"En mi móvil tengo más de 2.200 contactos, la mayoría compañeros, y muy pocos hacen alguna actividad física, incluidos los médicos del deporte”, comenta Francisco Esparza, director del Máster de Traumatología del Deporte de la Universidad Católica San Antonio de Murcia.
Hacen falta más estudios porque el conocimiento sobre este problema es escaso. De hecho, Esparza anuncia que promoverá un estudio para hacer una buena fotografía de la situación. Sin embargo, existe un metanálisis de Mayne et al (Sedentary behaviour among general practitioners: a systematic review), que refiere dos trabajos, uno irlandés, que indica que el 49% de los galenos hacen ejercicio pero que el 20% son totalmente inactivos, y uno letón, que muestra que las médicas de allí sí tienen un alto nivel de actividad física.
“Mi impresión, aunque tiene solo ese valor, es que la práctica de la actividad física es escasa en los médicos y que se ha agravado por la pandemia”, considera Pedro Manonelles Marqueta, presidente de la Sociedad Española de Médicos del Deporte.
Los galenos saben mejor que nadie que el ejercicio es la mejor pastilla que se puede tomar. ¿Qué ocurre entonces para que no se la administren? Tanto Esparza como Manonelles lo atribuyen a que su trabajo y dedicación les deja poco tiempo para eso. “En el sistema público se trabaja de ocho a tres, se hacen guardias y muchos médicos tienen consultas privadas”, explica el director del máster de la UCAM. El presidente de la Semed apunta otros motivos:
“El médico debe dedicar un tiempo importante a la formación continuada; no son muchas las profesiones que lo hagan, lo que resta horas al ejercicio. Y en estos momentos se está pidiendo al médico mucho esfuerzo laboral y es previsible que la situación no mejore”.
La solución es complicada, pero el médico debe ser disciplinado a la hora de seguir los consejos que da a sus pacientes. Según Esparza, una manera es intentar protocolizar y ser rutinario con alguna actividad física. Manonelles añade que elija una que le guste: “Si no es así, es muy difícil iniciarse y mucho más mantenerla en el tiempo, porque los beneficios sólo se consiguen si se persiste”.
Para Esparza, lo más sencillo es hacer ejercicio por la mañana temprano: “Otra posibilidad es al final del día, pero es cuando uno está más agotado”. En fin, cuando se pueda y como se pueda.
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