martes, 18 de agosto de 2020

MSF advierte: "El riesgo de que nuestros mayores vuelvan a ser afectados no ha remitido"

Geriatría
soledadvalle
Mar, 18/08/2020 - 13:23
Informe sobre residencias
Voluntarios del cuerpo local de bomberos en labores de desinfección. Residencia Nuestra Señora de las Mercedes de El Royo (Soria). Foto: MSF
Voluntarios del cuerpo local de bomberos en labores de desinfección. Residencia Nuestra Señora de las Mercedes de El Royo (Soria) (Foto: MSF)

La ONG Médicos sin Fronteras ha presentado este martes un demoledor informe en el que recoge su experiencia en la asistencia a residencias de ancianos durante los meses más duros de la pandemia Covid-19 en España. Según recoge el documento "Poco, tarde y mal. El inaceptable desamparo de los mayores en las residencias durante la Covid-19 en España",  los residentes de  estos centros fueron desatendido "debido a  graves problemas tanto del modelo de gestión de residencias, como de coordinación entre las diferentes Administraciones competentes y empresas gestoras".

El 19 de marzo Médicos Sin Fronteras (MSF) inició el trabajo de apoyo a residencias con equipos presenciales, que se centró "en aliviar la carga de un personal sobrepasado, desorientado, desinformado y desprovisto de materiales de protección", según confiesan. Durante dos meses, los equipos de MSF apoyaron al personal de 486 residencias: 200 centros de Cataluña, 114 de Castilla y León, 79 de la Comunidad de Madrid, 17 de Andalucía y 10 de Castilla-La Mancha, además de otras asistencias telefónicas.

Durante su intervención, MSF constató que no se priorizaron las derivaciones hospitalarias ni los circuitos preferentes, ni otros recursos disponibles, para que las personas enfermas recibieran asistencia médica especializada. De este modo, las residencias se vieron obligadas a dar unos cuidados para los que, a pesar de su buena voluntad, no estaban preparadas. “Las residencias  y sus trabajadores carecen de recursos, infraestructura, formación o responsabilidad para la atención médica y tampoco hubo una respuesta inmediata, adecuada y orientada a salvar vidas, y coordinada con los servicios asistenciales y de salud”, explica Ximena Di Lollo, responsable de la respuesta a estos centros de MSF.

"La lógica del modelo de residencias actual responde más a las condiciones del proveedor de servicios que las necesidades sociales y sanitarias de las personas mayores"

La ONG se refiere a problemas estructurales del modelo de residencias de mayores en España para explicar que cerca del 70% de los fallecidos por el Covid-19 se hayan producido en estos centros, según las fuentes oficiales consultadas. Pero más allá de la detallada denuncia de lo vivido en los meses más duros de la pandemia, la ONG advierte de que los problemas detectados no se han solucionado. En palabras de Di Lollo: "El riesgo de que nuestros mayores vuelvan a resultar afectados no ha remitido".

Voluntarios del cuerpo local de bomberos ayudando a recolocar residentes. Residencia Nuestra Señora de las Mercedes de El Royo (Soria). Foto: MSF
Voluntarios del cuerpo local de bomberos ayudando a recolocar residentes. Residencia Nuestra Señora de las Mercedes de El Royo (Soria). Foto: MSF

Destaca "la necesidad de mejorar la atención médica que debe brindarse a quienes viven en estos centros, sean públicos, privados o concertados" e insiste en que "la lógica del modelo de residencias actual responde más a las condiciones del proveedor de servicios que las necesidades sociales y sanitarias de las personas mayores".

En materia de detección, vigilancia y control de la infección, el informe de MSF recomienda, entre otras medidas, disponer de profesionales formados en este ámbito, para asesorar, capacitar y supervisar al personal asistencial. Para ello, consideran esencial identificar y formar una figura de supervisión, articular protocolos para el caso de rebrote y poner mayor atención presupuestaria y formativa a esta cuestión.

"La falta de formación en la utilización de los EPI para el personal ha sido una de las grandes fallas de esta respuesta, agravada por el hecho de que los EPI, que llegaron tarde, además de ser insuficientes, no siempre estaban adaptados a las necesidades de las residencias", lamenta Ximena Di Lollo en el documento. 

