Fue una primavera extremadamente dura y muchos sanitarios se fueron de vacaciones con la idea de que en otoño les esperaba la segunda parte. Médicos y enfermeros se muestran preocupados por el crecimiento de los casos de coronavirus más acentuado de lo que se esperaba en verano, justo cuando buena parte del personal sanitario está de permiso.
En el mejor de los casos, las bolsas están bajo mínimos en cuanto a candidatos disponibles si es que los hay, según fuentes de CESM y Satse, dada la época estival. La situación es sobre todo más preocupante en atención primaria, que arrastra su déficit desde hace años y es la que se está encargando del seguimiento de los nuevos casos.
CESM pide refuerzos para encargarse tanto de los pacientes afectados por la pandemia como del resto de enfermos por otras patologías
Recientemente el sindicato médico ha pedido que las autonomías cubran las carencias de plantillas y dispongan de los refuerzos de personal precisos "para limitar la sobrecarga asistencial, disminuir el estrés y proporcionar unas condiciones de trabajo adecuadas y acordes a los altos requerimientos que de ellos van a demandar los pacientes, tanto los afectados por la Covid-19, como por otras patologías, a los que no se puede dejar abandonados a su suerte".
Consultado por DM, muchas de los sindicatos médicos autonómicos señalan que las necesidades en atención primaria no están cubiertas y en hospitales sigue habiendo déficits en especialidades como Anestesia y Radiología.
Rafael Reig, secretario de acción sindical de Satse, señala que en pleno verano suele ser difícil encontrar más refuerzos y este año no es una excepción. "Ahora es época de vacaciones, y entre eso y los permisos que se tuvieron que suspender por la pandemia, lo normal es que haya menos gente disponible".
Desconocen qué pasará en otoño, aunque en su opinión, "las autonomías intentarán atar al personal que tengan. Castilla y León y Castilla-La Mancha, por ejemplo, se quejaron de que tuvieron problemas por la capacidad de atracción de Madrid".
"El problema es que las plantillas llevan muy justas de personal desde hace años. Hay que pensar en una planificación no sólo para los tiempos en que las cosas van bien, sino también para crisis como esta pandemia", lamenta Reig.
El representante de Satse recuerda que en atención primaria son menos de 30.000 enfermeras, "lo que nos sitúa a la cola de la OCDE", y que una buena parte están a 10 años de jubilarse. Además, está la dificultad añadida de que ahora se buscan rastreadores. Satse defiende que estas profesionales son las más preparadas, "pero al final se ha contratado de todo".
Contrataciones extraordinarias
Para enfrentarse a la pandemia en su primera oledada, el Ministerio de Sanidad autorizó a las autonomías contrataciones especiales de jubilados, estudiantes, médicos titulados sin especialidad y a prorrograr los contratos de residentes. En total, cerca de 50.000 profesionales de refuerzo disponibles, sin contar con los que estuvieran apuntados a las bolsas de contratación.
Las autonomías contrataron aproximadamente 40.000 profesionales de diferentes categorías, según datos recopilados por DM, entre refuerzos y contratos extraordinarios autorizados por el ministerio. La mayoría tenía previsto mantener al menos una parte hasta otoño e incluso final de año.
Los sindicatos defendieron que se habían hecho nombramientos insuficientes, teniendo en cuenta la necesidad de cubrir vacaciones, bajas (ha habido cerca de 52.000 sanitarios positivos de Covid-19) y retomar la actividad asistencial suspendida por la pandemia.
Por ejemplo, en Madrid, la consejería de Sanidad asegura que han sido contratados en torno a 10.000 profesionales debido a la situación de crisis sanitaria hasta diciembre de 2020. No obstante, CCOO, Amyts, CSI-T y UGT aseguran que "a fecha de hoy faltan aún 2.844 profesionales por contratar" e inciden en que Madrid ha prometido diferentes cifras de rastreadores pero la capacidad de detección de casos no está garantizada. También critican que no hay PCR suficientes para las necesidades diarias ni se conocen las reservas de material de protección.
Reig (Satse): "Hay que pensar en una planificación no sólo para los tiempos en que las cosas van bien, sino también para las crisis"
Mabel Arciniega, secretaria general del Sindicato Médico de Euskadi (SME), autonomía que ha activado la situación de emergencia sanitaria esta semana, señala que "ni se contrató apenas en la primera oleada ni parece que se vaya a contratar ahora, básicamente porque no hay gente en las listas de contratación. Los médicos estamos más o menos al 50% de la plantilla En Enfermería proporcionalmente sí de han contratado más sustituciones". No obstante, reconoce que la mayoría de residentes de País Vasco se han quedado "con un contrato hasta final de año, porque decían que por el Estado de Alarma no podían ofrecerles más, y el compromiso es organizar unas interinidades".
