¿Quién evalúa al que evalúa? ¿Quién determina que el profesor que está impartiendo clase en una Facultad de Medicina lo hace bien? Hasta ahora, la propia universidad donde ese profesor ejerce, pero la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (Aneca) quiere controlar directamente ese proceso a partir del año que viene, al menos en lo relativo al reconocimiento de un complemento económico que premie la calidad del profesorado universitario.
Ese complemento económico se regulará mediante una nueva figura, el "sexenio docente", que la Aneca quiere implantar a lo largo del año que viene, y al que podrán optar todos los profesores que obtengan el grado de "excelente" en sus respectivas universidades, "pero no sólo ellos, sino también todos aquellos que demuestren estar especialmente comprometidos en sus centros con la docencia y la investigación", ha asegurado hoy Mercedes Siles Molina, directora de la Aneca, en una jornada sobre Buenas Prácticas Docentes, organizadas por la agencia evaluadora, y que han reunido, además, al ministro de Universidades, Manuel Castells, y al presidente de la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE), José Carlos Gómez Villamandos.
Hace apenas unas semanas, a finales de octubre, la Aneca recibió del propio Castells el encargo de implantar el sexenio docente, una fórmula para reconocer (y retribuir) la excelencia del profesorado, que vendría a sumarse a los dos sexenios ya existentes en la universidad española, el de investigación y el de transferencia. Además, este incentivo económico nacional sería adicional -y compatible- con el quinquenio docente y otros tramos autonómicos ya existentes para reconocer la labor del profesorado mediante un complemento específico por méritos docentes.
"Con los sexenios de investigación y transferencia, y ahora el docente, tendremos por fin una visión global de la actividad que se realiza en nuestras universidades y centros de investigación. Definir bien las características del futuro sexenio docente nos permitirá tener unos criterios homogéneos para toda la universidad y, sobre todo, saber hacia dónde queremos ir", ha enfatizado la directora de Aneca. Tanto ella como el presidente de la CRUE han coincidido en que la implantación del sexenio de investigación (que evalúa los trabajos científicos publicados por el solicitante durante un periodo de seis años) supuso un salto cualitativo para la investigación universitaria española, tan importante, por ejemplo, en los grados de Ciencias de la Salud.
Pero por mucho que sean las universidades las que reconozcan formalmente el grado de "excelente" a sus profesores, Aneca -y, a través de ella, el ministerio de Universidades- quiere tener la última palabra en ese reconocimiento; es decir, quiere que la compensación económica dependa de ella, y que se haga, además, con arreglo a unos criterios únicos en toda España.
Y todo ello por mucho que el propio Castells haya insistido hoy en que la regulación del futuro sexenio "no podrá hacerse sin una coordinación estrecha entre las agencias evaluadoras, nacional y autonómicas, y las propias universidades", representadas hoy por el presidente de la CRUE.
Pues bien, puestos a sentar las bases de esa colaboración, lo primero que ha pedido Gómez Villamandos es que lo que se haga sea coherente. "El primer requisito es que la evaluación docente que implantemos tenga sentido, y con eso no me estoy refiriendo a que sea más fácil, sino a que haya coherencia entre lo que se enseña y lo que se evalúa. Durante la pandemia y la formación online a que nos vimos obligados, la principal inquietud de los alumnos no era qué se les iba a enseñar, sino cómo se les iba a evaluar, y muchos profesores, análogamente, también parecían más preocupados no de lo que iban a enseñar, sino de cómo iban a evaluar a los alumnos".
El problema de fondo, cree el presidente de la CRUE, es que "mientras en la investigación se evalúan resultados, en el campo de la docencia no pasa lo mismo. Si nos limitamos a evaluar cursos, seminarios, proyectos, congresos... y no vamos a lo esencial, no lograremos la excelencia docente que se persigue. Esto no puede limitarse a una mera recopilación de cromos, sino que tenemos que incidir en el producto final, en lo que se transmite y en cómo se transmite".
Y por el camino, y como quien no quiere la cosa, al presidente de los rectores se le ha caído otra advertencia: ojo con fiarlo todo a las encuestas de satisfacción de los estudiantes. "Me temo que la tendencia a ver al alumno como un cliente de la universidad está cada vez más arraigada, y no son nuestros clientes. La retroalimentación con ellos es fundamental para saber por dónde tenemos que ir, porque es a ellos a quienes nos dirigimos, pero basar la evaluación del profesorado, y la posibilidad de un incremento salarial, sólo en encuestas a los estudiantes es un error, y nos retrotraería al concepto, ya superado, de la universidad medieval", dice Gómez Villamandos.
Hay tiempo para todos
Siles Molina ha explicado que el Programa Docentia (Programa de Apoyo a la Evaluación de la Actividad Docente del Profesorado Universitario) será la base del futuro sexenio docente.
El Docentia, creado en 2007 por la Aneca para establecer mecanismos de evaluación del profesorado, está ya implantado en 76 universidades españolas. La hoja de ruta que se ha marcado la agencia evaluadora nacional pasa por actualizar el Docentia antes de finales de 2020 -para lo que ya se ha creado un grupo de trabajo específico en colaboración con la CRUE- e implantarlo en todas las universidades. "Una vez que todos los centros tengan implantado y actualizado un sistema de evaluación (para determinar, entre otras cosas, qué profesores son "excelentes") fijaremos los criterios del futuro sexenio, y lo haremos de forma consensuada con los rectores". El plazo que la directora tiene en la cabeza es implantarlo "a finales de 2021".
El primer requisito para optar al sexenio es, pues, haberse sometido previamente a la evaluación de Docentia, pero tranquilidad porque todos los profesores tendrán tiempo de hacerlo, dice Siles Molina: "A lo largo de todo 2021, los docentes tienen tiempo de sobra para presentarse a ser evaluados por sus propias universidades y luego, claro, podrán optar al sexenio. Aunque la idea sea implantar esta nueva figura en 2021, las primeras evaluaciones no se harán hasta 2022".
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