Durante la etapa más dura de la pandemia, en el confinamiento, los diagnósticos de cáncer se desplomaron en el país un 20% y en algunos casos, como el cáncer de colon, llegaron a bajar hasta un 50%. La sospecha de infartos agudos de miocardio con elevación del segmento ST bajó un 27% y el tiempo desde el inicio de los síntomas y la reperfusión se disparó a la vez que la mortalidad hospitalaria crecía al doble respecto al mismo periodo del año anterior.
Cáncer, cardiopatías… éstas son sólo algunas de las enfermedades graves que no llegaron a diagnosticarse o lo hicieron demasiado tarde como consecuencia del miedo de la población a acudir a los centros sanitarios durante la pandemia o de la imposibilidad de hacerlo como consecuencia de la saturación y estrés que vivía el sistema sanitario.
Un artículo incluido en el Informe Sespas 2022 sobre Lecciones aprendidas de la pandemia que acaba de publicar la revista Gaceta Sanitaria ha tratado de recopilar la evidencia científica disponible sobre los diagnósticos perdidos en España como consecuencia de la pandemia.
Y para ello recoge, a modo de estudio de caso, lo sucedido en concreto en Madrid en la primera y segunda ola de covid, comparando la incidencia mensual de nuevos diagnósticos 2020 respecto con la que se venía produciendo años antes, en el periodo 2016-2019, en cinco grupos de enfermedades: problemas comunes de salud mental, enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares, diabetes tipo 2, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y tumores de mama y colon.
Según los resultados de este estudio, se produjo una caída en las cifras de nuevos diagnósticos de todas las enfermedades analizadas a excepción de los trastornos de ansiedad, que se mantuvieron por encima de la media de los años anteriores. Además, la máxima pérdida de diagnósticos, según el estudio, coincidió con el mayor pico de diagnósticos de Covid-19.
En concreto, si en 2019 se diagnosticaron en la Comunidad de Madrid 87 cánceres de colon por cada 100.000 habitantes, la cifra se desploma en 2020 a sólo 51. En el caso de la EPOC la caída es también muy importante, pasando de 109 diagnósticos por cada 100.000 habitantes a sólo 58. En depresión, los diagnósticos se desplomaron desde una tasa de 489 a sólo 360 por 100.000 habitantes y los de hipertensión cayeron de 812 a 580.
El estudio reconoce que la mayor pérdida de diagnósticos se produjo durante la primera ola “cuando el sistema sanitario en su totalidad, incluida la atención primaria, estaba en situación crítica”. Pasada la primera ola, se habría ido recuperando el ritmo de diagnósticos, si bien no con la misma rapidez en todas las patologías: EPOC y cáncer de colon seguirían por debajo de la media esperada.
La investigación explica este retraso para volver a la normalidad en los diagnósticos de EPOC y cáncer por la cancelación de pruebas diagnósticas complementarias como la espirometría o la colonoscopia y, probablemente, también por la paralización de los cribados aunque todavía no habría datos que lo corroboren.
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