miércoles, 22 de julio de 2020

¿Se ceba más el SARS-CoV-2 en las industrias cárnicas?

Medicina Preventiva y Salud Pública
Josezarate
Mié, 22/07/2020 - 12:26
Varios brotes en mataderos de todo el mundo las han situado en el foco de la opinión pública
Industria cárnica
Las condiciones ambientales y laborales de las industrias cárnicas pueden ser muy atractivas para el coronavirus.

Mataderos y empresas de procesamiento de carne son instalaciones esenciales por lo que han seguido a pleno rendimiento durante los confinamientos mundiales. Pero a diferencia de otras industrias de alimentación igualmente esenciales, han centrado la atención de la opinión pública como uno de los focos de atracción del SARS-CoV-2, quizá también por el recuerdo icónico de que el brote de Wuhan se detectó en un mercado de animales vivos.

La hemeroteca reciente recoge 14 casos hace tres semanas en Rafelbunyol (Valencia); dos brotes en mataderos de Binéfar (Huesca) en abril, con 374 casos; 650 en junio en Gütersloh y 130 en mayo en Coesfeld, en dos grandes empresas cárnicas alemanas; seis compañías afectadas en Argentina este mes, y casi un millar de casos en marzo en una compañía de Dakota del Sur (Estados Unidos) que procesaba 20.000 cerdos diarios. Otros países, como Francia, Bélgica y Gran Bretaña, también han tenido industrias cárnicas afectadas.

Con grandes diferencias entre países y empresas, varios factores distintivos explican en principio el mayor riesgo en estas empresas con alta densidad de empleados: condiciones de temperatura y humedad que agradan al virus, contacto prolongado y cercano en el lugar de trabajo durante largos períodos de tiempo, mano de obra inmigrante, transporte compartido hacia y desde el lugar de trabajo, y zonas de residencia precarias y sin mucho espacio para parte de los trabajadores.

La revista semanal de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos documentaba hace una semana las infecciones entre los trabajadores de algunas instalaciones de procesamiento de carne y aves de corral. Se estima que la industria de sacrificio y transformación de animales emplea en Estados Unidos a unos 525.000 trabajadores en unas 3.500 instalaciones.

Los autores del informe, encabezado por Michelle A. Waltenburg, matizan como limitaciones de sus conclusiones que sólo 23 Estados (de 50) presentaron datos; sólo se incluyeron instalaciones con al menos un caso confirmado en laboratorio; los retrasos en la identificación de los brotes y la vinculación de casos o muertes a brotes podrían haber dado lugar a una subestimación de las cifras totales; en algunos informes faltaron datos sobre la disponibilidad y realización de test, las características demográficas y étnicas de los trabajadores, y sobre intervenciones y esfuerzos de prevención. Asimismo, no siempre se pudo determinar con precisión la fuente de exposición e infección, que podría haber ocurrido tanto en la comunidad residencial como en el lugar de trabajo.

Desproporción étnica

Con estas salvedades, hasta el 27 de abril hubo 4.913 casos y 20 muertes notificadas en 115 instalaciones de 19 estados. Y hasta el 31 de mayo, en 239 instalaciones de 23 estados se notificaron 16.233 trabajadores contagiados y 86 muertes. Entre los 14 estados que informaron del número total de trabajadores en estas industrias cárnicas (112.616), el coronavirus fue diagnosticado en el 9,1% de los trabajadores: entre el 3,1% de la menos afectada y el 24,5% en la que más casos se registraron.

Entre 9.919 (61%) casos de 21 estados con origen étnico documentado, el 87% ocurrieron entre trabajadores inmigrantes y de minorías étnicas: 5.584 (56%) eran hispanos, 1.842 (19%) afroamericanos, 1.332 (13%) blancos y 1.161 (12%) asiáticos. La proporción de no blancos afectados era llamativa, pues casi el 40% de los trabajadores de esas industrias son de raza blanca, el 30% hispanos, el 25% negros y el 6% asiáticos. Se notificó el estado de los síntomas en 10.284 (63%) casos: 9.072 (88%) eran sintomáticos y 1.212 (12%) asintomáticos o presintomáticos.

Las intervenciones de prevención más comunes incluían la detección de la temperatura o de síntomas de los trabajadores y la educación sobre la covid-19, la obligación de mascarillas, los puntos de higiene de manos y la adición de barreras físicas entre los trabajadores. Además, 41 instalaciones ofrecieron pruebas de detección del SARS-CoV-2 a los trabajadores, y 24 informaron de que habían cerrado temporalmente como medida de intervención.

Entre las siete instalaciones que hicieron pruebas a todos los empleados, la prevalencia bruta de infecciones asintomáticas o presintomáticas entre 5.572 trabajadores que tuvieron resultados positivos fue del 14,4%, mientras que la prevalencia agrupada estimada a partir del modelo para la proporción de infecciones asintomáticas o presintomáticas fue del 11,2%, cifra que, en comparación a otros entornos investigados, indica que muchos casos podrían haber pasado inadvertidos, lo que subestimaría la prevalencia.

Por lo tanto, las cifras se pueden situar en un rango no excepcional, pues las estimaciones de infecciones asintomáticas y presintomáticas entre pasajeros de cruceros y evacuados de Wuhan (China) oscilaron entre el 17,9% y el 30,8%, respectivamente, indican los epidemiólogos de los CDC. A pesar de sus condiciones y de un riesgo más elevado, no habría una mayor incidencia en las industrias cárnicas que en otras empresas o ámbitos propicios a la extensión de las infecciones.

Las discotecas son más peligrosas

En España, los dos brotes de abril en empresas cárnicas de Binéfar, tras realizar 1.400 test, hallaron un 30% de contagiados en uno y un 24% en el otro. Pero quizá han sido excepciones en un sector con 3.000 empresas que emplean a 100.000 personas. Por ejemplo, la empresa cárnica BonÀrea de Guissona (Lérida) informaba hace unos días de que, a pesar de que han trabajado al 100% durante el confinamiento, entre sus más de 4.000 empleados sólo han detectado un 1,2% de contagiados, cifra inferior a la media nacional (5%) y a la de otros sectores de actividades esenciales (10%). El éxito lo atribuían a unos estrictos protocolos de prevención de riesgos implantados desde el 6 de febrero y a los 3.000 test realizados hasta ahora. Al igual que ha ocurrido en los hospitales, las medidas de seguridad y control condicionan la mayor o menor extensión de un brote.

Como concretó el lunes pasado María José Sierra, jefa de área del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, de los 2.289 casos producidos por los 201 brotes activos, 800 son de ámbito mixto, es decir, que el contagio se produjo en alguna reunión familiar o discoteca y la transmisión se trasladó luego al ámbito laboral. Además, 34 brotes están relacionados con empresas hortofrutícolas con gran presencia de temporeros, que suponen 734 casos; y 300 afectan a personas vulnerables "relacionadas con pateras" y con centros de acogida de inmigrantes. En mataderos -añadió- ha habido varios brotes, pero en estos momentos quedan 11, que se están cerrando, con unos 500 casos.

Después de las residencias de ancianos, las industrias cárnicas han aparecido como uno de los ambientes predilectos del coronavirus. ¿Es así? Off José R. Zárate Off

via Noticias de diariomedico.... https://ift.tt/3eXg7ZS

No hay comentarios:

Publicar un comentario