El Consejo de Ministros ha aprobado hoy el real decreto que regula la especialidad MIR de Medicina Legal y Forense, 6 años después de que el Ministerio de Sanidad eliminara las que aún se impartían en régimen de escuela.
"Es un hecho histórico, porque existía desde hace cien años una gran dicotomía entre la Medicina Forense de la Administración de Justicia y la vertiente académica", destaca en conversación con DM Josep Arimany, presidente de la Comisión Nacional de la Especialidad del Ministerio de Sanidad.
PREGUNTA.- ¿Para cuándo saldrá la primera promoción de residentes?
RESPUESTA.- La primera convocatoria sería en 2021, por lo que los primeros especialistas saldrían en 2025 y se arreglaría un problema que llevamos arrastrando cien años en España. En esta primera convocatoria la oferta será de 7 a 10 plazas. La tarea más inmediata en los próximos meses será la acreditación de las unidades docentes.
El pasado 18 de junio, el ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, mantuvo una reunión con los Institutos de Medicina Legal y allí se anunció que pronto habría especialidad, así que imaginamos que estarán preparando la documentación. Hasta ahora quien quería hacer la especialidad tenía que pagársela, algo obsoleto teniendo el MIR. Además, los programas de la universidad no tenían las exigencias que incluye el programa oficial en materia de asistencia, dedicación exclusiva, las guardias…
P.- ¿Cómo han logrado sacar en apenas un año el nuevo programa en plena pandemia?
R.- El Ministerio de Sanidad convocó a la nueva comisión nacional de la especialidad el 12 de marzo, días antes del confinamiento. Teníamos un trabajo previo del MInisterio de Justicia que estaba muy bien hecho, pero se tenía que pactar el nuevo programa en la comisión, así que, como presidente, acordé hacer reuniones semanales, 8 en total.
Los programas de la universidad no tenían las exigencias que incluye el programa oficial en materia de asistencia, dedicación exclusiva, las guardias…
En todo este tiempo hemos conseguido cerrar el programa, acordar los criterios de las unidades docentes, el consenso del resto de comisiones, que no han puesto ningún problema.... Por eso nos ha dado el visto bueno Ordenación Profesional, porque cumplimos todos los requisitos. Además, ha pasado por el Consejo de Estado y el Consejo del Poder Judicial, una particularidad del MIR de Medicina Legal y Forense que no es preciso en otras especialidades.
P.- Dice usted que la nueva especialidad resuelve un problema que se remonta a hace un siglo...
R.- No podía ser que en España tuviéramos por un lado, a los médicos forenses podían hacer autopsias y, por otro, los especialistas en Medicina Legal sólo podían hacer periciales. Tampoco era correcto que el cuerpo de forenses del Estado pudiera estar formado por médicos licenciados y luego graduados sin especialidad ni formación, al margen del sistema MIR. El Consejo de Europa de Medicina Legal nos había hecho varias advertencias al respecto.
Con esta dicotomía de los forenses por un lado y por otro las cátedras, había dificultades y resultaba un perjuicio en términos de calidad y eficiencia, a la hora de hacer investigación, etc. De hecho, hay muy pocos profesores de la especialidad, porque los médicos forenses de Justicia tienen la incompatibilidad. A partir de ahora, para formar parte del cuerpo de funcionarios, los profesionales tendrán que tener la especialidad. Si bien, habrá un periodo transitorio para homologar a quienes no tengan la especialidad hasta que terminen su formación los primeros que hagan el MIR.
Con esta dicotomía de los forenses por un lado y por otro las cátedras, había problemas en términos de calidad y eficiencia, a la hora de hacer investigación...
P.- ¿Por qué se genera esta separación?
R.- Medicina Legal es de las primeras especialidades en España. En 1855 se promulga la Ley de Sanidad, que crea los primeros facultativos forenses en los juzgados de Madrid. Un año antes, Pere Mata, quien se considera el promotor de la especialidad en nuestro país, propuso ante un discurso de la Real Academia de Medicina de Castilla que los juzgados debían tener médicos y a raíz de esto en 1862 se creó el cuerpo nacional de médicos forenses, que depende de Justicia, no de Sanidad. Mata creó en 1843 las primeras cátedras de Medicina Legal y él formó en la Universidad Complutense a los primeros especialistas. Pero esto acabó en una dicotomía, un muro: si yo quiero que mis alumnos del grado de Medicina hagan autopsias en sus prácticas, tengo que pactarlo con los médicos forenses, porque hay una división. Y si un forense quiere hacer un estudio científico, debe pedir permiso a la universidad.
P.- ¿Qué diferencias suponía ser médico especialista en Medicina Legal y Forense o bien médico forense?
R.- Un especialista pero no forense puede hacer peritajes, trabajar para el seguro privado en relación a incapacidades laborales y accidentes de tráfico... aparte, puede dedicarse al ámbito académico, porque en la universidad la especialidad es requisito para ser docente.
Hay otro campo nuevo, que en España se ha explotado muy poco excepto en hospitales grandes, como el Hospital Carlos III de Madrid, que es crear los servicios de Medicina Legal y Forense. ¿Qué ventajas tiene? Pues colaboran con otros servicios en los consentimientos informados, peticiones de los juzgados, etc., cualquier tema médico-legal que pueda surgir. En cambio, para optar al cuerpo nacional como funcionario, el único requisito es que entrara gente bien formada...
P.- ¿Y era así?
R.- Yo me he encontrado médicos forenses con la oposición que han hecho unas pocas autopsias en su vida, una o dos, y les destinan a un juzgado en un pueblo de Extremadura y están solos allí, sin ningún tipo de tutela. Ahora con el sistema MIR tendremos la garantía de que tendrá cuatro años de formación durante los cuales tendrá que hacer un centenar de autopsias, informes periciales psiquiátricos, asistencia al detenido, certificaciones del registro civil...
P.- La formación también incluye dos años en centros sociosanitarios.
R.- Estarán muy bien formados en todo acto de la Medicina Legal, pero aparte los dos primeros años pasarán por el sistema clínico-asistencial rotando por Pediatría, Ginecología, Traumatología.. adquirirá la formación potente que necesita de base, para luego pasar dos años adquiriendo la médico-legal en los Institutos de Medicina Legal y Ciencias Forenses. Esto beneficiará mucho a la administración de la justicia y en última instancia a los ciudadanos.
Con el sistema MIR tendremos la garantía de que habrá hecho un centenar de autopsias, informes periciales psiquiátricos, asistencia al detenido...
P.- ¿Qué beneficio supondrá para el resto de especialidades médicas el contar con profesionales de Medicina Legal y Forense?
R.- Yo soy dermatólogo además de médico forense, y mis compañeros me preguntan acerca de cuestiones como el consentimiento informado, la responsabilidad médica, las denuncias... por ejemplo, con la telemedicina están surgiendo una cantidad de cuestiones médico-legales impresionante: si se cumplen los criterios, la confidencialidad, cómo se hace un informe en ese caso, si hay que incluir alguna cláusula de salvaguarda, etc.
Hay aspectos éticos y legales que afectan a todas las especialidades o afecta más a alguna; Ginecología y Obstetricia es la segunda especialidad en España en cuanto a reclamaciones y tiene que pagar cuantías de indemnización muy altas. La colaboración del hospital con los médicos legales ayudará mucho a la hora de elaborar guías de práctica clínica y en la aplicación de protocolos. Creo que habrá un antes y un después y enriquecerá al resto de especialidades para que trabajen con seguridad jurídica y clínica.
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