En el mundo, cerca de 537 millones de personas tiene diabetes, una cifra que podría aumentar a 643 millones en 2030, según la Federación Internacional de Diabetes (IDF, según sus siglas en inglés) (1). En España, hay unos 6.000.000 millones de diabéticos, convirtiéndose en el segundo país de Europa y entre los diez primeros a nivel internacional con mayor número de afectados por esta patología, según se recoge en la 10º Edición del Atlas de la Diabetes (2).
Con una prevalencia tan alta y un impacto tan relevante en la calidad de vida de las personas y en la sostenibilidad de los sistemas sanitarios, la prevención y el control de la enfermedad se convierten en algo imprescindible. Y es aquí donde entre en juego la educación en diabetes, que hace que el paciente conozca mejor su patología, sus tratamientos farmacológicos y las medidas higienicosanitarias.
El farmacéutico comunitario, como profesional sanitario, puede acompañar a la persona con diabetes, ofreciéndole información sobre la enfermedad y acompañándole en todo momento. Con esta filosofía, Sandoz ha creado la Guía para pacientes con diabetes tipo 1 y tipo 2, en la que se recopila todo lo que debe saber el paciente sobre por qué se produce la enfermedad, los tipos de diabetes, los objetivos de control, qué puede hacer la persona para tener la diabetes controlada y qué complicaciones pueden surgir.
La idea es que el profesional pueda entregar este documento práctico y sencillo a los pacientes que están debutando en la enfermedad o que ya tienen el diagnóstico, de tal manera que se puede iniciar una conversación más profunda sobre su situación y aconsejarles.
Asimismo, el contenido de la guía es útil para el farmacéutico, pues le puede servir para recordar aspectos clave de la patología y refrescar todos los consejos que puede ofrecer a quienes tienen la enfermedad.
Más allá de la glucemia
Uno de los contenidos más relevantes de la guía es el que se refiere a los objetivos de control, ya que se hace hincapié en que la persona con diabetes no debe fijarse solo en el control de la glucemia sino que también hay otras variables "igualmente importantes, como el índice de masa corporal, el perímetro de la cintura, la tensión arterial, el colesterol y el tabaco", todos ellos factores de riesgo cardiovascular.
Según los autores de la guía, las personas con diabetes tipo 2 en muchas ocasiones tienen elevado el colesterol y los triglicéridos, por lo que aconsejan que las determinaciones de estos parámetros se realice una vez al año y más frecuentemente si se detectan niveles elevados.
Respecto al tabaco, el documento elaborado por Sandoz recuerda que las personas con diabetes que fuman tienen el "doble de riesgo de muerte prematura". Y añade: "El riesgo de complicaciones asociadas al consumo de tabaco en combinación con la diabetes es casi 14 veces mayor que el riesgo de fumar o tener diabetes por separado, además aumenta el riesgo de padecer otras complicaciones diabéticas (problemas en los pies, riñones y en los ojos)". Aquí el papel del farmacéutico es clave a la hora de informar sobre este riesgo y animar a quienes fumen a dejar el hábito, ofreciendo el servicio de cesación tabáquica siempre que lo tenga incluido en su cartera de prestaciones farmacéuticas.
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