Los laboratorios de diagnóstico in vitro (DIV) de los hospitales españoles lo han dado todo durante la pandemia, multiplicando sus horas de trabajo y producción de resultados en un entorno que, durante los primeros meses de la pandemia, fue “una pesadilla”, según lo ha definido Julio García Rodríguez, jefe del Servicio de Microbiología del Hospital La Paz, de Madrid, durante la presentación del proyecto Espías de Laboratorio, una iniciativa de la Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria (Fenin), impulsada desde el Sector de Diagnóstico In Vitro (DIV), que invita a los ciudadanos a colarse en un espacio al que no se suele acceder y comprobar por sí mismo cómo funciona, desde que se recoge una muestra de sangre o de orina y hasta que llegan los resultados al profesional que los ha solicitado.
García Rodríguez, considera, no obstante, que durante la pandemia “se ha aprendido mucho, porque lo que no te mata te hace más fuerte. Hemos salido reforzados tras la crisis”, una crisis durante la que el laboratorio de La Paz ha procesado 360.000 PCR de los 700 millones de pruebas relacionadas con la covid que se realizaron en España durante 2020.
Aunque la pandemia ha reforzado el trabajo de los laboratorios, también ha puesto de manifiesto las carencias, que están, fundamentalmente, “en los sistemas de información: no podemos trabajar en red, en equipo, como nos gustaría, lo que limita los tiempos de respuesta”, ha afirmado García Rodríguez.
Ayuda a la toma de decisiones
Ha coincidido con su punto de vista Antonio Buño, jefe del Servicio de Análisis Clínicos de La Paz, a cuyo juicio, siendo el laboratorio “el área que genera mayor volumen de datos, unos buenos sistemas de información serían críticos para desarrollar la medicina personalizada, hacer al paciente lo que necesita en el momento que lo necesita”.
Y es que, según ha afirmado Buño, "entre un 15 y 20% de las pruebas no tienen sentido, no tienen valor clínico, y otro tanto que sí lo tienen y no se hacen. Sería necesario hacer estudios econométricos para saber la influencia de este desfase en el gasto sanitario. Ahorro en términos globales, pero, sobre todo, beneficio clínico”.
Para mejorar la adecuación también serían necesarios mejores sistemas de información, que permitieran “que la evidencia científica respaldara las decisiones y que la gestión de la demanda es adecuada. Sistemas que permitan saber que una prueba no es adecuada para un paciente o es repetitiva, y al revés, sugerir pruebas que pueden aportar valor”.
Comunicación cara a cara
Asimismo, mejorar la comunicación en todos los ámbitos es también un deseo de los expertos. Por un lado, "entre los profesionales y los pacientes, que la relación entre el laboratorio y el paciente no se limite a un documento. No sabemos absolutamente nada sobre qué ocurre en un laboratorio, ni si los equipos y técnicas que se usan son los mejores, ni nada”, se ha lamentado Andoni Lorenzo, presidente del Foro Español de Pacientes.
Y, por otro lado, entre los propios profesionales: “Debemos estar cerca de los clínicos, poder comentar los resultados, aportar más información, ayudar a tomar mejores decisiones”, ha dicho Buño, algo para lo que sería deseable “descentralizar los laboratorios para favorecer el contacto directo”, según Carlos Sisternas, director de Fenin Cataluña y coordinador del sector de DIV de la patronal tecnológica.
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