martes, 25 de agosto de 2020

La vacuna podría estar a mediados de 2021 si la epidemia sigue sin controlarse

Inmunología
soledadvalle
Mar, 25/08/2020 - 08:00
Covid-19
Sonia Zúñiga, viróloga e investigadora del CNB.
Sonia Zúñiga, viróloga e investigadora del CNB.

“Realmente, tal y como está la situación en estos momentos, es factible que para mediados del año que viene o finales haya alguna vacuna que funciones de alguna manera”. Este ha sido el pronóstico de Sonia Zúñiga, viróloga e investigadora del CNB, que trabaja en una de las vacunas para el Covid-19.  

Su fármaco no va a ser el primero, como reconoce, pero ya hay varias vacunas en la última fase de investigación. “La fase 3 se está acelerando, porque hay muchos casos. Las compañías prueban la vacuna donde hay muchas infecciones y si el progreso de la epidemia sigue igual [esto es, sin control] va a facilitar tener el suficiente número de pacientes para decir dónde se pone el límite de la eficacia de la vacuna”.   

En definitiva, la rapidez en contar con una inmunidad va a depender de la situación epidemiológica de la pandemia. “En los sitios con muchos casos, probablemente, la vacuna llegue antes porque no habrá otra forma de controlar la epidemia. Donde no suceda eso, y se controlen los contagios, tardará más”

Por la misma lógica, cuando la vacuna aparezca como un instrumento clave para el control del virus se puede justificar que salgan al mercado, aunque la inmunidad asegurada esté por debajo del 70%, como ha apuntado la experta. 

Estas reflexiones las hizo Zúñiga en la jornada de conclusión del curso “La virología y el coronavirus en primer plano”, que se celebró a lo largo de la pasada semana dentro del programa de verano de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), en el Palacio de la Magdalena, en Santander.  

"Las vacunas que ahora mismo están sobre la mesa van a tener una eficacia reducida, así que van a necesitar mejorarse”

En la ponencia final del curso, donde también ha participado la inmunóloga e investigadora Margarita del Val, la viróloga respondió a las preguntas que iban llegando de los asistentes al programa online.  

Sobre la evolución de la pandemia, Del Val se mostró poco esperanzadora en que la tendencia en el número de contagios dejara de aumentar. “Si baja la presión de la epidemia solo podrá ser porque todos decidimos hacernos monjes o porque hemos logrado una inmunidad colectiva”, apuntó y añadió: “No hay ningún sitio donde en estos momentos pueda ahorrarse la vacuna”.  

En esto contexto, Zúñiga afirmó: “Tiene sentido en una situación como esta solapar fases y acelerar –los procesos para conseguir un fármaco que inmunice- porque no se puede esperar los cinco años, diez o veinte años que lleva el desarrollo de una vacuna. Esto ya sucedió con la epidemia del Ébola, donde se desarrollaron vacunas mucho más rápido y se enlazaron fases”.  

Pero en esa explicación, la viróloga deja claro que dar con una vacuna ahora no concluye el trabajo de investigación de otros fármacos, entre otras razones porque, además, "las vacunas que ahora mismo están sobre la mesa van a tener una eficacia reducida, así que van a necesitar mejorarse”.  

Una eficacia reducida es mejor que nada y, además, con la esperanza puesta en que se podrá ir mejorando esa inmunidad, Zúñiga lanza un deseo: “Nos gustaría que cuando vayan apareciendo vacunas que mejoren a las existentes se sustituyan por la que se están ya comercializando, pero no sabemos si va a ser así”. 

¿De qué efectividad hablamos?

En esta misma carrera para terminar con el coronavirus está la investigación en tratamientos antivirales, cuyos avances también van a condicionar mucho la disponibilidad de las vacunas. “Si hay medicamentos efectivos para tratar a los pacientes, creo que en algunos sitios se va a preferir eso a vacunar, desgraciadamente, hasta que no haya una vacuna que sea efectiva un 70-80%”, aclaró.  

Y es que, la viróloga aclara que “las vacunas que se están investigando no pretenden evitar la infección en un 100%. Se está hablando de eficiencias de entre el 50 y el 70%. Eso quiere decir que, de 100 personas vacunadas, el 50% van a estar protegidos frente a la infección y el otro 50%, con suerte, no desarrollarán una enfermedad severa, pero el virus se va a seguir diseminando”. 

Algo que también quedó claro, es que “no va a haber vacunas para todos y por eso creo que se deberían de probar en el rango de edad al que se quiere vacunar primero y no se está haciendo".Zúniga confesó su preocupación porque las pruebas de las vacunas se están haciendo en jóvenes. “Normalmente se está probando en población joven que no es la población que tiene la enfermedad más severa y es la que mejor puede reaccionar a la vacuna, pero no es la población a la que se vacunaría primero si tuviera unas pocas dosis de vacunas”.  

Así, advirtió que “se debería probar la vacuna en más mayores, y hasta ahora los únicos que conozco que han aumentado las pruebas en rango de edad son los chinos, de 55 a 65 años. El resto todavía no. Están pasando a fase 3 sin ampliar ese rango de edad y deberían hacerlo”

Sobre si se vacunaría con el fámaco ruso, la investigadora apuntó que lo haría se se domostrara que es “seguro y eficaz”, algo que “no se sabe en estos momentos, porque no hay datos de esa vacuna”, adelantó.   

La viróloga Sonia Zúñiga admite que hay varios fármacos que podrían estar disponibles en esas fechas pero con una eficacia reducida que debería mejorarse. coronavirus Off Soledad Valle. Off

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