El cáncer es una de las principales causas de muerte a nivel mundial. Por eso, se han dedicado muchos esfuerzos para intentar mejorar sus tasas de supervivencia. En los últimos años se han logrado importantes avances en este sentido, gracias al descubrimiento de nuevos tratamientos pero también en la mejora de los cribados y diagnósticos que permiten su identificación en estadios más tempranos, lo que mejora notablemente su pronóstico.
La multinacional farmacéutica MSD y la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) han celebrado en Barcelona su seminario para periodistas, que ha alcanzado con esta su edición número quince, y la han querido dedicar precisamente al cáncer en estadio precoz.
"Este es un tema muy importante y resulta fundamental poder diagnosticar el cáncer de la forma más precoz posible. Estamos entrando en una nueva era de investigación donde se están logrando importantes avances en estadios precoces de la enfermedad", destacó Enriqueta Felip, presidenta de SEOM.
"Es importante hablar del estadio precoz, porque significa que estamos cercando cada vez más al cáncer y en etapas tempranas hablamos de la posibilidad de curación, no solo de ganar años de vida o calidad", añadió Cristina Nadal, directora ejecutiva de Policy de MSD España, quien señaló los esfuerzos que se están llevando a cabo en este sentido desde la multinacional americana.
La importancia de los cribados
Una de las herramientas principales para conseguir detectar los tumores en estadios preinvasivos son los cribados, que a diferencia del diagnóstico rápido se realizan en una población definida que todavía no ha presentado síntomas de una posible enfermedad, pero que ya tiene signos que pueden ayudar a identificarla.
"Se trata de pruebas que pueden ser valiosas, pero que no están exentas de riesgos, como falsos positivos que pueden generar ansiedad o falsos negativos, que crean una falsa sensación de seguridad", explicó durante el seminario José María Borras, coordinador científico de la Estrategia en Cáncer del Sistema Nacional de Salud, quien también señaló como otro riesgo de los cribados el sobretratamiento de tumores que o bien no evolucionarían o que incluso podrían revertir de forma espontánea.
A pesar de estos riesgos, Borras no dudó en señalar la importancia de estos cribados y cómo gracias a ellos en algunos tumores, como el cáncer de mama, se ha logrado mejorar las cifras de supervivencia. "Gracias a los cribados es posible reducir el estadio en el que se diagnostica la enfermedad, siendo posible tratar los tumores en estadios más iniciales de una forma más conservadora y con una mejor calidad de vida, incidiendo todo esto en la reducción de la mortalidad".
El experto explicó como en España actualmente están aprobados tres cribados: el de cáncer de mama, el de colon y el de cuello uterino, este último asociado con las campañas de vacunación del virus del papiloma humano. "Ahora mismo hay otros dos propuestos, que son el de pulmón mediante tomografía, del que quedan temas pendientes de definir, como por ejemplo que criterios usamos para definir el riesgo o qué tamaño han de tener los nódulos para su consideración, además del debate sobre si es ético ofrecer este cribado a una población de fumadores". El otro cribado propuesto es el de próstata, en el que el debate está en cómo reducir el número de pruebas de PSA para hacer este cribado más racional.
Borras apunto que otro de los aspectos más controvertidos en lo que se refiere a los programas de cribado es el lograr una gran adherencia, señalando como en algunas comunidades, como el País Vasco, se han logrado cifras cercanas al 90% de participación, mientras que en otras comunidades estas son muy inferiores.
"No hay que olvidar que para que un programa de cribado funcione necesita una participación mínima del 70%. Pero también que estos funcionen y así en España el 30 % de los cánceres de mama se diagnostican después de un cribado y en el caso del colon, pese a tener cifras muy bajas, en un 50%".
Papel de los comités multidisciplinares
Los programas de cribado son útiles para detectar la enfermedad antes de que se produzcan los primeros síntomas, pero cuando estos ya son presentes, empezamos a hablar de diagnóstico temprano.
En esta fase, cada vez ha adquirido una mayor importancia y trascendencia la figura de los comités multidisciplinares, en donde ya no solo tienen presencia diferentes especialistas médicos, sino también otros roles profesionales como la enfermería, el trabajo social y más recientemente figuras como informáticos, psicooncólogos e incluso pacientes.
"Estos comités multidisciplinares son fundamentales para ayudar a coordinarnos y lograr que verdaderamente lleguemos a un diagnóstico rápido en cuanto aparecen los primeros síntomas", apuntó Enriqueta Felip, mientras que María José Safont, oncóloga médico del Consorcio Hospital General Universitario de Valencia destacó la necesidad de mejorar todavía su coordinación.
"Tenemos un importante campo de mejora para agilizar ese periodo de tiempo que pasa desde los primeros síntomas hasta conseguir un diagnóstico, en donde es fundamental mantener un mayor contacto con la atención primaria y hacer una labor de concienciación sobre los síntomas de alarma para mejorar en este diagnóstico temprano".
En la mesa que abordó esta cuestión, los diferentes profesionales no dudaron en coincidir en la importancia de la enfermería, destacando sobre todo la figura de reciente creación del gestor de casos.
"Los pacientes se encuentran muchas veces en un entorno que les resulta hostil y se ven perdidos. Aquí la enfermería juega un rol fundamental, recogiéndolos en sus inicios y acompañándolos a lo largo de todo el proceso, ayudando en la coordinación del resto de servicios. Es un rol muy implantando pero que todavía no está en todos los hospitales, a pesar de que mejora mucho la calidad de vida de los pacientes", apuntó Nuria Domenech, representante vocal de la junta de dirección de la Sociedad Española de Enfermería Oncológica.
También se destacó el papel cada vez más importante de la Anatomía Patológica, que tras años de invisibilidad está logrando cada vez más presencia. En concreto los nuevos diagnósticos moleculares suponen una revolución, logrando importantes resultados en algunos tipos de tumores.
La revolución de la Anatomía Patológica
"Esto es algo que ha venido para quedarse e incrementarse. Cuanto más conozcamos las características del tumor, mejor trataremos al paciente. Aunque es cierto que este diagnóstico molecular está muy aceptado en estadios avanzados, cada vez se plantea más su utilidad en estadios tempranos", destacó Javier Hernández, del servicio de Anatomía Patológica del Hospital Vall d’Hebron de Barcelona.
Tanto los cribados como el diagnóstico temprano están permitiendo identificar el cáncer en estadios más precoces, donde actualmente la cirugía está mostrándose como una alternativa curativa muy eficaz. Pero al mismo tiempo está haciendo que crezca la importancia de los tratamientos perioperatorios, tanto los adyuvantes tras la cirugía para reducir el riesgo de recidiva, como los neoadyuvantes antes de la cirugía.
Estos últimos están también cambiando su uso, dejando de plantearse como una opción para reducir el tamaño del tumor y hacerlo más operable y empezando a plantearse como una alternativa para identificar qué pacientes tendrán más beneficios de los tratamientos.
Uno de los tumores en los que estos tratamientos perioperatorios están más avanzados es el cáncer de mama, como explicó durante el seminario César Rodríguez, vicepresidente de SEOM y jefe de sección del Servicio de Oncología Médica del Complejo Asistencial Universitario de Salamanca.
"Ya no tratamos a todos los cánceres de mama igual. Nos hemos dado cuenta de que había tumores que tratábamos con quimioterapia y que a lo mejor no tenía ningún beneficio. El desarrollo de la genómica, combinada con la información clínico-patológica, nos está permitiendo seleccionar mucho más los tratamientos".
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