jueves, 20 de agosto de 2020

Las enfermeras lideran la micropigmentación de la areola y pezón en mujeres mastectomizadas

Profesión
aliciaserrano
Jue, 20/08/2020 - 10:58
Reconstrucción mamaria
Cristina Estraviz Muñoz, enfermera experta en micropigmentación oncológica reconstructiva y reparadora y responsable de la Unidad de Micropigmentación del Servicio de Cirugía Plástica y Reparadora del Hospital Universitario La Paz (Madrid).
Cristina Estraviz Muñoz, enfermera experta en micropigmentación oncológica reconstructiva y reparadora y responsable de la Unidad de Micropigmentación del Servicio de Cirugía Plástica y Reparadora del Hospital Universitario La Paz (Madrid).

El proceso de micropigmentación de areola y pezón en mujeres mastectomizadas está liderado por enfermería. En abril de 2019 el Ministerio de Sanidad publicó en el BOE la inclusión de este servicio dentro de dentro de la cartera de servicios comunes del Sistema Nacional de Salud (SNS) como parte de la reconstrucción mamaria.

“Entonces supuso un punto de inflexión en el proceso de micropigmentación, al ser considerado este procedimiento como una prestación más de nuestro sistema sanitario”, explica a este periódico Cristina Estraviz Muñoz, enfermera experta en micropigmentación oncológica reconstructiva y reparadora y responsable de la Unidad de Micropigmentación del Servicio de Cirugía Plástica y Reparadora del Hospital Universitario La Paz (Madrid).

A pesar de que este centro hospitalario abrió la Consulta de Enfermería de Micropigmentación en julio de 2016 y se está trabajando en el campo de la formación y docencia, su aprendizaje se sigue realizando de manera privada “al tratarse de un tema recién introducido en la sanidad pública”, dice Estraviz, que lleva a sus espaldas veinte años de experiencia en el campo de la reconstrucción mamaria -dentro del ámbito de la Cirugía plástica, reconstructiva y reparadora- y cuenta con varios certificados que le acreditan como experta en este procedimiento.

Así es la técnica de micropigmentación

Se trata de un tratamiento que está principalmente indicado en pacientes con cáncer de mama que son mastectomizadas y reconstruidas, bien de forma inmediata en el mismo acto quirúrgico o de forma diferida.

“También para pacientes que, por diferentes patologías, ven alteradas la estructura de la areola y el pezón, o presentan cicatrices diversas en la zona”, explica la experta.

El proceso de reconstrucción de la mama se completa con la realización de esta última intervención en el complejo areola-pezón.

Antes y después de la micropigmentación de la areola y pezón.
Antes y después de la micropigmentación de la areola y pezón.

“La técnica de micropigmentación consiste en la microimplantación o inyección dérmica -entre la epidermis y la dermis superficial- de pigmentos principalmente inorgánicos, hipoalergénicos y de bajo peso molecular”.

El color y diseño  se asemejarán al de la areola sana y se emplearán  agujas estériles de un solo uso, de diferentes tamaños y calibres que, colocadas en un dermógrafo conectado a un motor con movimientos vibratorios, “nos permitirá introducir el micropigmento en la piel”.

Estraviz recuerda que antes de iniciar el proceso es preciso realizar una prueba cutánea de evolución de sensibilidad a dichos pigmentos, así como otra de diseño para elegir el color, forma, posición y tamaño.

En tres dimensiones

La sesión dura alrededor de dos horas, “en la que se recrea el complejo areola-pezón mediante técnicas tridimensionales para lograr la mayor semejanza posible a la mama de la paciente antes de ser reconstruida”.

En ocasiones, no obstante, añade que es necesario realizar un retoque trascurridas unas tres semanas, que es cuando se estabiliza el color, o incluso retocar la areola sana para conseguir una mejor simetría de color y diseño cuando la micropigmentación es unilateral.

La micropigmentación supone el final de un proceso psicológico que permite pasar página a las mujeres mastectomizadas

Asegura que las características de los pigmentos y de la propia piel del paciente, así como la intensidad del color aplicado, una cosmética apropiada y unos cuidados adecuados, son factores que influyen en el resultado y en la duración del procedimiento.

“Conseguiremos una mama totalmente reconstruida, algunas cicatrices quedarán enmascaradas por la pigmentación, y se restaurará la imagen corporal para proporcionar satisfacción a la paciente, mejorando su autoestima y calidad de vida”, reconoce.

