viernes, 1 de octubre de 2021

Demuestran el impacto de la enzima G6PD en la prevención de la fragilidad en personas mayores

Geriatría
manuelbustelo
Vie, 01/10/2021 - 12:16
Investigación
 La fragilidad es un deterioro funcional asociado a la edad que afecta a más del 33 % de la población mayor de 80 años.
La fragilidad es un deterioro funcional asociado a la edad que afecta a más del 33 % de la población mayor de 80 años.

Un estudio realizado del Instituto de Investigación Sanitaria Incliva, del Hospital Clínico de Valencia, muestra que la enzima G6PD (glucosa 6 fosfato deshidrogenasa) previene la fragilidad, un deterioro funcional asociado a la edad que afecta a más del 33 % de la población mayor de 80 años y se relaciona con un mayor riesgo de discapacidad, hospitalización y muerte.

La investigación, cuyos resultados se publicarán en la revista Journal of Cachexia Sarcopenia and Muscle, ha sido dirigida por José Viña, coordinador del Grupo de Investigación en Envejecimiento y Ejercicio Físico, y Mª Carmen Gómez-Cabrera, coordinadora del Grupo de Investigación en Ejercicio, Nutrición y Estilo de Vida Saludable. Ambos pertenecen al Área de Metabolismo y Daño Orgánico del Incliva.

El objetivo principal de esta investigación era desarrollar una intervención para retrasar la aparición de la fragilidad en su contexto geriátrico más amplio, según han informado fuentes del instituto de investigación.

En un trabajo previo desarrollado por ambos investigadores se demostró que el aumento en la expresión de la enzima antioxidante relacionada con el metabolismo de la glucosa (G6PD) protege frente al daño oxidativo asociado al envejecimiento y aumenta la vida media en un modelo de ratón.

Impacto sobre varios parámetros

Este nuevo trabajo se ha centrado en el impacto de esta enzima sobre distintos parámetros de la calidad de vida y, especialmente, en el mantenimiento de la funcionalidad, que es un aspecto clave para garantizar un envejecimiento saludable.

La fragilidad es un síndrome geriátrico caracterizado por una capacidad reducida para responder al estrés. A medida que envejecemos se producen una serie de cambios físicos y funcionales que acaban afectando a las actividades de la vida diaria, la autonomía y la independencia. Un anciano frágil, frente a uno robusto, tiene un riesgo muy elevado de acabar siendo dependiente, por lo que identificar y revertir el estado de fragilidad es fundamental para garantizar un envejecimiento saludable.

Los resultados del estudio mostraron que la sobre-expresión de la G6PD, enzima antioxidante presente de forma natural en nuestras células, protege frente al deterioro funcional asociado a la edad.

Durante un año

Se evaluó de forma longitudinal, durante un año, la fragilidad en dos grupos de ratones viejos (18 meses de edad). Para determinar el deterioro funcional en los animales se adaptaron las mismas pruebas que se realizan en las consultas de geriatría, que consisten básicamente en valorar la pérdida de fuerza, la velocidad de la marcha, la fatiga y el nivel de actividad física a medida que envejecemos.

En uno de los grupos se aumentó de forma moderada, molecularmente, la actividad de esta enzima. Este incremento generó un estado hiperdefensivo, que dotaba a la célula de una mayor resistencia frente al estrés.

En el trabajo también se planteó probar intervenciones, no moleculares, con traslación a la práctica clínica que pudiesen aumentar la actividad G6PD y se encontró que un programa de ejercicio de muy corta duración (cinco días) es capaz de aumentar la actividad de la enzima de forma muy similar a la que se consigue con su manipulación genética.

En base a los resultados obtenidos, los investigadores consideran que es relevante explorar si las personas con deficiencias parciales de G6PD pueden ser más propensas a la fragilidad y que la activación de la actividad de G6PD por intervenciones nutricionales, farmacológicas y fisiológicas, como el ejercicio, puede tener un potencial traslacional en geriatría y en la investigación gerontológica.

Este trabajo es el resultado de la colaboración entre varios grupos de investigación nacionales e internacionales. Han participado investigadores del Instituto Madrileño de Estudios Avanzados (Imdea), la Universidad Pompeu Fabra, el IRB Barcelona y la Universidad de Montpellier (Francia).

Ha quedado recogido en un estudio realizado del Instituto de Investigación Sanitaria Incliva, del Hospital Clínico de Valencia. Off EFE Investigación Off

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