martes, 31 de agosto de 2021

El 70% no es suficiente: ¿dónde está la inmunidad de grupo? ¿Es posible alcanzarla en España?

Política y Normativa
manuelbustelo
Mié, 01/09/2021 - 07:00
Covid-19
En España, la aceptación de la vacuna se ha acercado al 100% en varios grupos de población. (Luis Camacho)
En España, la aceptación de la vacuna se ha acercado al 100% en varios grupos de población. (Luis Camacho)

Nadamos hacia la orilla, pero ésta queda cada vez más lejos. A medida que España se aproxima al 70% de la población vacunada, es cada vez más evidente que la inmunidad de grupo requerirá más esfuerzo. ¿Cuánto? No es fácil de prever, pero está claro que delta no nos lo va a poner fácil.

En los últimos días, se ha extendido la idea en varios países de que lograr la inmunidad de grupo podría ser, en la práctica, inviable, dado que hay muchas personas que no querrán vacunarse. Sin ellas, no se alcanzarán los elevados porcentajes, en torno al 90%, a los que obliga la variante delta. En Alemania, el prestigioso semanario Der Spiegel, titulaba en la portada de un reciente número: La inmunidad de grupo es imposible, ¿y ahora qué?.

Días después, Andrew Pollard, líder del Grupo de Vacunas de Oxford, consideraba “mítica” -irrealizable- la perspectiva de alcanzar la inmunidad de grupo en el Reino Unido. Su argumento era que, dado que las personas vacunadas aún pueden transmitir el SARS-CoV-2, los millones que queden sin vacunar “se encontrarán en algún momento con el virus”. Detener en esas condiciones la transmisión, advertía, “no es posible”.

El caso de España es distinto, ya que la aceptación de la vacuna se ha acercado al 100% en varios grupos de población. Pero delta no deja mucho margen. “Deberíamos conseguir una cobertura del 90% o más en los mayores de 12 años. Es una carrera. A ver si conseguimos ese objetivo lo antes posible; supongo que nos iríamos a octubre, noviembre...”, estima Joan Caylà, portavoz de la Sociedad Española de Epidemiología y presidente de la Fundación de la Unidad de Investigación en Tuberculosis de Barcelona.

“Aunque tengamos a un 90% vacunado en España, aún habría un 10%, más de cuatro millones y medio de personas, sin vacunar. A lo mejor aquí no habría virus, pero podría venir un virus importado por un turista, por ejemplo, y producir un brote entre la gente que, por lo que sea, no se haya vacunado. Lo que no pasaría es lo que pasa ahora: en España están muriendo cada día, de promedio, 40 personas, y no le damos importancia. Es una cifra increíble”, expone Caylà.

Una situación "kafkiana"

“Se da una situación, en mi opinión, kafkiana”, continúa. “Somos el primer país de Europa en dos cosas: en vacunados y en casos”, recuerda. “Sólo con vacunas, y poca cosa más, no sirve. Las estrategias que se siguen en España son demasiado laxas. Si hubiéramos hecho como Alemania o Italia, no tendríamos la situación que tenemos ahora”, indica Caylà. “Vacunados y no vacunados, todos, debemos seguir las medidas de prevención y control. Al haber todavía tanta transmisión, esto implica que algunas personas vacunadas enferman”.

Incluso si fuera imposible eliminar al virus, como Pollard y otros dan por sentado, aún habría una gran diferencia entre tener la epidemia bajo control, aunque expuesta a ocasionales brotes, o prolongar una situación de transmisión desbocada como la que aún sufre España. El número reproductivo R -que indica la cantidad de personas a las que que, como media, contagia un caso positivo- será, una vez más, la clave.

Una sencilla regla

De hecho, una regla sencilla para estimar la inmunidad de grupo es que se necesita proteger a una proporción de personas superior al número R menos uno. Por ejemplo, para un R de 3, como en la variante original de Wuhan, bastaría con inmunizar a más de dos de cada tres personas. Así, aunque una de ellas estuviera infectada, no podría contagiar a ninguna de las otras dos. Por tanto, la epidemia se reduciría, aun en ausencia de otras medidas.

Pero esa situación cambia cuando aparece una nueva variante más contagiosa que la anterior. El valor R de delta podría rondar el 7, por lo que sería necesario que más de seis de cada siete personas estuvieran inmunizadas. Por ello, el porcentaje ha pasado de menos del 70% (dos de cada tres) a más del 85% (seis de cada siete). Aunque eso sería si la efectividad de las vacunas fuese total, cosa que no ocurre. ¿Qué pasaría si las vacunas, por sí solas, no lograran que R baje de 1?

Si asumimos, por ejemplo, una eficacia de las vacunas del 80%, el porcentaje teórico de población a la que habría que inmunizar superaría el 100%, es decir, sería imposible. “Dependiendo del número R exacto de la variante que haya en cada momento, y de si vacunamos o no a toda la población, R puede quedarse en 1 o, incluso, por encima de 1”, apunta Antonio Guirao, físico de la Universidad de Murcia que trabaja en modelos matemáticos de la pandemia.

Si se quedara ligeramente por encima de 1, “no podrían retirarse totalmente las medidas”, pues la epidemia crecería en la población aún sin vacunar o entre quienes la vacuna no haya inmunizado, explica Guirao. “Y si R se queda exactamente en 1, entonces tendremos endemismo, es decir, contagios constantes todos los días, sin ir a más, ni menos. Si se lograra bajar la incidencia al mínimo, los contagios serían muy pocos. En definitiva, hay que bajar la incidencia, sí o sí”, concluye.

La aceptación de la vacuna se acerca en España al 100%, pero delta no deja mucho margen. Hasta llegar al 90% o más, serán necesarias medidas para controlar la incidencia, señalan los expertos. coronavirus Off Ángel Díaz. Madrid Política y Normativa Política y Normativa Política y Normativa Política y Normativa Off

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