miércoles, 28 de octubre de 2020

Es triste lo que nos pasa... puede serlo, pero no es casual

Opinión
saradomingo
Mié, 28/10/2020 - 10:10
El Nobel ‘ningunea’ españa
La técnica CRISPR ha sido reconocida con el Nobel de Química 2020.
La técnica CRISPR ha sido reconocida con el Nobel de Química 2020.

Asumiendo el riesgo de que mis análisis resulten escasamente científicos, intentaré llegar a alguna conclusión de lo que nos sucede como individuos, como colectivo o como circunscripción geopolítica. A los humanos nos ha tocado vivir en un planeta maravilloso, y a los españoles en un continente rico y desarrollado en el que convivimos algo más de 500 millones de personas (un 6% de la población total en el mundo) responsables de un 20% del PIB global. Habitamos un país irregular, duro y cambiante en lo geopolítico que ha determinado ampliamente nuestros particulares desarrollos vitales y devenir histórico. Ello nos ha llevado como colectivo a protagonizar grandes gestas hasta situarnos a la cabeza del mundo y colonizar todo un enorme y maravilloso continente en el que arraigaron nuestra cultura, nuestras costumbres e idioma. Pero también a despertar los recelos o antagonismos propios hacia el colonizador y los celos o envidias de otros que vieron en los españoles el competidor a superar y batir. Todo ello facilitado por el afloramiento interno de disputas y rivalidades seculares que nos llevaron hace 80 años al capítulo más penoso de nuestra historia.

José Antonio Gutiérrez Fuentes, Director de la Fundación GADEA por la Ciencia
José Antonio Gutiérrez Fuentes, Director de la Fundación GADEA por la Ciencia

Pues bien, nos hallamos en un momento poco halagüeño tanto en los aspectos social, político y económico como en el sanitario azotados por la covid-19. Y, caben dos alternativas como miembros de ese privilegiado grupo de ciudadanos europeos: una, aceptar que la situación es fruto de un devenir condicionado por nuestra liberalidad, modo de entender la vida y particular uso de nuestras capacidades intelectivas y conformarnos. Otra, analizar los hechos que nos han traído hasta aquí y plantearnos qué hacer para rebelarnos contra un determinismo negacionista que nos impide reaccionar como sociedad organizada y vertebradora de colectivos aunados por un objetivo común.

Obviamente en la Fundación Gadea por la Ciencia apostamos por la segunda. A través de sus 280 Consejeros (pronto 400), científicos todos del máximo prestigio y representantes de todas las áreas del conocimiento, y nuestro decidido propósito de acercar la Ciencia a las empresas para la creación de riqueza y bienestar, somos conscientes de nuestras enormes capacidades como país para obtener en el concierto internacional reconocimiento y posiciones en los ámbitos científicos, empresariales y económicos que hoy se nos niegan. Pero, seamos conscientes que en gran parte ello es así porque nuestras instituciones con las universidades a la cabeza, nuestras empresas, y sobre todo nuestros gobiernos sucesivos, no han querido o no han sabido hacer lo necesario porque así sea.

“El nobel hubiera sido un gran estímulo para la ciencia española”

El último agravio o desprecio lo sufrimos los españoles el pasado 8 de octubre en la persona de un científico alicantino que hizo el mayor y probablemente más importante descubrimiento de las ciencias de la vida: el del mecanismo por el que unas primitivas bacterias se defienden de la agresión de los virus, al que bautizó como CRISPR (en inglés clustered regularly interspaced short palindromic repeats; en español repeticiones palindrómicas cortas agrupadas y regularmente interespaciadas).

El descubrimiento permitió el desarrollo de una tecnología conocida como CRISPR/Cas9 que efectiva y específicamente es capaz de cambiar la configuración de los genes dentro de los organismos. Se trata de la base para la edición de genes y la ingeniería genómica de incalculables aplicaciones en biología y en el tratamiento de numerosas enfermedades de base genética en un próximo futuro. 

“¿Cuáles fueron los apoyos de las instituciones a F. Mojica desde España?”

Me refiero a Francisco Martínez Mojica, microbiólogo, investigador y profesor titular del Departamento de Fisiología, Genética y Microbiología de la Universidad de Alicante. Su premio Nobel hubiese sido un gran estímulo y reconocimiento para la Ciencia Española, un revulsivo sin parangón para nuestra industria química, bioquímica, farmacéutica y sanitaria. Y, por si fuese poco, un ejemplo ilusionante para nuestras numerosas generaciones de estudiantes universitarios y una demostración al mundo de cómo somos capaces de grandes hazañas, a pesar de los pesares propios y ajenos.

Pero lo sucedido tampoco fue casual. Ni siquiera fruto de la “inquina” hacia lo español. Todos sabían la historia y quién es el padre del invento. Al menos todos lo supieron y valoraron en los países en que se postulaban candidaturas por el CRISPR y en todos los casos se pusieron en marcha las maquinarias de apoyo correspondientes. ¿Cuáles fueron los apoyos institucionales a M. Mojica desde España? ¿Qué hizo el gobierno español con nuestro flamante y anhelado ministerio de Ciencia e Innovación por reforzar su posición? ¿Qué lobbies españoles se implicaron en la decisión?
¿Alguien se ha parado a valorar el daño causado, no ya por el incalculable “lucro cesante de todo tipo”, sino por la imagen de pobreza y debilidad trasmitida como país y el deplorable mensaje a los que en España siguen afanándose cada día por que el Sistema Español de Ciencia, Tecnología e Innovación y Empresa (SECTIE) sea lo que puede y debería llegar a ser?

Off José Antonio Gutiérrez Fuentes. Director de la Fundación GADEA por la Ciencia Off

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