viernes, 24 de abril de 2020

España, preparada para hacer sus primeras autopsias de Covid-19

Anatomía Patológica
raquelserrano
24/ 04 / 2020
El Ramón y Cajal de Madrid ya ha realizado la primera
Tareas de desinfección de un ataúd en Pamplona.
Los restos mortales de un afectado por Covid-19 son desinfectados por empleados en Pamplona.

Hasta la fecha no se habían realizado autopsias clínicas para salvaguardar la seguridad de los equipos de patólogos y demás técnicos que participan en estas prácticas, pero desde hace unos días España se está preparando para conocer las razones por las que el virus de la Covid-19 mata, y así arrojar algo de luz en el desarrollo de las próximas estrategias terapéuticas. La primera necropsia se ha realizado en el Hospital Ramón y Cajal, de Madrid.

 “No hemos prohibido realizar autopsias, pero sí recomendado -justo en el punto álgido de la pandemia, cuando la falta de EPI era incluso mayor- que no se hicieran sin las máximas garantías de seguridad. Lo que sí estaba indicado, y de hecho se han hecho unas cuantas, era la realización de biopsias post mortem como alternativa a las autopsias”, explica a este periódico Xavier Matías-Guiu, presidente de la Sociedad Española de Anatomía Patológica (SEAP).

Añade que ahora, con mucha menos presión asistencial en los centros hospitalarios y la disponibilidad de patólogos, que ya no están redirigidos a las salas de tratamiento de pacientes con la enfermedad, la situación ha cambiado.

"La junta directiva de la SEAP ha aprobado plantear la realización de autopsias en las salas que reúnan el nivel de bioseguridad BSL-3 o similar, o que requieren de pocas reformas para tener este nivel, siempre que los directores de estos centros hospitalarios den su aprobación. De momento, tenemos censados unos 7 u 8 centros en toda España que cumplen estas características”, indica Matías-Guiu.

La SEAP también está desarrollando, junto a una sociedad científica afín que todavía no quiere revelar su nombre, el diseño de un protocolo de aplicación en estos centros para aclarar las causas de muerte en subgrupos muy específicos de pacientes Covid-19 positivos y así contribuir al conocimiento de la enfermedad.

El Hospital Valle de Hebrón, el segundo probable

Pendientes de cumplir estrictamente con los requisitos que exige la normativa de Seguridad y Prevención de Riesgos Laborales, el equipo de Santiago Ramón y Cajal, catedrático y jefe del Servicio de Anatomía Patológica del Hospital Valle de Hebrón, de Barcelona, tiene la intención de empezar a practicar, en la próxima o próximas semanas, autopsias clínicas en fallecidos por Covid-19.

A pesar de que las recomendaciones iniciales de las autoridades sanitarias de no llevar a cabo esta práctica, por los peligros de estar sometidos a una elevada carga viral, los especialistas españoles empiezan a dar un paso adelante, ya que consideran que “es necesario conocer más a fondo al virus, cómo se comporta en el organismo humano y qué fenómenos origina, aspectos que pueden empezar a aclararse con el análisis mucho más amplio de tejidos como los que proporcionan las autopsias”, explica a DM Ramón y Cajal.

Son aún escasas las experiencias publicadas sobre este procedimiento: en China son muy escasas, en Italia se han notificado datos de algunas de ellas y en Estados Unidos están empezando a abordarlo.

Las experiencias publicadas son muy escasas: China e Italia han notificado algunos datos y Estados Unidos empezará a abordarlas 

Las limitaciones de esta práctica han venido dadas por el potencial riesgo de contagio del virus para los técnicos y patólogos que realizan la autopsia, por lo que es imprescindible cumplir unas condiciones de seguridad muy elevadas. Teóricamente se trata de un nivel de bioseguidad 3 o, al menos disponer de salas de autopsia con presión negativa, o a lo sumo neutra, lo que implica que “la posibilidad de que el virus salga de esta sala sea cero, además de contar con equipos de protección invidual (EPI) y demás medidas de seguridad”, explica el catedrático.

Según el patólogo, los estudios post-mortem abren nuevas vías de control de virus a través de la valiosa información que aportan. De las autopsias “se espera, en primer lugar, analizar los tipos de células que más se afectan por la acción vírica: las de pulmón, corazón, hígado y riñón; analizar el importante componente vascular, a la vista de los numerosos trombos que se originan en esta enfermedad, a través del estudio de la lesión en la células endoteliales, así como estudiar a fondo el proceso inflamatorio acompañante y qué tipo de células se afectan”.

Máxima información

En cuanto a qué fase de la enfermedad sería la que podría aportar mayor información a los estudios, y aunque los candidatos a autopsia podría ser cualquier persona fallecida por Covid-19 en el ámbito hospitalario, Ramón y Cajal matiza que, tal vez, los que fallecen en fase temprana de la enfermedad, que no han estado mucho tiempo en la UCI, podrían ser los más idóneos. ”En los pacientes que han estado muchos días en esta unidades puede superponerse otro tipo de patología secundaria, lo que podría  enmascarar, en cierta medida, la historia natural de la enfermedad y dificultar la interpretación de los datos. Pero, en cualquier caso, el objetivo es empezar a practicarlas e intentar entender la evolución de la patología que causa este virus”.

A la espera de realizar estos estudios patológicos más extensos, el equipo del Valle de Hebrón ha practicado biopsias, cuyos datos se están ahora recopilando, en pacientes Covid-19 que han tenido que ser intervenidos quirúrgicamente de tumores, concretamente colon, así como de colitis isquémica, probablemente originada por la enfermedad y que se está analizando detalladamente. Existen además tres pacientes fallecidos por coronavirus a los que se han extraído muestras por PAFF (Punción Aspiración por Aguja Fina) de pulmón e hígado. “Evidentemente, la información que ofrece la autopsia es infinitamente mayor que la de las muestras de biopsia”.

Paralelamente, llevan a cabo trabajos de microscopia electrónica para visualizar con mayor precisión las células en las que se ha integrado el virus, así como análisis de hibridación ‘in situ’.

Solo hay 8 centros en el país que disponen de salas que reúnen el nivel de bioseguridad BSL-3 o similar para garantizar la protección de los patólogos durante el proceso. La primera ya se ha hecho en el Hospital Ramón y Cajal, de Madrid. coronavirus Off Alicia Serrano/Raquel Serrano Off

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