miércoles, 28 de abril de 2021

Convenio colectivo de oficinas de farmacia o el estrepitoso fracaso del diálogo

Opinión
naiarabrocal
Jue, 29/04/2021 - 07:03
Negociación laboral
El convenio entre los COF catalanes y el CatSalut busca desarrollar una línea de trabajo de continuidad y coordinación asistencial con las farmacias.
El convenio entre los COF catalanes y el CatSalut busca desarrollar una línea de trabajo de continuidad y coordinación asistencial con las farmacias.

Conviene indicar que el XXV Convenio, que está judicializado, ha superado su vigencia en diciembre de 2019 y desde las instituciones empresariales y sindicales no hemos sido capaces de sentarnos de nuevo a negociar, esta vez con todos y entre todos, con la representatividad suficiente y plena de cada una de las partes; no hemos logrado ponernos a trabajar en un nuevo convenio para tenerlo firmado y publicado en beneficio de empresarios y trabajadores de la oficina de farmacia y, por el contrario, nos hemos mantenido firmes en la judicialización en acreditación de esa incapacidad de diálogo manifiesta y como si con ello fuéramos a obtener algo positivo.

Como botón de muestra del desfase en el que nos encontramos, estamos terminando el primer cuatrimestre del año 2021, y al comienzo de este año tuvimos que recurrir al artículo 3.4 del anterior Convenio Colectivo, el XXIV, que nos indicó que si el PIB del año anterior no había aumentado más del 1%, no se debían aumentar los salarios, y así se hizo al contraerse la economía española, en base a una norma convencional que el sector debió aceptar mediante laudo arbitral, en el año 2014.

Sindicatos y empresarial

El fracaso del diálogo para el convenio de farmacias vino dado desde el momento en que no se presentaron a la constitución de la mesa negociadora los sindicatos CCOO, UTF y Fetrafa; se supone que por no estar conformes con la representatividad que decían ostentar unos y otros desde su punto de vista. Como consecuencia, el convenio acabó en una doble judicialización a iniciativa de estos sindicatos.

José Luis Pérez Herráiz, de Adefarma.
José Luis Pérez Herráiz, de Adefarma.

La Audiencia Nacional dio la razón a las empresariales y a UGT, en el sentido de que, al no haberse presentado a la constitución de la mesa negociadora los referidos sindicatos, no tenían ningún derecho a estar presentes en la negociación.

Posteriormente, en sentencia también de la Audiencia Nacional de fecha del 28 de febrero de 2019, se declaró nulo el XXV Convenio Colectivo Estatal para Oficinas de Farmacia, ante la falta de representatividad suficiente de UGT, sentencia que se encuentra recurrida ante el Tribunal Supremo por FEFE. La Sala de lo Social del Tribunal Supremo se reúne el próximo día 4 de mayo de 2021 para votar el fallo sobre el recurso de FEFE.

En el Supremo

Pase lo que pase con esta sentencia, desde Adefarma siempre se entendió que la mesa negociadora compuesta por UGT, FEFE y Fenofar estuvo correctamente constituida y así se ha hecho valer ante la Audiencia Nacional siempre que ha habido ocasión, pero este tribunal dictó sentencia declarando falta de representatividad de UGT para negociar el XXV Convenio. Esta sentencia acabó en vía de recurso ante el Tribunal Supremo, momento en el que nos encontramos.

La referida mesa negociadora se constituyó el 4 de julio de 2016 y finalizó su tarea negociadora en el mes de enero del año 2017 con la firma del nuevo XXV Convenio Colectivo para Oficinas de Farmacia, y quedó pendiente de publicar en el BOE debido al referido bloqueo de los sindicatos discrepantes y del Ministerio de Trabajo, materia sobre la que ahora, el próximo 4 de mayo,  se obtendrá nuevo resultado.

“Someternos a la voluntad de los jueces en la elaboración de un convenio colectivo es un fracaso de todos”

Adefarma ha estado representada durante todo el proceso a través de Fenofar, y posteriormente por FEFE al quedar integrada la primera en esta última organización empresarial. No obstante, desde la patronal madrileña siempre se ha intentado que prosperara el diálogo y el tiempo nos ha dado la razón, ya que someternos a la voluntad de los jueces en la elaboración de un convenio colectivo, donde la herramienta es el diálogo, se puede decir, alto y claro, que es un fracaso de todos. En casos así no es razonable someter la voluntad de las partes implicadas al criterio de los jueces.

Da igual el sentido que tenga la sentencia del  Supremo; lo único que se ha conseguido durante todo este tiempo es que el sector de farmacias a nivel nacional esté sin regular laboralmente desde hace años, en perjuicio de todos. La sentencia, dicte lo que dicte, obligará a las partes a hablar y a pactar, cosa que había que haber hecho desde el primer momento, lejos de los tribunales.

Off José Luis Pérez Herráiz, abogado y asesor Jurídico de Adefarma Opinión Opinión Off

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