resultados obtenidos, permitiendo calcular su precio en función de su impacto clínico real”. El ejemplo que pone Montesinos es la herramienta del Ministerio de Sanidad, Valtermed, ya que “esta plataforma permitirá obtener datos de efectividad y seguridad de las nuevas terapias, permitiendo ajustar los contratos de pago por resultados a la respuesta clínica real del fármaco”.

Dentro de este encaje, los profesionales sanitarios deben jugar un papel importante. “Tienen una gran responsabilidad en este tipo de contratos, puesto que el impacto económico está vinculado a los resultados obtenidos, y son los profesionales sanitarios los encargados de recopilar estos resultados y evaluarlos”. Por ello, concluye, cuánto más exhaustivos sean a la hora de recoger los datos clínicos, “mayor fiabilidad tendrán los datos disponibles para realizar la evaluación de los resultados, evitando así la financiación de tratamientos que no hayan cumplido con las condiciones pactadas”.

Hacen falta herramientas capaces de medir el valor aportado por nuevas terapias como las CAR-T. Off Enrique Mezquita. Farmacia Hospitalaria Profesión Off

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