viernes, 30 de abril de 2021

Manejar los tiempos, esencial para el éxito terapéutico en la salud femenina

Neurología
cristinareal
Vie, 30/04/2021 - 08:00
Con la colaboración de GSK, Janssen y Theramex
La prevalencia e impacto en la calidad de vida de muchas enfermedades es mayor en mujeres, sobre todo en la edad madura. ILUSTRACIÓN: Gabriel Sanz.
La prevalencia e impacto en la calidad de vida de muchas enfermedades es mayor en mujeres, sobre todo en la edad madura. ILUSTRACIÓN: Gabriel Sanz.

No todas son exclusivas del género femenino, pero la prevalencia y el impacto en la calidad de vida de muchas enfermedades sí que es mayor en las mujeres, sobre todo en la edad madura. Las nuevas opciones y enfoques terapéuticos permiten un manejo óptimo del ictus, la psoriasis, el cáncer de ovario y la osteoporosis, pero aún quedan muchos flecos como el diagnóstico temprano, la adherencia y, sobre todo, la prevención y la gestión de la discapacidad (común a muchas de ellas). Todos estos temas se abordaron en la mesa de debate Salud de la Mujer, organizada por Diario Médico en colaboración con GSK, Janssen y Theramex, y que contó con la participación de Susana Arias, vocal de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Neurología (SEN) y especialista del Hospital Clínico de Santiago de Compostela; Enrique Casado, jefe de la Unidad de Metabolismo Óseo del Servicio de Reumatología del Hospital Parc Taulí, de Sabadell; Alfonso Cortés, oncólogo médico de la Sección de Cáncer de Mama y Tumores Ginecológicos del Hospital Ramón y Cajal, de Madrid; y Lourdes Rodríguez, directora de la Unidad de Psoriasis del Hospital Virgen del Rocío, de Sevilla.

Estos especialistas señalaron directamente a la edad como un factor determinante en la frecuencia, el pronóstico y las consecuencias de estas cuatro patologías entre la población femenina. Por ejemplo, se estima que la prevalencia de osteoporosis en mujeres mayores de 50 años es de entre el 25 y el 30%, comentó Enrique Casado: “Además, esta prevalencia avanza con la edad, alcanzando en mujeres mayores de 70 años el 40-50%, lo que es prácticamente la mitad de la población femenina por encima de esa edad”.

Factor de riesgo de ictus

"La edad es el principal factor de riesgo para desarrollar un ictus”, comentó Susana Arias. “Se sabe que los ictus que padecen las mujeres tienen peor pronóstico, ya que se deben fundamentalmente a una fibrilación auricular, así que van a ser ictus más discapacitantes, con un mayor riesgo de dependencia y más probabilidades de institucionalización”.

Según Lourdes Rodríguez, el impacto de la edad en la psoriasis va en otro sentido, ya que la media en la que se manifiesta son los 28 años, y el 75% de los pacientes la presenta antes de los 40. “En las mujeres coincide con la etapa reproductiva, y ello conlleva un reto terapéutico, especialmente para aquellas con psoriasis grave que desean quedarse embarazadas o lo están en el momento del diagnóstico”.

La osteoporosis y el ictus son especialmente paradigmáticos en cuanto a la discapacidad asociada a estas enfermedades. “En nuestras pacientes, el impacto de la fractura de cadera es enorme, hasta el punto de que la mayor parte de ellas dejan de ser autónomas. Y en las fracturas vertebrales, es muy frecuente que quede un dolor crónico residual que lleva al consumo de opiáceos, con todos los efectos secundarios que tienen. Sería necesario implantar en las consultas de los especialistas que atendemos a estos pacientes el uso de los cuestionarios de calidad de vida, una práctica a la que no estamos acostumbrados”, dijo Enrique Casado.

Enrique Casado: “La prevalencia de osteoporosis avanza con la edad, alcanzando en mujeres mayores de 70 años el 40-50%, prácticamente la mitad de la población femenina”

Un dato que refleja hasta qué punto el ictus puede llegar a ser incapacitante es que, en menores de 55 años, tan sólo uno de cada tres pacientes vuelve a la situación de independencia funcional que tenía antes del evento. “En las mujeres de más edad, esta circunstancia supone un cambio radical de vida que implica pasar de ser totalmente autónomas a quedar prácticamente confinadas a una silla de ruedas y a un estilo de vida cama-sillón”. Susana Arias expuso la importancia de establecer un programa de rehabilitación multidisciplinar que contemple no solo la rehabilitación motora y física, sino la terapia ocupacional, con el objetivo de conseguir la mayor independencia posible. “La rehabilitación neuropsicológica también es un apoyo importante tanto para asumir la nueva situación en la que se encuentra la persona como para trazar metas y conseguir logros en su proceso de recuperación”, expuso Arias.

