Los tejidos adiposo blanco y adiposo marrón o pardo son los encargados de gestionar las reservas de grasa en el organismo. Mientras que el primero almacena las reservas de energía en forma forma de lípidos, o grasas, el segundo tiene como función la oxidación de lípidos para producir calor.
En respuesta al frío, el tejido adiposo marrón moviliza las reservas grasas y libera la energía en forma de calor, lo que de alguna forma lo involucra con la obesidad, un problema considerado de envergadura mundial que no ha parado de crecer en las últimas dos décadas.
Desde hace años, el tejido adiposo marrón o pardo -que interfiere en la inflamación sistémica asociada a la obesidad y a la resistencia insulínica-, aparece como una potencial vía de abordaje contra la obesidad, enfermedad que en afecta hasta a un un 20% de las personas en España.
Se ha convertido así en el punto de atención de númeras investigaciones, como el proyecto europeo Diabat, ya que parece ser determinante en la tendencia a engordar, tal y como mostraron los datos de un estudio publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences.
Ahora, un nuevo trabajo, llevado a cabo por investigadores dirigido por la Universidad de California, Los Ángeles, (UCLA) Estados Unidos, ha encontrado vías nerviosas que suministran tejido adiposo marrón, un hallazgo que, según recoge PLoS One, podría allanar el camino hacia su uso para tratar la obesidad y las enfermedades metabólicas relacionadas.
Inervación simpática
Según Preethi Srikanthan, de la División de Endocrinología, Diabetes y Metabolismo, y director del Centro de Control Neural del Metabolismo de la Facultad de Medicina David Geffen de UCLA, la investigación detalla, por primera vez, esta inervación, "proporcionando ejemplos de cómo su manipulación puede cambiar la actividad de la grasa parda, lo que marca un primer paso hacia la comprensión de cómo usarlo terapéuticamente", y teniendo en cuenta que los mayores depósitos de este tipo de tejido se encuentran en el cuello.
De los datos anteriores de la literatura científica que conoce que el sistema nervioso simpático es "el principal 'interruptor de encendido' de la actividad de la grasa marrón o parda, explica Srikanthan, quien subraya sin embargo que el sistema nervioso simpático también es responsable de muchos otros efectos estimulantes en órganos como el corazón y el intestino.
"Encontrar una manera de aumentar la actividad del tejido adiposo marrón por sí solo ha sido un desafío, por lo que descubrir el camino que toman estos nervios simpáticos hacia la grasa marrón nos permitirá explorar formas de utilizar los nervios para proporcionar un estímulo muy específico para activarla".
Los investigadores diseccionaron los cuellos de ocho cadáveres para rastrear la distribución de las ramas nerviosas simpáticas en la capa de grasa situada encima de la clavícula. Observaron ramas nerviosas en todas las disecciones desde el tercer y cuarto nervio cervical hasta el tejido adiposo marrón.
Además, demostraron que la actividad de de este tejido había cambiado en casos clínicos en los que la patología del cuello, como un aumento en la temperatura de la grasa marrón después de la extirpación de un tumor, había provocado un cambio en los nervios.
A pesar de disponer de fármacos eficaces para el control de la obesidad, Srikanthan considera necesario "encontrar soluciones a largo plazo para esta enfermedad , ya que los afectados han de tomar los medicamentos de forma continua para perder peso corporal".
El objetivo último de la investigación, en la que también han participado profesionales de las universidades Estatal del Este de Tennessee, Estados Unidos, y de Nottingham, en Reino Unido, es aprovechar los conocimientos obtenidos para "encontrar una manera de que el tejido adiposo marrón sea capaz de producir una fuente constante de calor para quemar grasa".
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