miércoles, 30 de agosto de 2023

Médicos con buena letra y ganas de aventura (I)

Fernando Navarro
Fernando Navarro
Mié, 30/08/2023 - 08:42
Firma invitada: Luis Pardo
Abundan los médicos literatos y algunos son, además, imprescindibles.
Abundan los médicos literatos y algunos son, además, imprescindibles.

No podía ser de otra manera. Fue un médico inglés, Richard Owen, quien utilizó por primera vez el término dinosaurio para referirse a la especie animal que dominó la tierra hace muchos millones de años. Lo hizo en 1842 al juntar en griego deinós (terrible) y saúra (reptil). Y ahora a toro pasado sabemos que no podía ser de otro modo porque luego fueron dos médicos, Arthur Conan Doyle y, sobre todo, Michael Crichton, los responsables de que escuchemos la palabra de marras y evoquemos de inmediato esa excitante y pavorosa sensación de peligro vital que define en gran medida el género de aventuras; en este caso el riesgo de ser devorados por aquel carnívoro descomunal, cabezón y ridículamente bracicorto que conocemos como Tyrannosaurus rex.

Fernando Savater dijo una vez que si fuese Aladino y el genio de la lámpara le concediera un deseo, pediría sin dudarlo ver un gran dinosaurio vivo. Savater considera El mundo perdido de Conan Doyle una de las mejores novelas de aventuras de todos los tiempos. Ocho décadas después de aquel relato de una expedición a una selva sudamericana con animales prehistóricos, llegó Crichton con Parque jurásico para proponer otra excursión, ésta a un parque temático en el que se intenta recrear, a través de ingeniería genética, la época de los dinosaurios. Al cabo de un par de años, con la adaptación del libro, Steven Spielberg se estaba acercando más que nadie al deseo imposible de Savater.

¿Qué lleva a dos autores como Conan Doyle y Crichton, ambos con la carrera de medicina aprobada, a dar lo mejor de ellos como narradores en el género de aventuras? ¿Por qué dejar de lado o en un segundo plano lo que tan bien conocen —la ciencia médica, la relación con los pacientes, la enfermedad en sus múltiples variantes…— para inventar ficciones protagonizadas por personajes aventureros, viajeros, bohemios, trotamundos, un poco perturbados o directamente chiflados? ¿Por qué detrás de esa vocación inicial acaba emergiendo la literaria con mayor fuerza aún?

Porque lo cierto es que abundan los médicos literatos y unos cuantos además son imprescindibles. Asunto éste que merece un inciso. La historia del teatro o el relato corto no sería la misma sin el concurso del médico ruso Antón Chéjov. La ciencia ficción con marchamo filosófico sería muy distinta sin las novelas del escritor polaco con conocimientos médicos Stanisław Lem. El éxito del folletón francés habría tardado más en consolidarse sin el sentimentalismo desaforado del cirujano Eugène Sue. No cabe hablar de expresionismo alemán sin mencionar la aportación del neuropsiquiatra Alfred Döblin. Cuesta imaginar el movimiento surrealista sin la participación de André Breton, que no acabó sus estudios, pero trabajó como enfermero en un hospital de Nantes. Una historia de literatura portuguesa estaría incompleta si no se destaca la obra del otorrinolaringólogo Miguel Torga. La renovación de las letras española en el siglo XX no se entiende sin Tiempo de silencio, la única novela completa que nos dejó el psiquiatra Luis Martín-Santos.

Y dentro de la novela gráfica, bastará decir que el padre del manga es el médico japonés Osamu Tezuka, cuyo primer libro en 1947 fue además La nueva isla del tesoro, revisión del clásico de aventuras de Robert Louis Stevenson. A Tekuza le pasa como a Crichton que algunas veces, las menos, pusieron sus conocimientos al servicio de sus ficciones. El nipón lo hizo en Oda a Kirihito mientras que el de Chicago imaginó tramas hospitalarias que acabarían triunfando en la televisión de los 90 con el título de Urgencias.

Luis Pardo
Columna publicada originalmente en el blog colectivo «Ruritania» de Zenda Libros

Continúa en: «Médicos con buena letra y ganas de aventura (y II)»

¿Qué lleva a dos autores como Conan Doyle y Crichton, ambos con la carrera de medicina aprobada, a dar lo mejor de ellos como narradores en el género de aventuras? Off Luis Pardo Off

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