La maternidad se ve comprometida por la psoriasis y el cáncer de ovario. “No se cree que la psoriasis en sí afecte a la fertilidad, pero sí se ha informado de que estas pacientes tienen un 22% menos probabilidad de embarazo en comparación con la población en general”. Lourdes Rodríguez explicó que las razones son complejas, pero parece ser que muchas mujeres deciden no tener hijos por el temor a transmitir la enfermedad a su descendencia, por una preocupación injustificada a su evolución durante el embarazo y al efecto de los tratamientos en el feto. “Para las mujeres que aún no han sido madres, el cáncer de ovario es una enfermedad especialmente cruel”, afirmó Alfonso Cortés. “La gran mayoría de las veces la cirugía que se emplea en este tumor incluye en un porcentaje muy elevado una ooforectomía bilateral, que imposibilita conseguir el embarazo de manera natural”.

Efecto de la pandemia

Durante el debate, los especialistas pusieron en común sus experiencias respecto a la repercusión de la pandemia en el abordaje de estas enfermedades. “En la patología cerebrovascular, el efecto de la covid ha ido variando según las olas. En la primera observamos una reducción drástica del número de pacientes con ictus que llegaban a los servicios de Urgencias; concretamente, los ingresos por esta causa se redujeron en más de un 30%. Tanto los resultados de un estudio llevado a cabo por la SEN para analizar las causas de este descenso como los de investigaciones en la misma línea realizadas en otras partes del mundo sitúan al miedo como el principal factor implicado y, también, evidencian que los pacientes que finalmente acudieron al hospital lo hicieron de forma tardía”, explicó Susana Arias. En la actualidad, la situación asistencial de estos pacientes está normalizada, “pero lo que sí estamos viendo son ictus derivados de la patología covid tanto en la fase aguda como en la subaguda de la enfermedad. Se trata de pacientes con ictus en los que la única causa atribuible ha sido la propia infección por SARS-CoV-2”.

Para los pacientes psoriásicos, el impacto de la pandemia fue mucho menor del esperado, como reconoció Lourdes Rodríguez: “Suspendimos las consultas presenciales y nos comunicamos con ellos por vía telemática. Temíamos que una vez se normalizara la situación nos íbamos a encontrar en la consulta con que muchos de ellos habían empeorado, pero no fue así. La mayoría han sabido controlar ellos mismos su enfermedad y normalizar los periodos de brote, a pesar de las circunstancias”.

Susana Arias: “Se sabe que los ictus que padecen las mujeres son más discapacitantes, con un mayor riesgo de dependencia y más probabilidades de institucionalización”

También tuvimos dudas acerca de los pacientes que están tratados con inmunomoduladores e inmunosupresores, pero hemos constatado que estos no tuvieron un riesgo aumentado de infectarse por SARS-CoV-2 ni de presentar una mayor gravedad o complicaciones si lo hacían. Y tampoco, hasta la fecha, está contraindicada ninguna de las vacunas anti-covid en estos pacientes, aun estando en tratamiento”.

En línea con lo ocurrido con otros tumores, que se diagnosticaron entre un 20% y un 30% menos, según datos de la SEOM, los diagnósticos de cáncer de ovario se redujeron considerablemente al inicio de la pandemia y además, los que llegaban a la consulta lo hacían en etapas más avanzadas, una situación que, como afirmó Alfonso Cortés, está actualmente normalizada. “En cuanto a la vacuna de la covid, a pesar de que en los estudios clínicos tan solo un 3% de los pacientes reportaron haber padecido cáncer, la SEOM y otras sociedades internacionales han emitido una recomendación explícita de vacunar a estos pacientes, incluidos los metastásicos y los que se encuentran en quimioterapia activa, ya que los beneficios superan a los riesgos”.

