"Festejar el Día de la Atención Primaria y lo que la misma conmemora o comparte, no puede en estos momentos ser motivo de celebración". Así de crítico se muestra José Ramón Martínez Riera, presidente de la Asociación de Enfermería Comunitaria (AEC), en un día en el que dice que, hace casi 40 años, nació un nuevo modelo de AP que suscitó la ilusión y también el recelo de muchos profesionales y de la propia población.
"Los primeros centros de salud, nueva concepción de los hasta entonces ambulatorios, se configuraban en base a equipos multiprofesionales que tenían el objetivo y el compromiso de dar respuesta a las necesidades de salud de las personas, las familias y la comunidad en donde se ubicaban y a las que daban cobertura. Se pasaba de un enfoque centrado casi exclusivamente a la asistencia a la enfermedad, a otro dirigido a la salud como foco fundamental en la atención integral que se proponía prestar, tanto en la denominación de los centros donde se ubicaban los equipos como en la atención que se pretendía prestar", explica.
Las enfermeras asumieron el liderazgo
Recuerda que los inicios no fueron sencillos ni estuvieron exentos de conflictos. "La ilusión, el compromiso y la implicación de muchos profesionales, sobre todo médicos y enfermeras, lograron vencer las resistencias y las barreras para constituir una nueva concepción de atención en la que la participación comunitaria, la accesibilidad, la longitudinalidad, la equidad y el trabajo en equipo constituían los ejes vertebradores de su construcción".
En estos inicios, añade que hay que destacar la influencia y aportación fundamental que llevaron a cabo las enfermeras tanto en los centros de salud como en los domicilios y la comunidad. "Por primera vez, las enfermeras asumían el liderazgo del rol que se les asignó tanto a través de diferentes normativas que trataban de vencer las rigideces de un sistema, hasta entonces dominado casi exclusivamente por los médicos y la enfermedad, como desde las propias enfermeras con su compromiso".
"La aportación de las enfermeras ha ido decayendo al asumir un rol subsidiario de la técnica y de los médicos"
También recuerda que, con el tiempo, "la desidia de políticos, gestores y muchos profesionales condujo a un deterioro progresivo que recuperó la esencia de los ambulatorios y del asistencialismo subsidiario de los hospitales, relegando, una vez más, la salud y su promoción a una cuestión meramente anecdótica o ligada al voluntarismo profesional que se diluía por la desmotivación y la falta de apoyos institucionales".
Deterioro de los cuidados
Durante estos años, Martínez Riera se hace eco de que los cuidados de salud y su continuidad, han sufrido un retroceso que cada vez genera mayor insatisfacción, dependencia y medicalización, "lo que era aprovechado por los hospitales para configurar los centros de salud como sucursales de su también caduco modelo paternalista y tecnológico".
De hecho, explica que, desde entonces, "la aportación de las enfermeras fue decayendo al asumir un rol cada vez más subsidiario de la técnica y de los médicos, a lo que había que unir una clara decepción hacia el modelo que logró visibilizarlas como profesionales y valorarlas como prestadoras de cuidados de salud profesionales".
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