jueves, 24 de diciembre de 2020

Dermoanalizadores: sofisticados dispositivos que leen la piel

Autocuidado
naiarabrocal
Vie, 25/12/2020 - 07:02
Dermofarmacia
Cada vez más farmacias apuestan por los dermoanalizadores como herramienta de apoyo al consejo en dermofarmacia.
Cada vez más farmacias apuestan por los dermoanalizadores como herramienta de apoyo al consejo en dermofarmacia.

Cuando un farmacéutico dispensa un corticoide o explica al paciente cómo dosificarlo y aplicarlo, o le recomienda la posología prescrita por el médico y le habla de los posibles efectos secundarios, fomenta la adhesión al tratamiento y contribuye a que lo termine con éxito.  Sin embargo, la atención farmacéutica en dermofarmacia tiene otra vertiente, que es la de indicar un procedimiento cosmético coadyuvante para que la piel esté mejor preparada para el tratamiento farmacológico prescrito por el médico, la de valorar cual es el fotoprotector adecuado o la de aconsejar un cosmético para que la piel esté mejor cuidada.

Para llevar a cabo estas acciones, el farmacéutico puede realizar una valoración subjetiva del estado de la piel en función de lo que perciba o de la apreciación del propio paciente. Pero, actualmente, estos profesionales sanitarios cuentan con una herramienta que aporta objetividad: los dermoanalizadores.

“Nos ayudan a corroborar de forma empírica antes y después de un tratamiento cosmético, para evaluar su eficacia y realizar un correcto seguimiento”, explica María Preciado, responsable del área de Dermofarmacia en el Colegio de Farmacéuticos de Pontevedra, quien considera que es un dispositivo innovador muy útil en las farmacias comunitarias especializadas, pero, eso sí, innecesario en las que no cuentan con este servicio.

Datos objetivos

Didac Barco, miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología y dermatólogo en Corium Dermatology (Barcelona), señala que en las farmacias pueden servir para obtener datos más objetivos de la piel y poder, así, recomendar al usuario uno u otro producto cosmético, pero advierte de que no son herramientas diagnósticas ni sus resultados deben servir para recomendar ningún tratamiento médico: “Pueden emplearse sólo para recomendar cosméticos o productos de cuidado de la piel que vayan enfocados, por ejemplo, a mejorar la cantidad de sebo”.

Según Preciado, las farmacias van poco a poco incorporando este avance tecnológico, bien para tener un mayor  conocimiento de la piel a la hora de aconsejar una rutina cosmética bien para llevar a cabo campañas concretas centradas en la piel: “En este sentido, podría servir para concienciar a la población sobre la fotoprotección en una acción específica de solares o en el lanzamiento de una línea cosmética”.

A juicio del dermatólogo, son dispositivos que tienen una vertiente más comercial que científica,  aunque no obvia que en el campo de la Dermatología también se utilizan para el estudio de trastornos cutáneos como la dermatitis atópica o la psoriasis. “En este caso se puede observar de forma cuantitativa la modificación de las características cutáneas antes y después del tratamiento”. Otra utilidad señalada por el experto es la determinación de dianas terapéuticas en algunas patologías, como puede ser la reducción de la pérdida transepidérmica de agua.

Mediciones

Como recuerdan los expertos, estos aparatos miden cuatro parámetros concretos del cutis. La hidratación es uno de ellos; concretamente, cuantifican la cantidad de agua que tiene la piel. Mediante fotometría, determinan el tamaño de las glándulas sebáceas y la cantidad de sebo que producen, lo que ayuda a aconsejar el seborregulador idóneo.

La pigmentación es otro de los valores sobre los que ofrecen información. Así, a través de una cámara con luz normal y luz polarizada, se puede averiguar exactamente qué factor de protección solar (FPS) necesita una persona y como es la naturaleza de las manchas que presenta. “Midiendo la pigmentación también se estudia la microcirculación y la vascularización para detectar patologías como cuperosis y rosácea”, apunta Preciado.

A través de la medición de la pigmentación pueden detectar patologías como cuperosis o rosácea

Barco insiste en que, aun combinando todos estos datos, no se llega a ningún diagnóstico concreto ni a una recomendación de tratamiento médico: “Los dermoanalizadores son una herramienta exploratoria más, cuya utilidad depende de la pericia de la persona que explora”. No obstante, matiza que pueden proporcionar otros datos secundarios, como la temperatura de la superficie de la piel, el pH externo de la misma, el tamaño del poro, la profundidad de las arrugas

La responsable de Demofarmacia del COF de Pontevedra añade que pueden detectar si hay muchas células muertas y si la piel necesita exfoliarse. Asimismo son útiles para descubrir problemas en el cuero cabelludo, aunque no es su principal aplicación.

En su opinión, proporcionan valor añadido tanto a la labor del farmacéutico como a la atención que recibe el cliente. El profesional dispone de un instrumento que le ayuda a obtener valores reales, “en los que podemos apoyarnos a la hora de dar un tratamiento en una patología o de aconsejar una rutina cosmética”.