La repercusión en las pacientes osteoporóticas también ha sido importante, según comentó Enrique Casado: “Si ya antes había un claro infradiagnóstico, con la paralización de la actividad, sobre todo en la primera ola, la situación empeoró. Pudimos hacer telemedicina para realizar el seguimiento de estos pacientes y, de esta forma, se logró ir manteniendo la adherencia y el buen cumplimiento del tratamiento”. Asimismo, en un estudio avalado por la Seiomm y la AEEM (Asociación Española para el Estudio de la Menopausia), en el que se preguntó expresamente a estas mujeres sobre cómo estaban viviendo la pandemia y el confinamiento, se observó un aumento del consumo de alcohol, un mayor tabaquismo (del orden del 10%) y un 75% confesó que había hecho menos actividad física. “Un dato muy importante fue el impacto a nivel emocional: un 51% se sintió desanimada, y un 57% experimentó un aumento de la ansiedad”.

Pérdida de adherencia

Todo lo anterior repercutió en una pérdida de la adherencia al tratamiento de un 14%”, comentó Casado, quien añadió que los estudios avalan la seguridad de los tratamientos para la osteoporosis frente a la covid-19. “Incluso se ha visto que algunos tratamientos podrían tener un efecto beneficioso de cara a la protección. En cuanto a la vacuna, las sociedades científicas, entre ellas la Seiomm, han elaborado un documento en el que se establecen los plazos en los que se deben administrar estas vacunas a los pacientes con osteoporosis en función de los tratamientos que están recibiendo, por ejemplo, evitando que coincida con la administración del ácido zoledrónico”.

Alfonso Cortés: “En mujeres que no han sido madres el cáncer de ovario es una enfermedad especialmente cruel, porque la cirugía muchas veces imposibilita un embarazo natural”

En este contexto, resulta especialmente interesante la situación de los pacientes de ictus por los efectos a nivel vascular asociados a algunos tipos de vacunas anti-covid. Preguntada al respecto, Susana Arias apeló a la cautela y afirmó que, “según las evidencias de las que disponemos, en las personas que han sufrido un ictus arterial, tanto isquémico como hemorrágico, no existe contraindicación para ningún tipo de vacuna. Y tampoco hay contraindicación en los pacientes anticoagulados, pero es un tema que hay que ir valorando día a día, prestando atención en todo momento a las pautas de las agencias reguladoras”.

Como relataron los expertos, la irrupción de fármacos como los biológicos y la introducción de nuevas técnicas han marcado el abordaje actual de estas cuatro patologías, permitiendo tratamientos cada vez más personalizados y avanzados. Sin embargo, lograr una mayor y mejor adherencia supone un reto importante, especialmente en los pacientes con osteoporosis. “Esta enfermedad precisa un tratamiento continuo y diario, lo que no es fácil de conseguir, ya que es asintomática”, explicó Enrique Casado. “Por suerte, las actuales opciones terapéuticas de administración semanal, mensual, bianual y anual han mejorado bastante este aspecto”.

En psoriasis, “el problema es que los pacientes un poco más mayores han perdido la esperanza de tratamiento”, apuntó Lourdes Rodríguez. “Disponemos de terapias más avanzadas y estrategias terapéuticas más eficaces y, sobre todo, seguras, y hacemos una intensa labor de divulgación, en la que una de nuestras preocupaciones es dirigirnos a esos pacientes que llevan toda la vida con la enfermedad con el objetivo de animarles a acudir al dermatólogo para que valoren su situación actual y les prescriba el tratamiento más adecuado”.

“En general, los pacientes vasculares cerebrales son buenos cumplidores del tratamiento ya que se trata de una enfermedad muy invalidante y que supone un cambio radical en sus vidas, lo que favorece una mayor concienciación tanto respecto al tratamiento como al control de los factores de riesgo”, dijo Susana Arias.

Precisamente, todos coincidieron en la importancia de conseguir esa mayor concienciación sobre los factores de riesgo que estas patologías comparten en mayor o menor medida, como obesidad, sedentarismo, HTA, dislipemia o tabaquismo. Especialmente en lo que se refiere a los tres “palos” de la prevención: dieta saludable, hábitos adecuados y, sobre todo, ejercicio físico. “En definitiva, es la mejora de los estilos de vida lo que hará que nuestros pacientes tengan una buena salud en general y, también, un mejor control y pronóstico de su enfermedad”, concluyó Lourdes Rodríguez.

Osteoporosis, ictus, cáncer de ovario y psoriasis son patologías con gran impacto en la mujer. Los tratamientos se deben adaptar a sus etapas vitales. Off Carla Nieto Reumatología Dermatología Oncología Off

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