viernes, 31 de julio de 2020

Doce medidas para prevenir el 40% de casos de demencia

Autocuidado
Josezarate
Vie, 31/07/2020 - 12:42
Actualización de la Comisión 'Lancet' presentada en la Conferencia Internacional de Alzheimer
Cuidador con un anciano.
La carga de la dependencia es más acusada en los países de ingresos bajos y medios.

La modificación de doce factores de riesgo podría retrasar o prevenir el 40% de los casos de demencia, según una actualización de la Comisión Lancet sobre prevención, intervención y atención de la demencia, que se ha presentado en la Conferencia Internacional de la Asociación de Alzheimer (AAIC 2020) que termina hoy y que se ha celebrado online.

Los 28 miembros de la Comisión, pertenecientes a universidades de todo el mundo, han añadido tres nuevos factores a los nueve identificados en la versión de 2017: ingesta excesiva de alcohol, contusiones cerebrales y exposición a la contaminación del aire.

Combinados, estos tres nuevos factores se asociarían con el 6% de todos los casos de demencia: un 3% atribuibles a lesiones en la cabeza en la mediana edad, el 1% al consumo excesivo de alcohol (más de 21 unidades por semana) en la edad adulta y el 2% a la exposición a la contaminación del aire. Los factores restantes estarían asociados con el 34% de todos los casos de demencia. Los principales parecen ser una educación deficiente en la niñez, pérdida de audición en la fase adulta y tabaquismo en la madurez (7%, 8% y 5%, respectivamente).

Se estima que en el mundo hay alrededor de 50 millones de personas con demencia, y se prevé que la cifra aumente a 152 millones para 2050, sobre todo en los países de ingresos bajos y medianos, donde viven alrededor de dos tercios de las personas con demencia. Si bien a nivel mundial se estima que los nueve factores de riesgo contribuyen al 35% de todos los casos de demencia, en China podrían representar el 40% de los casos, el 41% en la India y el 56% en América Latina. Los autores matizan que casi toda esta epidemiología sobre la demencia proviene de estudios en países de ingresos altos, por lo que los riesgos pueden diferir para los menos desarrollados y las intervenciones podrían requerir una modificación para respaldar mejor a diferentes culturas y entornos.

En este sentido, Adesola Ogunniyi, de la Universidad de Ibadán, en Nigeria, y coautora del informe, afirma que "en los países de ingresos bajos y medianos la mayor prevalencia de factores de riesgo de demencia significa que una proporción aún mayor de demencia es potencialmente prevenible que en los países de ingresos más altos". En este contexto, las políticas nacionales que abordan los factores de riesgo de demencia, como la educación primaria y secundaria para todos y el refuerzo de las políticas antitabaquismo, podrían tener el potencial de grandes reducciones de la demencia y deberían priorizarse. “También necesitamos más investigación sobre la demencia proveniente de países de ingresos bajos y medianos, para que podamos comprender mejor los riesgos particulares de estos entornos".

Algunas mejoras

En algunos países, sin embargo, la proporción de personas mayores con demencia ha disminuido, probablemente debido a mejoras en la educación, la nutrición, las mejoras sanitarias y los cambios en el estilo de vida, lo que demuestra la posibilidad de reducir la demencia mediante medidas preventivas.

Mediante acciones individuales y sociopolíticas, "nuestro informe muestra que es posible prevenir y retrasar una proporción significativa de la demencia", dice el autor principal, Gill Livingston, del University College de Londres. "Es probable que las intervenciones tengan mayor impacto en aquellos que se ven afectados desproporcionadamente por factores de riesgo de demencia, como los de los países de ingresos bajos y medianos y las poblaciones vulnerables, incluidas las comunidades étnicas negras, asiáticas y minoritarias".

Y añade que los esfuerzos para reducir las desigualdades y la creación de entornos activos y saludables para las comunidades, donde la actividad física sea la norma, junto a una dieta más saludable y accesible para todos y la reducción del consumo de alcohol, son medidas que redundarán en una menor carga social y sanitaria.

Estas serían las otras nueve recomendaciones:

-Mantener la presión arterial sistólica en 130 mm Hg o menos a partir de los 40 años.

-Fomentar el uso de audífonos para la pérdida auditiva y reducir esa posible pérdida auditiva protegiendo los oídos de los niveles elevados de ruido.

-Reducir la exposición a la contaminación del aire y al humo de tabaco de segunda mano.

-Prevenir contusiones en la cabeza.

-Limitar el consumo de alcohol a menos de 21 unidades por semana.

-Dejar de fumar y ayudar a las personas a que dejen de fumar (beneficioso a cualquier edad).

-Proporcionar a todos los niños educación primaria y secundaria.

-Llevar una vida activa en la madurez y en la ancianidad.

-Reducir la obesidad y la diabetes.

El desglose completo del 40% de los casos que podrían prevenirse sería el siguiente: la educación temprana contribuye al 7%, la pérdida auditiva en la mediana edad al 8%, las lesiones cerebrales en la mediana edad al 3%, la hipertensión en la mediana edad al 2%, el consumo de más de 21 unidades de alcohol por semana en la mediana edad al 1%, la obesidad en la mediana edad al 1%, el tabaquismo al 5%, la depresión al 4%, el aislamiento social al 4%, la inactividad física al 2%, la diabetes al 1% y contaminación del aire al 2%.

En la sección final del informe, los autores abogan por una atención holística e individualizada basada en la evidencia que aborde la salud física y mental, la atención social y el apoyo que puedan satisfacer necesidades complejas. Mantener a las personas con demencia físicamente sanas es importante para su cognición, pero a menudo tienen otras enfermedades que pueden entorpecer su autonomía, lo que conduce a hospitalizaciones prevenibles.

Observan por último que las personas con demencia tienen más riesgo de contagiarse del SARS-CoV-2 (debido a la edad y a sus enfermedades preexistentes, como la hipertensión), y que las medidas de distanciamiento físico pueden ser difíciles para ellas.

Las demencias suponen una carga considerable para los sistemas sociosanitarios. Una parte de ellas se pueden reducir o retrasar con medidas asequibles. Off Redacción Medicina Preventiva y Salud Pública Neurología Off

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