Sobre todo los problemas se están dando en atención primaria y, aunque las listas de médicos de especialidades hospitalarias no están mucho mejor, opina que "la falta de facultativos en hospitales se notó menos porque al final se reubicaron de unos servicios a potenciar los que trataban con pacientes Covid-19: anestesistas que no operaban pasaron a UCI, traumatólogos bajaron a Urgencias, cardiólogos y digestivos echaron una mano en Neumología e Interna..."
Fuentes de CESM Aragón, una de las autonomías más golpeadas por los rebrotes, explican que "se intenta contratar, pero no hay gente. Hay déficit de médicos de Familia y pediatras de atención primaria y de médicos de Urgencias y Emergencias 061. En el hospital de todo: intensivistas, anestesistas, médicos de urgencias, cardiólogos, internistas... tampoco hay enfermeras ni rastreadores".
"En hospitales se ha sustituido parte de las ausencias por vacaciones de Urgencias Hospitalarias. En el resto de servicios las sustituciones han sido mínimas, sobre todo en Interna e intensivos", explican fuentes de CESM en Castilla y León. Además, a la grave carencia en médicos de Familia y Pediatras de AP se han llegado a contratar médicos sin especialidad, situación que también denuncia que ocurre en Cataluña, La Rioja y Canarias.
El propio Servicio Murciano de Salud (SMS) reconoce que no hay facultativos disponibles en bolsas de trabajo, "por lo que se ha declarado la existencia de interés público en la prestación simultánea de servicios en centros del SMS y en centros concertados" hasta el 30 de septiembre. Esta declaración es aplicable a los licenciados sanitarios que cuenten con título de especialista en Ciencias de la Salud y a los Diplomados/Graduados en Enfermería y extenderá sus efectos hasta el 30 de septiembre de 2020.
En cambio, "sí hay profesionales de Enfermería y la finalización de las vacaciones hará que se activen en bolsa muchos profesionales que actualmente están realizando contratos de sustitución de vacaciones. Se ha habilitado procedimiento de adscripción de funciones provisionalmente al personal que tiene la titulación de enfermería y trabaja en otra categoría diferente".
En Baleares señalan que hay 586 profesionales sanitarios contratados por la pandemia que hasta final de año. Además, se han sumado 190 enfermeras que trabajan de rastreadoras y haciendo seguimiento de los positivos y contactos estrechos.
Fuentes de CESM en la Comunidad Valenciana se limitan a decir que "las bolsas están vacías", situación similar a Navarra: "En primaria ofrecen doblar trabajo a base de pagar productividad pero no así cubrimos huecos. En hospitales la cosa está mejor. Plantillas más amplias que en primaria y es “fácil” aumentar carga en muchas especialidades pagando por productividad".
Más trabajo que durante la pandemia
El sindicato médico, Simebal, apunta que atención primaria está al límite: "De 21 médicos que han terminado este año sólo 7 se han quedado en centros de salud. En los hospitales se sustituye al 20% porque nunca se han sustituido a los FEA, excepto algún refuerzo esporádico en Urgencias, que no llegan ni a suplir a los que están de vacaciones".
En Instituto Catalán de la Salud (ICS), un portavoz de Simecat apunta que "los médicos están doblando 1 o 2 días cada semana para cubrir la carga asistencial. Hay más trabajo que antes de la Covid-19, porque está toda la detección y seguimiento de coronavirus añadido al resto habitual, más a lo que se atrasó con el confinamiento, más las residencias de zona por CAP, más estar actualizado en los protocolos y procedimientos varios que van apareciendo y cambiando casi a diario".
Fuentes de CESM en Castilla-La Mancha relatan una realidad similar: "En atención primaria están muy indignados por la sobrecarga de trabajo por la falta de sustitutos. A ello se añade que los rastreadores más de 400, todos enfermeros, les sobrecargan la consultas para hacer pruebas. Aunque se hacen consultas en horario distinto, el personal está agotado y muchos no quieren aunque no estén mal pagados y además es difícil encontrar sustitutos".
Por otra parte, "en hospitalaria las agendas se cierran con el consiguiente aumento de listas de espera. También están enfadados porque tienen consultas telefónicas y presenciales, pero los pacientes van a la consulta igualmente, con la consiguiente sobrecarga y acumulación de pacientes en salas de espera".
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