domingo, 22 de noviembre de 2020

Una engrasada 'cadena de montaje' al servicio de todo un hospital

Medicina Física y Rehabilitación
raquelserrano
Lun, 23/11/2020 - 07:00
Médicos rehabilitadores, fisioterapeutas, logopedas y terapeutas ocupacionales
Juan Castillo, jefe del Servicio de Rehabilitación del Hospital 12 de Octubre, de Madrid. FOTOS: Luis Camacho.
Juan Castillo, jefe del Servicio de Rehabilitación del Hospital 12 de Octubre, de Madrid. FOTOS: Luis Camacho.

“La situación de crisis que hemos vivimos era límite, pero todo el personal -médico y no médico- ha respondido con responsabilidad, profesionalidad e implicación envidiables”. Este el resumen que Juan Castillo, jefe del Servicio de Rehabilitación del Hospital 12 de Octubre, de Madrid, hace del huracán covid-19 que ha azotado al sistema sanitario y a cuyos profesionales, el Área de Salud de Unidad Editorial reconoce a través de la serie de entrevistas #Admirables de Diario Médico y Correo Farmacéutico.

El equipo de profesionales de la Rehabilitación  -médicos, fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales y logopedas-, hizo un giro de 180 grados y no sólo mantuvo, en la medida de lo posible, su actividad habitual, sino que se puso al servicio del resto de profesionales del hospital. De entrada, en el gimnasio destinado a estas labores se hicieron ciertas reformas para acoger a los cada vez más numerosos pacientes con covid. Se adecuó instalando tomas de oxígeno y camas separadas por tabiques para pacientes que llegaban de la urgencia y, muchos de cuales, se trasladaban posteriormente al hospital que se montó en IFEMA.

La estructura personal también se reorganizó en un tiempo recórd; no había tiempo que perder. “A medida que aumentaba la demanda, las necesidades de los pacientes con covid también eran mayores. Y como ocurrió entre los profesionales de todos los centros, teníamos dificultades y dudas sobre cómo tratarlos”, señala Castillo, quien detalla que los médicos rehabilitadores, “asesorándonos internacionalmente con médicos de China e Italia con experiencia previa, desarrollamos un protocolo para tratar a los pacientes ingresados en UVI y a los ingresados en planta”.

Múltiples frentes abiertos 

Una parte de los médicos rehabilitadores se destinó a la asistencia en plantas de covid reforzando a los médicos internistas; otros apoyaban en la información a los familiares porque “un grave problema que hubo fue la desinformación a las familias de los pacientes: ingresaban y no volvían a saber nada de ellos porque internistas, neumólogos y el resto de personal de las plantas, no daban abasto”.

Los fisioterapeutas que tratan suelo pélvico y  linfedemas, terapeutas ocupacionales y logopedas se destinaron a ‘urgencias limpias’ y los residentes a urgencias covid. Los profesionales especializados en rehabilitación cardíaca y respiratoria se destinaron a ayudar a los neumólogos, con un protocolo común, para tratar a los pacientes afectados en domicilio. “Cada día o cada dos días, dependiendo del estado del paciente, se hacía una consulta para mantener o reformar tratamientos o se mandaba una ambulancia, si era preciso”.

El resto de las rehabilitaciones, fundamentalmente la de los pacientes ambulatorios no covid considerados urgentes –afectados de ictus o infartos cerebrales, entro otros- y ante la ocupación del gimnasio hospitalario, se reubicaron en el Centro de Especialidades de Orcasitas y Carabanchel, en Madrid, que en condiciones de normalidad desarrolla consultas de rehabilitación, y que en los meses de pandemia se reforzaron con personal y recursos.

“Fuimos como un coadyuvante, no sólo para los pacientes de rehabilitación, covid y no covid, sino para todo el hospital. “Nos adaptamos a la demanda asistencial del hospital del paciente covid, reforzando a todas las especialidades que necesitaban apoyo, sin desatender a los pacientes propios de nuestro servicio de Rehabilitación, sobre todo a los ambulatorios urgentes, para continuar la actividad”, explica Castillo.  