El informe también advierte de los efectos adversos que tiene en las personas de avanzada edad las medidas de aislamiento impuestas durante el confinamiento. Apunta la necesidad de establecer un equilibrio entre aislamiento, cuarentena y convivencia. “Los responsables de estos centros deben velar por que el aislamiento físico no aísle socialmente a los residentes y se priorice en todo momento su salud tanto física como mental. El confinamiento no debe hacerse a expensas de las facultades físicas y cognitivas de las personas mayores, sino en atención a ellas”, concluye Di Lollo.

MSF recomienda cierta flexibilidad en la ocupación de los centros, especialmente en los periodos más críticos, para que se pueda proceder a una zonificación.

Durante su intervención, MSF comprobó una gravísima carencia de protocolos para cuidados paliativos, final de la vida, despedidas y visitas. El documento revela falta de claridad y de ejecución de medidas enfocadas al tratamiento de confort, sedación y cuidados paliativos para las personas en estado terminal que no habían sido referidas a hospitales u otras estructuras durante la epidemia, dejándoles morir con un sufrimiento evitable.  

Residencia asistida por un equipo de Mëdicos Sin Fronteras. Foto: MSF
Residencia asistida por un equipo de Mëdicos Sin Fronteras. Foto: MSF

"Deben permitirse las visitas de familiares y las despedidas en los momentos finales, siempre con las medidas de protección adecuadas. Para ello, es imprescindible que las residencias cuenten con suficientes equipos de protección personal, para que los mayores no vuelvan a pasar momentos tan duros lejos de los suyos",  dice la responsable de respuesta en residencias de MSF.  

El informe señala también a las Administraciones competentes y empresas privadas en todos los niveles y denuncia su descoordinación y falta de estrategias y prevención ante la epidemia. Reclama que se desarrolle un sistema de indicadores de calidad y éticos orientado hacia el impacto en el bienestar y la calidad de vida de las personas mayores en residencias.

Testimonios 

Además, el documento de la ONG está salpicado de testimonios de profesionales con los que han trabajado en estas actuaciones en residencias que completan el panorama que desde MSF quieren poner en evidencia para que, sobre todo, no se vuelva a repetir.

"Nos hemos dejado llevar por el coraje y por las ganas de ayudar sin estar preparados", Luis, médico

Luis, médico de primaria en un centro de salud que da apoyo a una de las residencias visitadas, se lamentaba por la falta de reflexión y formación ante un virus que era nuevo para todo el mundo: "Nos hemos dejado llevar por el coraje y por las ganas de ayudar sin estar preparados. Había que ir porque la situación era catastrófica y los médicos de las residencias o de los centros de salud que les correspondían estaban de baja. Y se iba con toda la buena voluntad, metiéndole muchas horas y siempre con miedo, pero se iba. En algunos sitios los médicos no han querido ir a las residencias, pero en otros muchos sí, porque había que estar. Ahora bien, no me cabe duda de que hemos jugado un papel activo en la transmisión del virus".

"Yo miraba las inyecciones y sabía que no podría hacer eso, por muy sencillo que dijeran que era", Natalia, directora de una residencia

Natalia que dirige una residencia privada y pequeña donde todos se conocen relata una de las experiencias que más le impresionó: “Un día llegó el equipo de cuidados paliativos que enviaban desde sanidad y le pusieron la primera inyección de sedación a una de las residentes que estaba muy grave y no habíamos podido referir al hospital. Antes de irse, dejaron otras dos inyecciones cargadas para que se las pusiera yo en función de unos plazos que me indicaron. Yo miraba las inyecciones y sabía que yo no podría hacer eso, por muy sencillo que dijeran que era. No era por la inyección en sí, sino por lo que significaba. A mí nadie me ha preparado para una situación como esa y mucho menos para que sea yo quien lo haga. Nunca le puse las inyecciones y el caso es que Ana se acabó recuperando y todavía la tenemos aquí con nosotros. Es muy mayor y está muy débil, pero ahí sigue. Hemos tenido otros casos que fueron sedados por el equipo de cuidados paliativos para evitarles el sufrimiento; quizás fueron muchos, ahora ya no lo sabremos. Pero esto de que nos dejaran a nosotros la responsabilidad de hacerlo es algo que nunca hubiera podido superar".

