Las nuevas tecnologías, encabezadas ahora por las posibilidades que ofrecen el big data y la inteligencia artificial (IA), están generando grandes cambios en los distintos niveles asistenciales, aunque se trata de cambios que aún evolucionan a distintas velocidades. Y es que no todos están igual de adaptados o dispuestos.
En este sentido, Jaime del Barrio, presidente de la Asociación Salud Digital, considera que “debemos luchar para que la formación de los futuros profesionales se acerque aún más a lo que la sociedad necesita: una atención más precisa y personalizada, ayudada de las nuevas tecnologías. Actualmente estamos viviendo un cambio cultural necesario, pero este debe tener el único fin de mejorar la calidad de los pacientes”.
Del Barrio ha participado en la presentación hoy jueves de la monografía Inteligencia Artificial en el campo de la Salud. Un nuevo paradigma: aspectos clínicos, éticos y legales, elaborada por 14 expertos de la mano de la Fundación Merck.
Esta formación a la que Del Barrio se ha referido sería especialmente importante si, tal y como ha deseado, “los profesionales sanitarios liderásemos el cambio; hemos mirado hacia otro lado mientras estaba llegando, pero esto no va solo de tecnología, es un cambio en la forma de trabajar y tomar decisiones”.
Modelos obsoletos
Y, del mismo modo que los profesionales, son fundamentales también los pacientes: “Tenemos sistemas digitales diseñados para modelos que ya no son tales. Debemos distinguir para quién se crea valor, buscar resultados en salud, la equidad con la salud digital y pensar en lo que de verdad importa a las personas, en lugar de buscar fines que sirvan al sistema”, afirma Julio Lorca, director de Desarrollo de Salud Digital en DKV.
Además, según Jesús García-Foncillas, jefe del Servicio de Oncología Médica de la Fundación Jiménez Díaz, en Madrid, en Oncología la IA “hace realidad la personalización del tratamiento, porque cada tumor es único, igual que cada persona es diferente, y ahora podemos analizar la ingente información que se deriva de profundizar molecularmente, desde las ómicas, en cada tumor, algo que es imposible de acometer desde un punto de vista estrictamente humano”.
Asimismo, toda esta información permitirá “abrir cauces, caminos para buscar nuevos fármacos; se trata de enlazar la parte clínica y la de investigación, buscando la máxima eficacia con la mínima toxicidad”.
Utilidad
Por su parte, Federico de Montalvo, presidente del Comité de Bioética de España, ha destacado que “se debe reflexionar sobre la utilidad de las máquinas en la medida que pueden ayudar a los seres humanos para su aplicación”. Eso sí, a su juicio, “una de las grandes incógnitas humanas es el efecto placebo, algo que una máquina no puede registrar.
Asimismo, ha recalcado los instrumentos jurídicos del sistema español frente a la IA y ha destacado “el papel del principio de precaución que permite a los profesionales médicos y sanitarios actuar bajo la incertidumbre y conociendo los riesgos”.
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