Por otra parte, el usuario tiene más seguridad de que le ofrecen un producto adecuado para lo que necesita. De hecho, se puede utilizar con todas las personas que lleguen a la farmacia solicitando consejo dermofarmacéutico o si el farmacéutico detecta un problema evidente en la piel.

El portavoz de la AEDV recalca que los datos objetivos que se consiguen son para recomendar un producto cosmético u otro, de lo que se beneficia el cliente porque elegirá un cosmético mediante unos parámetros que luego se pueden comparar para comprobar su eficacia. Se pueden tomar medidas objetivas antes de empezar con un cosmético y al cabo de cierto tiempo de haberlo empleado. O después de un tratamiento que haya prescrito el médico.

“Sin embargo, se suele dar más valor a la reducción de la sintomatología, del picor, la tirantez o el quemazón –dice Didac Barco–. Secundariamente, podemos ver si el tamaño del poro se ha reducido, si las arrugas son menos pronunciadas, etc.”.

En farmacias

Pese a todo, estima que lo ideal sería tener un dermoanalizador como herramienta de soporte en las consultas de la especialidad para poder, así, completar el tratamiento médico con un cosmético. No obstante, es excepcional encontrarlos en una consulta médica y normalmente los sanitarios que adquieren este dispositivo son los farmacéuticos: “En general, se emplean para recomendaciones comerciales de farmacias y se suelen tener protocolos de uno u otro producto, según los resultados emitidos por el dermoanalizador”.

Ante esta afirmación, Preciado apostilla que el dermoanalizador puede ayudar al farmacéutico a derivar al médico: “Si la medición o la cámara detecta algo que no es normal, se derivará al médico para que realice una evaluación más exhaustiva”.

Aunque el manejo es sencillo, es conveniente tener conocimientos de dermofarmacia

Lo cierto es que aunque es una innovación sofisticada, su manejo es muy sencillo para el farmacéutico. Eso sí, Preciado defiende la conveniencia de que el profesional cuente con conocimientos de dermofarmacia. Asimismo, cree que es esencial conocer bien cuáles son los productos que están disponibles en la farmacia y cuáles son los activos y propiedades de cada uno: “Es bueno pedir a los laboratorios que nos den formación acerca de su vademécum para conocer bien el abanico de productos que tenemos a nuestro alcance”.

Respecto al precio, un dermoanalizador puede adquirirse aproximadamente por 5.000 euros. “Depende del uso que se le dé compensará más o menos el desembolso”, comenta Preciado. Algunas cooperativas, como Cofano, ofrecen un servicio de préstamos del aparato para facilitar el servicio a los socios.

Aparatos que llegan incluso al espacio

Modelo ‘Multidermascope 1000’, distribuido por la empresa Microcaya a las farmacias comunitarias.

Solo se puede valorar lo que se mide. Esta es la premisa de la empresa Microcaya, que distribuye en España los analizadores de piel de Courage + Khazaka, que son “un estándar en la literatura científica, y las más reputadas marcas de cosmética ya han confiado en ellos. Incluso la NASA los ha utilizado para algunas de sus investigaciones en el espacio”, dice la compañía. Estos aparatos destacan por su tecnología C+K, que cuenta con varias sondas. La Corneometer, que realiza un análisis por capacitancia, con una profundidad de medición de 10-20 micras del estrato córneo, es el método universal de determinación del nivel de hidratación. Esta sonda utiliza la succión y analiza la elasticidad de la piel en función de la edad.  La sonda Mexameter, mediante el principio de absorción/reflexión del haz de luz emitido, permite medir la concentración de melanina en la piel. La sonda Sebumeter-Sebo, a través de la fotometría de una muestra de la epidermis, mide el sebo de la piel y el cuero cabelludo. Por su parte, la sonda Skin-pH-meter se basa en el método estándar de determinación del pH; y la sonda Tewameter (TEWL), en el principio de difusión en cámara abierta para la medición de la pérdida de agua transepidémica, comprobando el estado de la función barrera de la piel. Por último, la sonda Skin-Thermometer examina la circulación sanguínea mediante infrarrojos e, indirectamente, la celulitis. Según datos de la compañía, el modelo que más se distribuye en farmacias en España es el Multidermascope 1000. “Con un diseño moderno y ligero, proporciona, de forma sencilla y rápida, un análisis de los cuatro parámetros fundamentales”, afirma la compañía, que asegura que, en sólo unos segundos, se puede realizar un análisis completo de la piel y mostrar al cliente las necesidades de productos o tratamientos. Los resultados se muestran en un display numérico a través de una barra de leds, junto a una escala que facilita la interpretación.

Estos aparatos permiten un análisis objetivo de parámetros como hidratación, sebo, pigmentación y elasticidad antes y después de un tratamiento cosmético. Off María R. Lagoa Autocuidado Autocuidado Autocuidado Off

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