La pandemia de covid-19 nos ha traído elevadísimas tasas de morbilidad y mortalidad, nunca vistas en la historia reciente de España, y, en paralelo, la pérdida de 622.600 puestos de trabajo y una contracción de la economía nacional del 11% (al cierre de 2020). Y el proceso sigue, ahora en la tercera ola nacional.
Pero el sector sanitario, igual que está poniendo en el otro lado de la balanza muchas vidas salvadas, será el factor clave de la recuperación económica post covid-19 por una doble vía: por una lado, las vacunas contra el SARS-CoV-2, que cuando se hayan administrado a más del 70% de la población permitirán recuperar la normalidad social, laboral y empresarial; y por el otro, toda su capacidad como motor económico, que sin duda saldrá reforzada de esta terrible emergencia sanitaria.
Para eso hay que evitar que el Sistema Nacional de Salud (SNS) vuelva a resultar uno de los servicios públicos más mermados (se calcula que entre 2011 y 2015 sufrió un recorte de 10.000 millones de euros); y, en paralelo, lograr que los decisores públicos asuman que la actual crisis sanitaria es una oportunidad para potenciar este sector y, de su mano, al conjunto de la economía nacional.
Sumando el gasto público y privado, la sanidad representa el 9% del PIB español (105.000 millones de euros al año). Y además, es un gran generador de empleo directo e indirecto; a modo de ejemplo, sólo las instituciones del SNS cuentan con más de 515.000 trabajadores.
No obstante, el reto es mayúsculo: implica, entre otros, lograr que España sea autosuficiente en medicamentos, productos y tecnologías básicas y empiece a ser realmente competitiva en la investigación, desarrollo e innovación de todos ellos. Esta crisis nos ha demostrado lo excesivamente dependientes que somos de otros países, comenzando por los asiáticos, y el tremendo coste que ello representa en circunstancias como las actuales.
Para tratar de solucionarlo y transformar y fortalecer nuestra economía dispondremos de los fondos de recuperación europeos, por valor total de 140.000 millones de euros; una grandísima baza para las empresas y las administraciones públicas. El Real Decreto-ley 36/2020, de 30 de diciembre, por el que se aprueban medidas urgentes para la modernización de la Administración Pública y para la ejecución del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, tramitado y aprobado esta semana en el Congreso de los Diputados de manera lamentable (gracias al apoyo de Bildu y la abstención de Vox), no es perfecto, especialmente en lo tocante a los sistemas de toma de decisiones y de control de los fondos, pero hay que lidiar con el y tratar de sacarle el máximo provecho.
Especialmente interesante para todos los agentes del sector salud, públicos y privados, son los PERTE (Proyectos Estratégicos para la Recuperación y Transformación Económica): “Aquellos proyectos de carácter estratégico con gran capacidad de arrastre para el crecimiento económico, el empleo y la competitividad de la economía española”, reza el citado RDL.
La declaración de un proyecto como PERTE se realizará por Acuerdo del Consejo de Ministros, a propuesta del titular o titulares del departamento o departamentos competentes. Y los criterios que se seguirán son, entre otros: que el proyecto represente una importante contribución al crecimiento económico, a la creación de empleo y a la competitividad de la industria y la economía española, habida cuenta de sus efectos de arrastre positivos en el mercado interior y la sociedad; que permita combinar conocimientos, experiencia, recursos financieros y actores económicos, con el fin de remediar importantes deficiencias del mercado o sistémicas y retos sociales a los que no se podría hacer frente de otra manera, y que tenga un importante carácter innovador o aporte un importante valor añadido en términos de I+D+i, por ejemplo, posibilitando el desarrollo de nuevos productos, servicios o procesos de producción.
¿Conocen ustedes algún otro sector nacional con tanta masa crítica, tanto conocimiento y nivel de superespecialización y tanta capacidad innovadora y de tanto valor social y económico como el sanitario? Esperemos que el mayor porcentaje de PERTE sean del ámbito de la salud, pero, para que así sea, hace falta una amplísima movilización sectorial que, a pesar de la situación de emergencia, tendría que empezar ya; liderazgos e incentivos en todos los subsectores y niveles, y administraciones que, para variar, den alas en lugar de palos en las ruedas.
via Noticias de diariomedico.... https://ift.tt/36p4Dwr
No hay comentarios:
Publicar un comentario