"Eugenia, por ejemplo, dejó de comer y de moverse; se pasaba las horas mirando por la ventana", Carmen, directora de una residencia

Carmen, directora de una pequeña residencia familiar, relata un caso sobre el impacto de las medidas de aislamiento en los mayores: “Empezamos por aislar a todos en sus habitaciones, como nos recomendaban, para evitar los contagios. No sabíamos lo que iba a durar esto y enseguida vimos que había residentes que no iban a poder soportarlo. Eugenia, por ejemplo, dejó de comer y de moverse; se pasaba las horas mirando por la ventana. Había otros residentes que se quejaban y trataban de salir de los cuartos, y la verdad es que ha sido muy doloroso tener que mantenerlos encerrados. En el caso de Eugenia, yo tenía miedo de que sedejase morir y empecé a sacarla cada día un rato, para ver si recuperaba las ganas. Y empezó a comer, empezó a ir a mejor, hasta que un día vinieron los de atención primaria justo cuando la teníamos fuera, y me dijeron que era una inconsciente y estaba poniendo en peligro a todo el mundo. No me quedó otro remedio que devolverla a la habitación; me hicieron sentir muy mal. Ella dejó de comer otra vez y a los pocos días se murió. Yo no digo que no se fuese a morir igualmente, pero tengo claro que no quiso pasar por esto. Cuando volvió el equipo de primaria y les dije que se había muerto por encerrarla de nuevo, me dijeron: ‘No nos digas eso’. Se quedaron bastante tocados. Nos ha pasado a todos lo mismo. Nos entró tanto miedo con el virus que no hemos pensado en otra cosa que en aislar al máximo, sin pensar en lo que esto significaba para ellos"

Luisa, trabajadora social de una residencia que los equipos de MSF visitaron hasta cuatro veces dada la alta mortalidad, nos respondía a la pregunta de derivaciones hospitalarias: “Llamabas al hospital de referencia y te decían: ‘Lo siento, hoy solo podemos admitir a una persona de residencias, elijan ustedes’. Aun así, la ambulancia no venía a recogerla y fallecían en las pocas horas o días".

"Me consta que nuestro médico insistió en la urgencia de esas derivaciones, pero le dejaron claro que de las residencias no se estaban haciendo ingresos", dice Alejandro, enfermero

Alejandro, enfermero en una de estas residencias, explica:“En nuestro caso, teníamos la capacidad de atender a algunos pacientes que, en circunstancias normales, se hubiesen derivado sin problemas. Aquí hay un servicio médico y tenemos instalación de oxígeno, así que se hizo el esfuerzo mientras se pudo, porque ya nos habían dicho queel hospital no admitía los casos de residencias, por falta de camas. Pero llegó un momento en que hablábamos ya de riesgo vital, y no siempre relacionado con la COVID. Aquí los pacientes son de edad avanzada y una complicación de sus enfermedades crónicas es una amenaza. Se intentó derivar a dos residentes para los que ya no teníamos medios, pero desde el hospital nos confirmaron no los admitirían. Me consta que nuestro médico insistió en la urgencia de esas derivaciones, pero le dejaron claro que de las residencias no se estaban haciendo ingresos. Sin más, no importaban los motivos para pedir la derivación. Los dos pacientes se murieron aquí en el plazo de dos días y, francamente, no tenía por qué haber sido así. Los dos eran recuperables".

Miguel, gerente territorial de Servicios Sociales en una de las CCAA más afectadas,dice sin disimular su arrepentimiento: “Aquí hubo dos residencias que quisieron cerrar a las visitas en la última semana de febrero y en la primera de marzo, cuando ya se iban conociendo casos. ‘Imposible’, les dije yo, ‘no hay amparo legal para lo que estáis proponiendo, nos lloverán las denuncias de los familiares’. Diez días después, todos los Gobiernos autonómicos habíamos seguido ese mismo camino a raíz del decreto de alarma, pero el virus estaba ya en muchos de los centros. No sé si hubiese servido de algo, pero yo no paro de darle vueltas a lo que podíamos haber evitado si estas decisiones se hubiesen tomado antes, cuando ya veíamos lo que se nos venía encima”

Un informe de la ONG Médicos Sin Fronteras detalla las deficiencias encontradas en la organización de las residencias, tras brindar soporte a casi 500 de estos centros en España durante los meses más duros de la pandemia. coronavirus Off S.Valle. Geriatría Off

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