Todavía no ha comenzado oficialmente, pero se respira ya ambiente de precampaña electoral. A sólo unos meses de que se celebren comicios en 13 autonomías la próxima primavera y a prácticamente solo un año de las elecciones generales, toca apurar contrarreloj los proyectos legislativos pendientes que, en caso de no aprobarse antes de la disolución de las Cortes, deberán comenzar su tramitación desde cero la próxima legislatura o quedar definitivamente aparcados en un cajón.
Guillermo Díaz, portavoz de Sanidad de Ciudadanos, es consciente de lo que se juega la sanidad en estos últimos meses para acometer de contrarreloj las reformas obligadas por la pandemia pero también las que la propia pandemia aparcó.
PREGUNTA: La legislatura ha estado completamente marcada por la pandemia. ¿Se ha conseguido sacar adelante alguna iniciativa sanitaria no covid de trascendencia en estos años o han quedado todas apartadas?
RESPUESTA: Para nosotros lo más importante ha sido poder romper el tabú y el miedo a hablar abiertamente y sin estigmas de la salud mental. Es cierto que, en parte, se ha debido precisamente al impacto de la covid-19, pero se trata de una problemática que viene de mucho más allá, y que nosotros de hecho ya tratábamos en su momento antes de la pandemia con el abordaje que se hacía del suicidio en los medios de comunicación. A raíz de la covid-19, los problemas de salud mental y de gestión emocional se han naturalizado, se ha empezado a quebrar el silencio y la vergüenza de buscar asistencia psicológica y, además, los españoles han comenzado a reivindicar abiertamente recursos para poder tratar este problema.
P: ¿La pandemia ha ayudado a visibilizar esos problemas de salud mental?
R: Los liberales ya planteamos en las conclusiones de la Comisión para la Reconstrucción Social y Económica que esta era una 'pandemia silenciosa' y que debía ocuparnos también si queríamos garantizar la salud y el bienestar de los ciudadanos. No podemos resignarnos a que nuestros niños y jóvenes cada vez sufran más problemas de salud mental y que se cronifique el acoso escolar o el ciberacoso que en muchos casos los desencadena; no podemos resignarnos a ser el país del mundo con mayor consumo relativo de antidepresivos simplemente para medicalizar el no tratamiento de determinados problemas de salud mental o gestión emocional; y tampoco podemos resignarnos a ser un país en el que cada día 11 personas deciden quitarse la vida por no encontrar una razón para vivir.
La pandemia ha servido para poder abrir de una vez este cajón, pero debemos seguir trabajando para ponerlo en orden y para ayudar a toda la población española a tener a su alcance recursos de ayuda psicológica.
P: Pero, ¿se va a materializar esa sensibilidad por la salud mental en alguna iniciativa concreta?
R: En el seno del Debate sobre el Estado de la Nación del pasado mes de julio propusimos una batería de medidas específicas en materia de salud mental, haciendo de este tema una prioridad política para nosotros una vez más.
En ella, planteábamos la necesidad de reforzar las plantillas de profesionales de salud mental para acercarnos a una ratio de un psicólogo clínico y un psiquiatra por cada 5.000 habitantes, acercándonos así a las cifras de la Unión Europea.
Además, propusimos mejorar los protocolos para la detección y derivación de casos de trastornos o problemas de salud mental entre centros educativos y centros sanitarios, contemplando también la presencia de más orientadores y de enfermeros escolares.
P: Ampliar las ratios de psicólogos clínicos y psiquiatras requiere inversión. ¿Cuenta su iniciativa con respaldo del resto de grupos parlamentarios?
R: Nosotros pedíamos la creación de un 'cheque bienestar' para que las familias que no puedan permitirse las listas de espera de la pública o los precios de la privada no se vean expulsados y puedan acceder a atención psicológica si la necesitan.
Y propusimos también dotar con más recursos económicos y humanos al teléfono de atención a la conducta suicida, el 024, y poner en marcha de una vez por todas un Plan de Prevención del Suicidio que aborde las causas raíz de este grave problema social.
Por desgracia, los demás grupos parlamentarios decidieron no apoyar nuestra iniciativa y, por tanto, sigue siendo un problema pendiente en materia sanitaria que, en nuestra opinión, urge abordar.
P: Junto a los planes para mejorar las prestaciones en salud mental, ¿qué otras iniciativas cree que urge abordar antes de fin de legislatura y que merecerían acuerdo político global?
