La formación es un aspecto clave en todos los órdenes sanitarios, pero más aún en uno tan sensible como la atención de los pacientes críticos. Un buen ejemplo es el curso Atención a paciente complejo post UCI, desarrollado por el equipo de enfermería de la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital General Universitario de Elda (HGUE).
Para Mónica Yáñez, enfermera de la UCI del centro desde el año 2006, presidenta de la Comisión Hospitalaria MhUAC (Mejora de la humanización en las Unidades de Atención a Críticos) y ponente en el seminario, la complejidad del paciente requiere una formación “especializada y específica” que va más allá de la suma de las técnicas o manejos que se pueden emplear en la UCI.
PREGUNTA: ¿Qué formación debe tener una enfermera para trabajar en UCI y qué perfil de enfermera suele dedicarse?
RESPUESTA: Aquí abrimos uno de los debates más importantes que afectan a la enfermería española en los últimos 15 años: la especialización. La formación EIR sigue incompleta. Solo algunas especialidades están reconocidas y se destinan puestos específicos para las mismas, mientras la gran mayoría de las enfermeras generalistas siguen esperando una regulación de cuáles son las competencias necesarias para desempeñar sus funciones en los diferentes servicios. Por lo tanto, la formación que debería tener una enfermera que trabaja en críticos es diferente y especifica a la de otras que ocupan un puesto en quirófano, diálisis o urgencias, por poner algún ejemplo.
Actualmente, la formación que podemos encontrar en relación a la enfermería de críticos es la que ofrecen algunas universidades en 4º año de carrera, que habitualmente es optativa, y que tiene contenidos relacionados con este tipo de cuidados. Durante la formación universitaria en el entorno hospitalario, algunos alumnos pasan por las unidades de críticos para sus prácticas (que suelen ser alrededor de 150 horas). Una vez finalizada la universidad, y ante la falta de EIR específico, la opción es la iniciativa y motivación individual la que nos llevan a muchos profesionales, que “aterrizamos” en críticos, a buscar formación privada por nuestra cuenta.
P: ¿Cuánto tiempo tarda una enfermera en “controlar” una UCI y cuáles son los aspectos que, en su opinión, son más complejos o críticos para una enfermera en ese “control”?
R: Es difícil dar una respuesta, puesto que depende mucho del servicio: UCI médica, politrauma, coronaria… del azar (hay técnicas o situaciones que no se repiten con mucha frecuencia y puede pasar un tiempo hasta que se produzca varias veces en tu turno). Pero habitualmente se suele decir que unos dos años, aproximadamente. Sin duda, la complejidad radica en comprender el contexto del paciente. Podemos leer manuales de ventilación mecánica para saber en que modalidad se encuentra el paciente, podemos repasar las últimas recomendaciones de la AHA o la ERC, o conocer las diluciones y vías de administración de la noradrenalina o dobutamina… pero sin una formación específica, necesitaremos años de experiencia para comprender que no es solo la modalidad programada por el intensivista lo que necesita una enfermera de UCI para realizar esa vigilancia estrecha.
Necesita combinar en la ecuación: nivel de sedación y analgesia (sin una buena analgesia no hay buena sedación), adaptación (usando las escalas adecuadas y la observación del paciente), en qué punto del weaning se encuentra, secreciones, dispositivos de humidificación, si precisa de aspiración o no, qué tipo de aspiración, fiebre, delirio, etc. Por lo tanto, considero que no es solo cuestión de técnicas, como muchas veces se intenta hacer ver. Y sí, hay una infinidad de técnicas especificas de la enfermera de UCI, pero sin esa especialización es muy arriesgado confiar esa vigilancia intensiva a una enfermera novel.
P: ¿Puede una enfermera sin formación en UCI trabajar en este servicio?
R: Dado que la formación en críticos depende de la decisión personal de cada enfermera y que la ubicación de los contratos depende de otros factores (direcciones, bolsas de trabajo… en algunas CCAA se tiene en cuenta la experiencia en críticos, pero no es el caso de la bolsa de trabajo de la Comunidad Valenciana), la realidad con la que nos encontramos es que la gran mayoría de enfermeras que comienzan a trabajar en una UCI lo hacen sin formación especifica alguna. Esto se suple con la experiencia de las enfermeras veteranas del servicio, que “cargan” con esa formación al tiempo que con la responsabilidad de más pacientes.
Una labor que durante años hemos asumido y que ahora, con la crisis de la covid, se ha agudizado enormemente, puesto que la rotación de personal de enfermería y el porcentaje de compañeras inexpertas ha sido enorme y agotador.
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