La cirugía robótica se somete a examen poco tiempo después de la expiración de la patente de varios componentes del Da Vinci, que ha dado lugar a la aparición de alternativas que hasta ahora no había y que presentan algunas diferencias frente al primero. Han pasado algo más de décadas desde la aprobación por la FDA del primer sistema robótico en cirugía y es momento de revisar su eficacia, efectividad, seguridad y eficiencia.
Precisamente el último congreso de la Sociedad Española de Investigaciones Quirúrgicas (SEIQ), celebrado en Gijón, dedicó una mesa redonda a analizar el presente y el futuro de la cirugía robótica, en un momento en el que la Consejería de Sanidad de Asturias ha anunciado la próxima inversión de cinco millones de euros para financiar este tipo de tecnología. Sus gestores, como ocurre en otras comunidades autónomas que se incorporan ahora a estos sistemas, disponen por primera vez de la posibilidad de elegir entre varias opciones y tienen ante sí el desafío de tratar de elegir la opción más conveniente. La clave es optar por el modelo que mejor se ajuste a la realidad de cada servicio de salud y cada centro hospitalario.
Tras dos décadas de experiencia de cirugía robótica parece claro que sus principales ventajas son una posición más ergonómica del cirujano, la eliminación del posible temblor de la mano, y la mejor adaptación cuando es necesario trabajar con precisión en espacios anatómicos reducidos y con visión difícil, lo que conduce a una mejor preservación de estructuras, como los nervios, según coinciden en señalar José Carlos Fernández, jefe de Servicio de Cirugía General y del Aparato Digestivo del Hospital Universitario de Cabueñes, en Gijón, y José Luis Rodicio, Presidente del Congreso de la SEIQ y cirujano del servicio de Cirugía General y del Aparato Digestivo del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA).
Mejoras técnicas
La aceptación y justificación que han tenido los robots en la cirugía laparoscópica se explica porque aporta mejoras técnicas, resalta José Ignacio Rodríguez García, especialista del área de Cirugía General y del Aparato Digestivo del HUCA, profesor asociado de la Universidad de Oviedo y miembro del Grupo de Ciruingeniería y de Cirugía Abdominal del Instituto de Investigación Sanitaria del Principado de Asturias, aunque aspectos como la visión tridimensional ya se incluyen en muchas torres laparoscópicas, hay disponibilidad de incluir instrumentos laparoscópicos articulados y brazos laparoscópicos teledirigidos para el control de la cámara, si bien, según matiza este especialista, “este tipo de instrumental se usa poco en la práctica diaria”.
Además, cada vez se realizan menos nudos al generalizarse la utilización de suturas barbadas que no los requieren.
Inconvenientes
Si la cirugía robótica ofrece ventajas respecto a la cirugía laparoscópica convencional y la cirugía abierta es necesario tener en cuenta también los inconvenientes ligados al elevado coste de la tecnología, a la curva de aprendizaje que requiere, teniendo en cuenta, no obstante, que en el caso de la laparoscopia esta curva no es tampoco despreciable, y a las exigencias a las que obliga en el quirófano y al cirujano para su aplicación y desarrollo.
José Ignacio Rodríguez, en un artículo de e-NOTAS publicado por la Oficina de Evaluación de Tecnologías Sanitarias del Principado de Asturias (OETSPA), señala que sigue siendo necesario generar más evidencia a la hora de establecer recomendaciones en cirugía robótica y que se mantienen algunas “incertidumbres” sobre su superioridad.
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