Las dos grandes bazas de Almirall en su objetivo que posicionarse como líder internacional en dermatología de prescripción son: lebrikizumab, un medicamento biológico para el tratamiento de la dermatitis atópica de moderada a grave que ya ha dado resultados “muy positivos” en ensayo clínico de fase III y se está desarrollado en colaboración con Elli Lilly, y el anticuerpo monoclonal anti-IL-1RAP para enfermedades dermatológicas autoinmunes, que está en fase I de desarrollo en colaboración con Ichnos. Ha informado hoy de ello Carlos Gallardo, consejero delegado y presidente del laboratorio, en la Junta General de Accionistas que se ha celebrado hoy en Barcelona.
La Agencia Europea del Medicamento (EMA) aceptó en octubre del año pasado la presentación de la solicitud de autorización de comercialización del lebrikizumab, cuyo dosier se basa en tres estudios pivotales de fase III: ADvocate 1 y ADvocate 2, que lo evalúan como monoterapia en pacientes adultos y adolescentes, y ADhere, que lo evalúa en combinación con corticoides tópicos.
También ha indicado Gallardo que para enfermedades dermatológicas autoinmunes han firmado un acuerdo de licencia para una proteína de fusión con la compañía asiática Simcere. Y que en 2023, “hemos cerrado una colaboración de investigación puntera de la mano de la compañía biotecnológica Isolex con el fin de explorar nuevos enfoques para las enfermedades mediadas por la Inmunoglobulina E, clave en el desencadenamiento de varias afecciones alérgicas como la urticaria, algunas formas de dermatitis atópica y alergias alimentarias”.
Gallardo, miembro de la familia fundadora del laboratorio -es hijo de Jorge Gallardo, que fue presidente y consejero delegado entre 1988-2011 y presidente ejecutivo de 2011-2022- y que asumió sus dos cargos en 2022, ha precisado, en un encuentro posterior con la prensa, que Almirall prevé apostar por nuevas terapias altamente innovadoras para dermatología de prescripción, por lo que van a destinar hasta 400 millones de euros en I+D durante los próximos tres años. “Tenemos un balance bastante sano”, ha manifestado, en relación con las posibilidades de la compañía de invertir en ampliar y redondear su portafolio en la especialidad en que se quiere ver referente mundial.
Según los datos que ha comunicado a los accionistas: en 2022 registró un crecimiento de las vetas netas del 4,4% respecto a 20221 y un Ebitda de 198,3 millones, “alcanzando los objetivos que nos habíamos marcado”. La cotización de las acciones de Almirall a finales de 2022 se situó en 9,04 euros mientras que la capitalización bursátil total fue de 1.641 millones de euros.
“Estos sólidos resultados se han visto impulsados por la fortaleza de nuestro negocio europeo de dermatología y de nuestros productos estrella, que siguen mostrando una excelente evolución, superando incluso nuestras previsiones. La franquicia de psoriasis continúa registrando unos resultados extraordinarios, con unas ventas totales en 2022 de más de 150 millones de euros, gracias especialmente al biológico Illumetri (contiene el principio activo tildrakizumab) y la crema Wynzora (calcipotrieno y dipropionato de betametasona). Además, Klisyri (tirbanibulina), que comercializamos tanto en Europa como en Estados Unidos para el tratamiento de la queratosis actínica, también ha contribuido de forma significativa a los buenos resultados de este año”, ha manifestado.
Los biológicos, ha precisado a este diario, no se producen en sus propias plantas (son acuerdos de licencia) sino que la responsabilidad de ello es de los respectivos socios en cada caso.
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