El resultado final es mejor cuando el cirujano plástico hace un pequeño colgajo simulando el pezón. “Micropigmentamos entonces la areola y el pezón, pero siempre tendremos un relieve al tacto. Si por alguna circunstancia el colgajo fracasa, recreamos ese relieve con técnicas de dibujo tridimensional y efectos especiales. Visualmente conseguimos lograr el efecto relieve del pezón con un resultado completamente natural”.

No es un tatuaje

Con el tiempo, aproximadamente unos cuatro años, el sistema inmunológico de la paciente irá eliminando los pigmentos, de manera que la tonalidad perderá  intensidad. “Entonces será conveniente realizar un repaso para mantener la micropigmentación en condiciones óptimas”.

Estraviz explica aunque se hable de manera coloquial de tatuaje de la areola, se está empleando el termino de forma errónea.

“La diferencia entre el tatuaje y la micropigmentación está en los pigmentos utilizados. Las tintas del primero suelen dar más reacciones alérgicas, siendo más nocivas en este tipo de patología, donde a veces también existe una linfadenectomía previa. Por eso optamos por la  micropigmentación como procedimiento más seguro e inocuo”.

Contraindicaciones

Las contraindicaciones de la micropigmentación son escasas y poco importantes, al ser un procedimiento mínimamente invasivo.

“Se limitan principalmente a las reacciones alérgicas a los pigmentos. Antes del procedimiento realizamos siempre una prueba alérgica con el pigmento que vamos a usar, para valorar la evolución de la sensibilidad al pigmento en la piel, evitando así posibles reacciones adversas”.

También se tiene en cuenta alteraciones en la piel de la zona a tratar, como verrugas, lunares, psoriasis… o afecciones cutáneas como quemaduras, hematomas, heridas, dermatosis activas.

“Consultamos también si la paciente recibe tratamiento de quimioterapia y radioterapia, está embarazada o tiene alguna enfermedad que altere la composición sanguínea. Además, tendremos en cuenta si la medicación que toma pudiese alterar el resultado del procedimiento, como ocurriría en el caso de los anticoagulantes, o si tiene enfermedades como diabetes o hipertensión arterial”.

Seis meses tras la cirugía

Estraviz asegura que lo habitual es esperar unos seis meses tras la cirugía reconstructiva y reparadora, para que las cicatrices sean más estables.

“Intentamos que el proceso de micropigmentación sea la última intervención en el proceso reconstructivo, y el resultado inmediato ya es muy satisfactorio. Aproximadamente a las tres semanas el color se estabiliza, una vez pasado el proceso inflamatorio y cicatrizante inicial, interactúa con la melanina de la piel y da paso al resultado definitivo”.

Beneficios emocionales para la paciente

Los beneficios, en opinión de esta experta, son muy importantes para las pacientes.

“Se trata de una zona del cuerpo muy significativa para la mujer. Con la micropigmentación del complejo areola-pezón conseguimos culminar el proceso de reconstrucción mamaria, logrando que la paciente tenga una mama similar a la que tenía antes de la enfermedad, pueda volver a sentirse como antes y retomar muchos aspectos de su vida que se vieron alterados por la enfermedad. El grado de satisfacción al finalizar el procedimiento es excepcional”.

Reconoce, además, que la vida de las pacientes cambia en dos minutos: "El primero es en el que reciben la temida noticia del tumor maligno de mama, el segundo es en el que se miran al espejo de la consulta cuando finalizamos la micropigmentación”.

Micropigmentación también en las cejas

En la paciente oncológica otro de los tratamientos que Estraviz realiza con más frecuencia es la micropigmentación de las cejas antes de someterse a tratamientos de quimioterapia y radioterapia.

“Se realiza el diseño de las cejas de la paciente cuando aún conserva el pelo, para asemejar al máximo su color y su forma, y esto permite minimizar el impacto del cambio de expresión facial al perder el pelo”.

Y es que la micropigmentación tiene muchas indicaciones, no solo las ligadas a procesos oncológicos.

Destaca la corrección de cicatrices y coloración anormal de la piel, definiciones de diversas zonas en las cirugías de reasignación de sexo, tratamiento de vitíligos, quemaduras, alopecias, demarcación del labio leporino, corrección de imperfecciones en el contorno de los labios debidas a patologías… "Y por último, tenemos la aplicación estrictamente estética de la micropigmentación, usada como maquillaje semipermanente en labios, ojos…”.

Para Cristina Estraviz, responsable de la Unidad de Micropigmentación del Hospital La Paz, el servicio constituye un punto final en la reconstrucción mamaria. Off Alicia Serrano Profesión Off

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