R: Más allá de ese Plan de Prevención del Suicidio que sigue pendiente y que llevamos reivindicando al menos dos años, los liberales creemos que hay dos iniciativas de gran importancia que deberían tramitarse con carácter de urgencia.
En primer lugar, por supuesto, nuestra proposición de ley para mejorar el apoyo a los pacientes de ELA y a sus familias. Es inaceptable que el Gobierno no deje de poner palos en las ruedas a la tramitación de esta iniciativa.
"El Gobierno no deja de poner palos en las ruedas a la tramitación de la iniciativa para mejorar la situación de pacientes con ELA"
En primer lugar, se nos vetó su presentación y no se nos permitió llevarla a debate. Posteriormente, se aprobó su toma en consideración por parte de la Cámara, pero la Mesa del Congreso (donde están representados PSOE, Podemos, PP y VOX) ha decidido ampliar los plazos de enmiendas hasta en 17 ocasiones para paralizar su tramitación. El pasado julio en el Debate sobre el Estado de la Nación planteamos una propuesta de resolución al respecto para desencallarla, que finalmente fue también aprobada.
Sin embargo, en septiembre la Mesa del Congreso lo ha vuelto a hacer y ha dejado a las familias de pacientes con ELA esperando esa ley que nunca llega. Por ello, hemos enviado a los grupos parlamentarios un escrito solicitando su compromiso de que no pedirán más ampliaciones de enmiendas a esa proposición de ley, que lleva ya meses esperando poder continuar su tramitación.
P: ¿Siente que el resto de grupos ha estado bloqueando alguna otra iniciativa urgente?
R: Lo mismo nos está ocurriendo con nuestra proposición de ley para apoyar la inserción laboral de las personas con cáncer y con otras enfermedades graves, algo que también es una gran reivindicación social y que la Mesa del Congreso sigue paralizando. Para nosotros, sin duda, estas son las dos grandes tareas pendientes de la legislatura que, además, están siendo paralizadas únicamente por intereses partidistas.
P: Queda apenas un año para la convocatoria de elecciones generales y comienza la contrarreloj para aprobar todo lo pendiente. ¿Qué iniciativas va a priorizar su partido en esta contrarreloj?
R: Los liberales vamos a seguir trabajando de forma ardua en materia sanitaria con tres guías generales: en primer lugar, para mejorar las condiciones de nuestros profesionales sanitarios, que no tienen el reconocimiento debido tras su formación y su trabajo, y que muchas veces ven imposible completar sus proyectos personales y profesionales por la mala remuneración que reciben o la precariedad a la que siguen sometidos. Es inaceptable que, después de aplaudirles cada día en los balcones durante semanas, ahora los gobiernos nacional y autonómicos se hayan olvidado de la necesidad de cuidar la verdadera joya de la corona de nuestro sistema sanitario: sus profesionales.
"Es inaceptable que después de aplaudirles los gobiernos nacional y autonómicos se hayan olvidado de cuidar a los sanitarios"
En segundo lugar, también queremos seguir ahondando en la necesidad de garantizar la igualdad de todos los españoles en el acceso a atención sanitaria. Por ejemplo, en 2021 conseguimos introducir en los Presupuestos Generales del Estado la tarjeta sanitaria única, para acabar de una vez por todas con la fragmentación de la sanidad española y que ningún ciudadano vuelva a ser tratado como desplazado dentro de su propio país al necesitar atención médica.
Sin embargo, el Gobierno ha renunciado a dar cumplimiento a esa ley y la tarjeta sanitaria única aún no es una realidad. Una vez más, los pactos del Gobierno con sus socios independentistas y nacionalistas están chocando frontalmente con el interés general de los españoles, que no quieren verse desplazados en su propio país, y menos cuando su salud está en juego.
"No es entendible que sigamos esperando una evaluación de la gestión de la pandemia dos años después"
Finalmente, también tenemos claro que debemos seguir trabajando para defender la eficiencia y el funcionamiento correcto del sistema sanitario. En este sentido, no es entendible que sigamos esperando la evaluación de la gestión de la pandemia que el Gobierno supuestamente encomendó a unos expertos hace ya dos años. Los resultados no se han hecho públicos y no hay información sobre cuándo lo serán, por lo que nos tememos que el Gobierno no quiera realmente que los españoles sepan qué fallos hubo en la gestión de esta emergencia.
Los liberales, en cambio, consideramos que si no podemos identificar los fallos no podremos tampoco poner en marcha reformas que los aborden y que nos preparen mejor para el futuro.
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