Los largos supervivientes oncológicos (LSO) son un colectivo cada vez más amplio y creciente, muy heterogéneo y con necesidades específicas después de concluir la fase aguda de la enfermedad tumoral. Los últimos cálculos señalan que, actualmente, la supervivencia a cinco años es superior, de forma global, a un 50%.
En España, se estima que en estos momentos, un millón y medio de personas son largos supervivientes oncológicos. Además, cada año habrá diez mil nuevos largos supervivientes, según Guillen Bruch, responsable de Oncología AstraZéneca, farmacéutica que junto al Institute for Healthcare Management de ESADE ha recogido la experiencia de más de 200 profesionales, entre oncólogos, asociaciones de pacientes, gestores sanitarios y otros, con el que han desarrollado el proyecto ASISTO en el que se ha analizado el futuro Asistencial Oncológico en Largos Supervivientes, que se ha presentado hoy lunes vía ‘online’.
La información recogida de este informe permitirá una adaptación y optimización del actual modelo asistencial para afrontar las demandas asistenciales de los Largos Supervivientes Oncológicos (LSO) en los 10 próximos años. “Al final del trayecto de la enfermedad aguda tumoral, sigue habiendo un colectivo con necesidades laborales y psicosociales específicas, similares a la de otros pacientes crónicos, que precisan un mayor y más adecuado esfuerzo de planificación a largo plazo de todo el Sistema Nacional de Salud (SNS)”, subraya Bruch.
Decálogo de necesidades específicas
Según Enriqueta Felip, Jefa de Sección de Oncología Médica del Hospital Universitario Valle de Hebrón y de la Unidad de Tumores Torácicos y Cáncer de Cabeza y Cuello (VHIO), en Barcelona, y vicepresidenta de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), y Carlos Mur, de la Sociedad Española de Directivos de la Salud (SEDISA) y Director Médico de la Clínicas CAT, en Barcelona, de la experiencia de los profesionales que han participado en el desarrollo de este informe se ha extraído un decálogo de conclusiones, que se traducen en necesidades reales.
“Además, de evitar las recaídas y tratar los efectos secundarios de los tratamientos, los largos supervivientes de cáncer son un colectivo muy heterogéneo, con diferentes tipologías en las que hay que atender a las características de cada paciente y sus comorbilidades”, indica Felip, a lo que Mur añade que “sería importante coordinar los niveles asistenciales para realizar una adecuada segmentación de pacientes. Los de menor complejidad, con menos comorbilidades, podrían encuadrarse en Atención Primaria, nivel que ya realiza un importante papel en detección precoz, mientras que el ámbito hospitalario contemplaría a los más complejos”
Surge así la figura del gestor de casos, básica para la coordinación de niveles asistenciales y para cuya función es necesario destinar recursos, formar a los profesionales y definir sus acciones y competencias. “Para implementar esta figura hay que tomarse muy en serio a la Primaria, con una tradicional merma en sus recursos, e instalar una estrecha colaboración con los equipos de Oncología hospitalaria. No se trata de lanzar el seguimiento de estos pacientes a Primaria, sino reforzar este nivel asistencial y ajustar los dos niveles”, indica Mur quien es consciente de la complejidad de este aspecto, teniendo en cuenta además el momento que actualmente vive los profesionales de Primaria con la pandemia covid-19.
“Este ajuste no se prevé para antes de un plazo de diez años. Nos movemos en este escenario”. Sin embargo, Felip considera que “es posible que en algunos aspectos se puede empezar a trabajar más pronto a través de este gestor de casos que coordinaría las necesidades de los pacientes entre Primaria y hospital”.
Algunas de las restantes conclusiones aluden a la necesidad de evaluar los resultados en salud que permitan disponer de indicadores de equidad y financiación, corregir las desigualdades territoriales que existen con una adecuada financiación y que aseguren las mismas oportunidades terapéuticas, potenciar un trabajo más coordinado entre profesionales, empoderar a los pacientes y potenciar la investigación, no sólo de fármacos para la fase aguda de la enfermedad, sino “dirigida específicamente a aumentar el conocimiento a largo plazo de las necesidades o ‘datos de la vida real’ de los largos supervivientes: calidad de vida, necesidades de atención psicológica y social, reincorporación al ámbito laboral, entre otros”, recalca Felip.
Un fenómeno derivado del éxito
El resultado del proyecto, para cuya elaboración se ha seguido la técnica cualitativa y prospectiva Delphi, es un documento de propuestas que aspira a transformar la atención de estos pacientes que, "tensiona las capacidades de un sistema sanitario que no estaba preparado para este fenómeno, pero que ha sido el fruto del éxito de las innovaciones producidas en oncología. El objetivo del ASISTO es, por tanto, concretar, a través de la experiencia de los más de 200 profesionales que han participado, es determinar cómo se debe organizar la asistencia de los largos supervivientes”, añade Manel Peiró, Director del Institute for Healthcare Management de ESADE.
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