La vuelta al colegio de este año está marcada por la incertidumbre y la imprevisibilidad de la Covid-19. Las comunidades autónomas tienen previsto abrir las puertas del nuevo curso escolar entre el 4 y el 18 de septiembre (Canarias acaba de anunciar que lo aplazará hasta el 15 o, incluso más allá de esta fecha), y todo apunta a que no va a ser una vuelta sencilla ni rutinaria.
Para rebajar la tensión e incertidumbre que se van a encontrar los niños, que llevan 6 meses sin pisar las aulas y que ahora tienen que asumir una nueva realidad y protocolos (mascarillas, distancia social, higiene de manos…), la Asociación Española de Enfermería de Salud Mental (Aeesme) ha publicado una guía -en formato infografía- para la cuidar la salud emocional de los escolares en la vuelta al colegio y que, además, servirá para dar apoyo a la enfermera escolar.
Para los docentes
En el ámbito de la docencia, Francisco Megias Lizancos, presidente de Aeesme, explica que para cuidar la salud mental de los más pequeños es conveniente facilitar la participación en la toma de decisiones, “tanto del estudiante como de su familia, junto con el profesorado y otros agentes implicados”.
Recuerda que algunos profesionales están preocupados por los posibles trastornos emocionales -como TOC, anorexias o bulimias- que podría darse e los más pequeños debido a la pandemia.
Precisamente por ello, señala que es preciso aportar armonía en el aula y tener en cuenta “que los niños tienen una gran capacidad de adaptación y una ventaja sobre los adultos, ya que no tienen miedos futuros sobre la pandemia porque viven la realidad día a día”.
Identificar emociones
Para Megias también es necesario identificar las emociones y sentimientos del estudiantado, “teniendo en cuenta las necesidades del momento en su vida académica dada la situación de pandemia, ofreciendo y creando sensaciones de seguridad”, dice.
En este aspecto, precisa que es muy importante ofrecer seguridad, y que por ello el ambiente en el colegio “tiene que ser de relajación para que los niños no tengan miedo”.
Participación activa en las aulas
Otra de las recomendaciones de Aeesme es que haya una participación activa en las aulas, con el objetivo de conducir a promocionar en los estudiantes habilidades tanto académicas como emocionales y sociales que faciliten el aprendizaje.
Para facilitar la educación en salud, las propuestas de esta sociedad científica pasan porque el profesorado “utilice transversalmente un lenguaje simbólico relacionado con aspectos positivos que hagan referencia al bienestar y a la calidad de vida, conocimientos, habilidades y destrezas muy importantes en estos momentos por los riesgos que conlleva la pandemia de la Covid-19”.
Apoyo al cuerpo docente
Las autoridades académicas deben, según la guía de la Aeesme, posibilitar un apoyo global al cuerpo docente y personal auxiliar de los centros “que les permita desarrollar satisfactoriamente su función ante las demandas y requerimientos de tipo cognitivo, emocional y social de los niños, niñas y adolescentes”.
Megias explica que el miedo a la convivencia con el coronavirus “hay que abordarla con creatividad e imaginación desde las escuelas”.
Precisamente por ello, pide a los profesores que observen situaciones de tipo negativo en los niños, “como tendencia al aislamiento, lloros, miedo… y hacer dinámicas de grupo, potenciando el juego y fomentando las preguntas asertivas”.
En la guía de la Aeesme se hace, además, especial hincapié en el fomento de relaciones de confianza mutua, “promoviendo la comunicación abierta entre todos los actores implicados en la gestión de la enseñanza y el aprendizaje: personal directivo, docentes, estudiantes, asociaciones de madres y padres. Todos a su vez, coordinados con los servicios de Atención Primaria de Salud y otros servicios especializados oportunamente requeridos según necesidades”.
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