Actualmente hay dos alternativas para administrar o extraer líquidos a un paciente, ya sean medicamentos o transfusiones de sangre: la administración por vía intravenosa o por vía intraósea. En ciertas situaciones -donde se requiere una extracción de médula ósea, cuando el paciente ha sufrido quemaduras, presenta edemas o en situaciones de emergencia en pacientes que precisen reanimaciones cardiopulmonares- la vía intraósea es una solución preferente para el suministro de soluciones líquidas al paciente por vía intravascular.
“Una vez efectuada dicha administración de líquido resulta necesario extraer la aguja del cuerpo del paciente, pero los dispositivos de inyección y/o administración intraósea no están, por lo general, adaptados para facilitar el procedimiento de extracción, lo que complica dicho procedimiento y puede generar daños, molestias o dolor al paciente. También es peligroso para el profesional que realiza la técnica de extracción, ya que se realiza con un instrumento diseñado para otro fin, como la jeringuilla, a modo de mango o empuñadura”, explica Julio de la Torre, actualmente profesor de la Universidad Pontificia Comillas y jefe de estudios en el Grado de Enfermería de la EUEF San Juan de Dios.
SUMARIO “El uso de un dispositivo no diseñado específicamente para la extracción segura pone en riesgo la seguridad ante pinchazos accidentales por parte del profesional que realiza la técnica”
Para evitar molestias en el paciente y pinchazos accidentales por parte del profesional que realiza la técnica, De la Torre ha inventado y desarrollado un dispositivo de extracción de agujas intraóseas: X-tractor. (Patent Cooperation Treaty WO2020012051 modelo de utilidad U202030478 número de publicación: ES1247360).
“Este tipo de agujas se extraen con la ayuda de una jeringuilla con rosca de tipo Luer-lock, que no está diseñada para este fin, y que conlleva varios inconvenientes asociados: la falta de seguridad en la extracción por un lado y la incomodidad de la misma, al requerir ejercer fuerzas de torsión y extracción nada apropiadas en una jeringuilla. Mi invento dispone de una vaina interna retráctil, que proporciona el elemento de bioseguridad necesario para evitar una punción accidental al profesional que realice el procedimiento, e incluye un protector distal que protege la piel del paciente en esa maniobra de extracción”.
La idea se le ocurrió después de colaborar con profesionales de la veterinaria en aspectos relacionados con transfusiones a primates en condiciones extrahospitalarias, con los consiguientes riesgos a la hora de realizar algunos procedimientos. “Tras una experiencia de riesgo, y a la hora de estudiar el protocolo de extracción, me percaté de la falta de material específico para tal fin”, señala.
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15.000 euros de financiación
La presentación de una patente requiere de un informe técnico y de una aplicación en diferentes organismos. “Desde la oficina española de patentes recomiendan la contratación de un despacho de abogados experto en ello, y no le falta razón. La Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, de quien depende la Escuela de Enfermería, y la Universidad Pontificia Comillas han visto que el desarrollo de la patente podía ser positivo y han apoyado la idea en todo el desarrollo, con el apoyo económico necesario: 15.000 euros entre aplicaciones y licencias nacionales e internacionales”.
A por la patente…
El proceso de la obtención de la patente va por fases. “La aplicación nacional se resolvió el año pasado positivamente, con el título de modelo de utilidad. También la PCT internacional, con el informe positivo de las 15 llamadas reivindicaciones propuestas en la idea, lo que nos ha animado para la extensión de esta idea en la Comunidad Europea, Estados Unidos e Israel, como potenciales áreas de comercialización, actualmente en proceso de verificación”, explica.
Una vez concebido un invento, el desarrollo de una patente debe tener como fin la comercialización de la idea. “Por una parte, estamos trabajando en el prototipo de un modelo que sea útil y que pueda probarse en ensayos reales. Una vez hecho esto -contamos con la colaboración de diversos laboratorios en la Escuela de Ingenieros de nuestra universidad ICAI-pasamos a la fase de implementación clínica, donde se prueba sobre el terreno. La inversión aquí es variable, y depende en muchos casos de asociarlo a proyectos docentes”, asegura.
Dificultades
Desde 2017 la mayor dificultas para conseguir una patente es que la idea debe pasar por un informe técnico de valoración que dé el visto bueno a la invención. “Una vez subido este escalón queda ir subiendo el resto, con las diferentes fases: PCT y fases nacionales. En Estados Unidos, por ejemplo, se ha realizado la aplicación, y estamos a la espera de su respuesta”.
No obstante, añade que en España es complicado obtener una patente debido a la burocracia y los costes asociados. “Solo el hecho de tener que contratar a un despacho especializado, con sus importes e impuestos correspondientes, hacen que dispongas de fondos económicos para las tasas aplicadas”.
¿Investiga Enfermería en España?
De la Torre explica que el colectivo profesional de Enfermería en España investiga mucho menos de lo que sería deseable. “La actividad investigadora de las enfermeras es mucho menor de lo que podemos observar en los países de nuestro entorno o en Estados Unidos, Canadá o Australia, donde la investigación en el área de los cuidados al paciente es mucha y de muy buena calidad”.
Recuerda, no obstante, que en España hemos comenzado a despegar dentro de algunos proyectos multidisciplinares. “Nuestra labor en los ensayos clínicos de la industria farmacéutica es fundamental y estamos integrados en esos equipos de forma plena, con muchas competencias únicas y necesarias para un desarrollo integral. También implementamos proyectos de envergadura, como un estudio del estatus nutricional del paciente oncológico, con más de 600 pacientes reclutados en 10 hospitales de nuestro país. https://ift.tt/3cdSBcz pendientes de publicar los resultados”.
De la Torre ha trabajado como investigador contratado en el Instituto de Investigación Sanitaria del Hospital Clínico Universitario San Carlos de Madrid en el área de Oncología Médica desarrollando ensayos clínicos de Fase I a IV, y lidera la investigación en relación con el cuidado del paciente con cáncer dentro de la Sociedad Española de Enfermería Oncológica (SEEO), del que es director de su revista científica oficial. También es investigador invitado en el área de Acceso Vascular en la Universidade Federal do Triangulo Mineiro (Brasil) y forma parte del Advocacy Working Group de la EONS, European Oncology Nursing Society.
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