Buena prueba de ello es que fisioterapeutas, logopedas y terapeutas ocupacionales, repartidos en tres turnos que cubrieron diariamente, incluso fines de semana y festivos, se reinventaron y “trabajaron como jabatos en varios frentes, a pesar de que en los primeros momentos de la crisis todos teníamos miedo, confusión y desconcierto”, señala Elías Hernández, Supervisor de Fisioterapia, del Servicio de Rehabilitación del 12 de Octubre.

EPIS y geles hidroalcohólicos

En el Servicio de Esterilización de este hospital, el equipo desarrolló “una auténtica cadena de montaje, como en un fábrica, esterilizando, confeccionando y distribuyendo, para todos los compañeros del hospital y para los de los dos hoteles medicalizados adjudicados, situados en Atocha y en la Puerta del Sol, los Equipos de Protección Individual (EPIS). “Empezamos manejando y repartiendo entre 700 y 800 EPIS al día y acabamos repartiendo 2.800 EPIS diarios, durante los meses de marzo, abril y mayo”.

El material se recogía diariamente en IFEMA,  a través de la Dirección de Gestión del centro, pero “era como una lonja porque, de un día para otro, no sabíamos de qué íbamos a disponer. Esterilizábamos e introducíamos en un sobre el buzo, las gafas, las mascarillas y las batas que recogían allí los profesionales del hospital. Más tarde, se decidió hacer un circuito y repartir los EPIS en carros que se subían a las plantas en tres turnos, midiendo el consumo de cada uno de los servicios”.

El equipo apoyó también al Servicio de Farmacia, hasta bien entrado el mes de mayo, primero distribuyendo gel hidroalcohólico y posteriormente,  especializándose en su creación. “Las logopedas y terapeutas ocupacionales son expertas en geles hidroalcohólicos”. Una tercera vía se destinó al refuerzo del Servicio de Preventiva, donde fisioterapeutas, logopedas y terapeutas ocupacionales, ayudaron con la PCR y los cribados.

 

Aplicaron terapias rehabilitadoras a pacientes covid y no covid, esterilizaron, confeccionaron y repartieron EPIS, crearon geles hidroalcohólicos y ayudaron con PCR y cribados

 

Marta Sanz, Supervisora del Área Funcional de Rehabilitación, del Servicio de Rehabilitación, fué la encargada de gestionar toda la parte referida a la fisioterapia. Recuerda que en los peores meses de  pandemia, hubo un claro déficit de profesionales. “Nosotros ya estábamos tratando a pacientes con covid y muchos se contagiaron. Llegué a tener 20 fisioterapeutas enfermos. Además, todos los auxiliares de Rehabilitación desaparecieron de este servicio porque fueron requeridos en las plantas”.

Con los fisioterapeutas que quedaron en el hospital, diseñaron un protocolo para concretar qué se tenía que hacer y qué no con los pacientes covid ingresados, que fueron todos tratados y a los que ahora se realiza seguimiento posterior. La mayoría estaban en UVI, por lo que estos profesionales, junto con los intensivistas, diseñaron estrategias  comunes, puesto que la fisioterapia se consideró, desde el primer momento,  como parte muy importante del tratamiento integral.

Sanz señala que las sesiones de fisioterapia han sido duras, por el contexto en sí, y con el añadido del esfuerzo extra que supone realizar este trabajo enfundado en un EPI. En este sentido, Hernández puntualiza que actualmente se han reforzado los tres turnos en UVI porque con EPIS, cada fisioterapeuta “no puede atender a más de 8 ó 9 pacientes. Sin EPIS, hacemos hasta 12 ó 13”.  

