viernes, 24 de septiembre de 2021

Avances en la necesaria colaboración para la investigación oncológica

Opinión
naiarabrocal
Vie, 24/09/2021 - 08:03
Día Mundial de la Investigación del Cáncer
La investigadora Anna Bigas en el laboratorio.
La investigadora Anna Bigas en el laboratorio.

El cáncer es una de las principales causas de muerte por enfermedad en todo el mundo, con unos 10 millones de fallecidos anuales. Aunque ha sido un tema prioritario en las agendas de investigación de los países desde hace años, los grandes avances clínicos son lentos. Sin embargo, durante los últimos años se han hecho realidad nuevas terapias que han mejorado las expectativas de muchos pacientes de cáncer y, lo que es más prometedor, sabemos que estas terapias tienen todavía mucho camino de mejora que hará que muchos más pacientes se beneficien. 

Una de las múltiples posibilidades terapéuticas actuales en la lucha contra el cáncer nos la ofrece nuestro propio sistema inmunológico, a través de la inmunoterapia. La investigación en este campo no deja de sorprendernos, al desarrollar nuevas terapias de anticuerpos o terapias celulares cada vez más específicas, más potentes y mejor controladas. Los anticuerpos monoclonales, descubiertos hace unos 30 años, se han convertido en los últimos años en el tipo fármaco más prometedor, que continuamente nos ofrece nuevas posibilidades de tratamientos de inmunoterapia, entre otros, para bloquear receptores que inhiben la respuesta inmunológica frente al tumor o anticuerpos bi-específicos contra dos dianas distintas y que pueden por ejemplo dirigir los linfocitos T a las células tumorales.

Sin embargo, la inmunoterapia va mucho más allá del uso de anticuerpos y existen ya nuevas terapias celulares, como las basadas en linfocitos T modificados para reconocer dianas tumorales, o la utilización de nuevas fuentes celulares como las células natural killer (NK), que son algunas de las muchas posibilidades que ya se están probando y mejorando. 

Es importante recordar que ninguna de estas terapias sería posible sin el apoyo de investigadores que avanzan en la tecnología de la recombinación genética y la ingeniería molecular. En este sentido, los retos actuales de estas terapias están en identificar antígenos específicos de las células tumorales, además de desarrollar estrategias para hacer las terapias celulares más universales y asequibles. 

Integrar conocimientos

Por otro lado, entre los desafíos actuales para avanzar en el tratamiento del cáncer es prioritario también conocer mejor el tumor como un modelo biológico integrado que evoluciona para hacerse autosuficiente, creando su propio nicho ecológico en el que intervienen otras células no tumorales, lo que conocemos como el estroma celular. Este estroma le proporciona al tumor las señales de crecimiento que necesita y le ayuda a resistir los ataques externos que pueden provenir del sistema inmune o de los tratamientos antitumorales que podamos administrar. En pocas palabras, si no conocemos las estrategias del tumor para sobrevivir a los tratamientos, no podremos utilizar los tratamientos más adecuados para combatirlos. 

"Mejorar nuestra capacidad de integrar información es una necesidad urgente"

En este sentido, el reto está en generar e integrar el conocimiento de la biología tumoral desde todos los ángulos, y para ello necesitamos que inmunólogos, biólogos celulares y moleculares, y bioquímicos continúen e integren sus líneas de investigación. Además, actualmente estamos generando gran cantidad de datos cuya interpretación e integración requiere sin duda de la ayuda de los biólogos computacionales y más recientemente de la inteligencia artificial. Mejorar nuestra capacidad de integrar la información es una necesidad urgente que deberá sin duda repercutir en la mejora de la práctica clínica.

Desde algunos ámbitos se está ya trabajando para que los datos clínicos y biológicos de los pacientes anonimizados, puedan ser digitalizados, integrados y accesibles desde cualquier punto del país e incluso del mundo a los investigadores acreditados, lo que permitirá extraer en los diferentes estudios información más consistente y conclusiones más robustas. Esto es especialmente importante en el caso de pacientes con tumores poco frecuentes o en tumores infantiles donde la baja prevalencia y la dificultad en recopilar información hacen que los avances sean mucho más lentos o incluso inexistentes.

Industria y academia

Con el incremento de conocimiento, el reto se traslada a la investigación clínica donde se intenta dar respuesta a qué descubrimientos, en qué condiciones y qué pacientes pueden beneficiarse. Actualmente, múltiples ensayos clínicos están en marcha y algunos de los tratamientos acabarán incorporados a la práctica clínica una vez se haya demostrado su eficacia. Sin embargo, la complejidad y el coste de estos ensayos hace que, en general, sólo sean posibles de llevar a cabo con el aval de las compañías farmacéuticas. En este contexto, es importante no olvidar que los ensayos clínicos académicos (con sus limitaciones económicas) pueden aportar grandes mejoras en algunos casos, como por ejemplo, en el tratamiento de tumores minoritarios.

"Los ensayos académicos pueden aportar grandes mejoras en tumores minoritarios"

En definitiva, creemos que la investigación oncológica incidirá a corto plazo en nuestra capacidad de predecir la evolución de los tumores y de diseñar tratamientos más personalizados para cada tipo de tumor y cada paciente, y es en estos dos aspectos en los que ya se trabaja en la mayoría de los centros de investigación traslacional y clínica. Sin embargo, es necesario avanzar en todos los aspectos de forma simultánea para que podamos obtener resultados de mejora.

La complejidad de coordinar a todos los profesionales involucrados en esta tarea requiere de una red de organización muy superior a la que actualmente tenemos. Así se entiende desde Europa, donde una prioridad para los próximos diez años es la Misión de Cáncer, y que va a apoyar el desarrollo de todos estos aspectos. Así lo entendemos también desde el Ciber de Cáncer (Ciberonc), donde la investigación colaborativa con grupos de distintas especialidades oncológicas en España nos proporciona una plataforma desde la cual poner en práctica algunas de estas iniciativas, alineadas con los objetivos europeos.

Off Anna Bigas, directora Científica del Ciber de Cáncer (Ciberonc) Opinión Opinión Opinión Off

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