Sesiones para recuperar y evitar secuelas 

Según los protocolos que se establecieron, “los pacientes en prono, no se tocaban”, explica Sanz. Para los que sí podían ser tratados en UVI, y dentro de las necesidades individuales de cada paciente, se aplicaron técnicas que favorecen la respiración del paciente y procedimientos de movilización. “Un elevado número ha estado inmovilizado hasta 30 y 40 días, postrados en la cama, con la consecuente aparición de polineuropatías. Trabajamos mañana y tarde, fines de semana y festivos durante la primera ola con este tipo de pacientes”.

Según Sanz, estos profesionales han observado que el tratamiento de fisioterapia ha sido muy beneficioso para los pacientes covid y a través del cual se han prevenido, además, importantes secuelas. “Cuando terminabas la sesión de fisioterapia, el paciente decía: no te puedes imaginar lo bien que me siento ahora. Esto que ahora hago contigo, no me lo podía imaginar hace una semana. Estoy andando, estoy hablando…”.

 

Los pacientes en prono no se tocaban. Los que estaban en UVI y podían recibir sesiones de fisioterapia, que proseguían al alta en planta, nos ha dicho después: "no podía imaginar esto hace una semana. Estoy andando, estoy hablando".  

 

Prevenir las secuelas que acarrea la inmovilidad también era esencial para los pacientes ingresados en planta. “Los fisioterapeutas crearon un cuaderno de ejercicios, que se repartían en todas la habitaciones de plantas covid, que era un punto común. Otro apoyo, muy  sencillo, pero de inmensa utilidad, fue la creación de una tabla de comunicación para que los enfermos de UVI, que no podían hablar por tener traqueotomía, pudieran  tener una vía de comunicación fácil: señalar si tenían frío, calor u otras sensaciones”, indica la Supervisora de Rehabilitación.

A pesar de meses y meses de esfuerzo desmedido, de miedo a contraer la infección y de inseguridades, estos tres profesionales, altavoces y reflejo de sus equipos, son tajantes al contestar: ha merecido la pena. “No creo que haya alguien que diga que  no ha sentido miedo”, expresa Sanz, que cuando se superó la primera ola de la covid, reunió a todos sus profesionales, al igual que Castillo y Hernández para expresarles el orgullo que sentía hacia ellos. “Nadie se negó ni a subir a planta a tratar a pacientes ni a trabajar los fines de semana o festivos.  Todos consideraron que su labor era muy importante; son profesionales vocacionales. Hemos trabajado  con mucho miedo pero, sólo por un gracias de un paciente, ha valido la pena”.

El desconcierto ante lo nunca visto y vivido, a no tener material ni equipos de protección suficientes  y a la posibilidad de contagio, sí se apoderó de nosotros, en los primeros momentos”, recuerda Hernández. “Ninguno hemos pasado la covid, pero una mañana nos fuimos los tres a hacer la PCR agobiadísimos”, confiesa Castillo.

 

Hemos trabajado con miedo, sin protección suficiente. Pero, sólo por un 'gracias' de un paciente, tanto esfuerzo ha merecido la pena

 

A fecha de hoy, la situación está más o menos normalizada, aunque siempre condicionada al mantenimiento de estrictas medidas de prevención y, según Castillo, con una peculiaridad añadida: “realizamos un seguimiento exhaustivo a todos los pacientes que han recibido el alta de manera ambulatoria. Es una valoración post-covid a todos los que han estado ingresados, de los cuales, la inmensa mayoría estuvieron en UCI”. Se trata de una consulta diaria de rehabilitación, valoración y tratamiento post-covid para minimizar o eliminar las secuelas, neurológicas o respiratorias, ya que “el desacondicionamiento post-covid tras las UVI tiene unas características especiales que el que presenta el paciente que ha estado en la UVI por otras causas”.

Elías Hernández, a la izquierda, Marta Sanz y Juan Castillo, del equipo de Rehabilitación del Hospital 12 de Octubre, de Madrid.
Juan Castillo, jefe de Rehabilitación del Hospital 12 de Octubre, de Madrid, explica cómo sus diferentes equipos 'se reinventaron' con un único objetivo: atender a los pacientes y apoyar al resto de especialidades del hospital. Admirables Off Raquel Serrano Off

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