martes, 21 de marzo de 2023

Investigaciones pioneras para mejorar la función cognitiva en síndrome de Down

Medicina Interna
soniamoreno
Mar, 21/03/2023 - 08:00
Día Mundial del Síndrome de Down
El médico internista Diego Real de Asúa atiende a Patricia, una de sus pacientes, en la Unidad de Adultos con Síndrome de Down del Hospital de la Princesa. Foto: SERGIO GONZÁLEZ VALERO.
El médico internista Diego Real de Asúa atiende a Patricia, una de sus pacientes, en la Unidad de Adultos con Síndrome de Down del Hospital de la Princesa. Foto: SERGIO GONZÁLEZ VALERO.

En los últimos años, la investigación en el síndrome de Down intenta encontrar nuevas vías de intervención terapéutica a partir de un mejor conocimiento de su base fisiopatológica. Uno de los objetivos es mejorar el rendimiento cognitivo y la memoria de las personas con el síndrome. Por otro lado, la enfermedad de Alzheimer también constituye un importante objeto de estudio en estos pacientes, dada su alta prevalencia a medida que envejecen. En esos y otros ámbitos, cada vez hay más desarrollo científico, en gran parte gracias al impulso de grupos investigadores españoles.

No obstante, su reflejo en la clínica es lento. Mientras llegan nuevas opciones terapéuticas, los médicos trabajan en la prevención de los trastornos asociados al síndrome, así como en el refuerzo de las estrategias de estimulación cognitiva, que desarrollan sobre todo fuera del entorno médico y que contribuyen a que cada vez más personas con síndrome de Down lleven una vida plena.

Un ejemplo representativo de esa labor es la que realizan los médicos internistas de la Unidad de Adultos con Síndrome de Down del Hospital Universitario de la Princesa, de Madrid. Fue la primera en abrirse, en 2005, de la mano del jefe de la Unidad Fernando Moldenhauer, en la que se integran los también médicos internistas Diego Real de Asúa y Pedro Parra. A lo largo de ese tiempo, han pasado más de 1.600 adultos con síndrome de Down por sus consultas, y estos especialistas ven de forma regular a unos mil pacientes al año.

“Con una serie de cuidados mínimos, muchos de los problemas médicos que antes limitaban a las personas con síndrome de Down pueden controlarse estupendamente, y eso les permite desarrollar vidas plenas. Nosotros somos solo una pieza pequeña de un gran engranaje para que puedan disfrutar al máximo de la vida. Entre otros factores, se trata de contar con inserción laboral, preocupación social, integración de las familias, vida independiente y nuestra contribución para promover una vida y un envejecimiento saludables,”, afirma a este medio Diego Real de Asúa.

Diego Real de Asúa, médico internista de la Unidad de Adultos con Síndrome de Down del Hospital de la Princesa
Diego Real de Asúa, médico internista de La Princesa. Foto: SERGIO GONZÁLEZ VALERO.

En el 'mundo adulto'

En los últimos años, la consulta ha incorporado un protocolo de transición para facilitar el paso de los pacientes pediátricos al mundo adulto. “Al menos una vez al mes, me acerco al Hospital del Niño Jesús, centro de referencia de estos pacientes en edad pediátrica, y asisto a su última revisión, de forma que nos conocemos y hacemos una transición más amable”, expone el especialista. “Así también favorecemos que las familias no se queden descolgadas, y sigan teniendo una consulta de referencia cuando el paciente es mayor de edad”.

En la Unidad de La Princesa se pone el acento en la vigilancia de ciertos trastornos asociados al síndrome. Se revisan los sistemas aferenciales, en especial, la visión, pues cataratas a edades precoces, queratocono o problemas refractivos son más frecuentes en la población con el síndrome. También se analiza la posible aparición de problemas de tiroides y de apnea del sueño; y se observa que no haya alteraciones cardiacas que pasaran inadvertidas en la infancia. Una parte importen es el control del peso y la alimentación, porque “si bien los trastornos de peso no son inherentes al síndrome de Down, sí que son muy frecuentes. Suponen un caballo batalla, ya que el sobrepeso y la obesidad limitan la movilidad, generan más desgaste articular, apnea del sueño y, sobre todo, restan autonomía”.

¿Problemas de salud mental?

En cuanto a las alteraciones de salud mental, que en algunos estudios se han señalado como más comunes entre las personas con síndrome de Down o discapacidad, Diego Real de Asúa opina que son conclusiones controvertidas: “No tengo nada claro que estas personas tengan, por ejemplo, más trastornos del ánimo. Todo depende de cómo estemos nosotros interpretando sus conductas; podemos atribuirlas a alteraciones mentales, cuando en realidad lo que subyace bajo un cambio de conducta es muchas veces un problema médico (un cuadro de dolor, mal descanso nocturno, apnea del sueño), que quizá no estamos resolviendo por una falta de comunicación adecuada”.

Otro gran objetivo es mejorar la memoria de trabajo y la capacidad cognitiva de estos pacientes. “Más allá de lo que hacemos nosotros en la consulta, cada vez hay más asociaciones que integran programas de estimulación cognitiva. Ese tipo de actividades es al menos igual de rica que cualquier cosa que podamos recetar aquí. Quizá es la parte más importante de la estimulación cognitiva hoy en día, y es algo que no depende de la consulta, pero que sin duda están consiguiendo las familias y las personas con del síndrome”.

Desde un punto de vista farmacológico, el internista menciona que el único tratamiento que ha demostrado cierta eficacia es un compuesto del té verde, la epigalocatequina-3-galato (EGCG). Según lo publicado en un estudio en The Lancet Neurology donde se ha ensayado en población joven actúa sobre la función del gen DYRK1A, y de esa forma mejora la memoria y el aprendizaje de las personas afectadas.

El trabajo se llevó a cabo por investigadores españoles, bajo la coordinación de Rafael de la Torre, del Instituto de Investigación del Hospital del Mar (IMIM), y la neurobióloga Mara Dierssen, del Centro de Regulación Genómica (CRG).

Estos investigadores dirigen también otra iniciativa terapéutica más reciente, el proyecto ICOD, que cuenta con financiación europea, y estudia la eficacia de un fármaco primero de su clase (AEF0217) para mejorar el déficit cognitivo de las personas con síndrome de Down.

El proyecto ICOD centra una jornada que se celebra en la tarde de hoy martes en el Hospital de La Princesa, donde científicos de proyección internacional como los mencionados Mara Dierssen, Rafael de la Torre o Fernando Moldenhauer, por citar algunos ponentes, expondrán los últimos avances sobre la investigación en el síndrome.

También se va a promover, tanto de forma presencial como telemática, la interacción directa y debates activos entre familias, asociaciones de personas con síndrome de Down e investigadores que participan en el proyecto ICOD, así como con otros investigadores que trabajan en el campo del síndrome de Down.

Estudios pioneros

Acerca del ensayo ICOD, Mara Dierssen concreta a este medio que “en este momento, en el contexto de este proyecto, coordinado por Rafael de la Torre, del IMIM, estamos trabajando con moduladores alostéricos de CB1. En particular, con una nueva molécula CB1-SSi dirigida a mejorar el rendimiento cognitivo en el síndrome de Down (AEF0217) que por ahora ha mostrado resultados prometedores en voluntarios sanos”.

De hecho, el sistema endocannabinoide -sistema neuromodulador involucrado en el aprendizaje y la memoria- es también una de las vías de investigación actuales en este campo, con trabajos, además del proyecto ICOD, como el estudio el antagonista del receptor cannabinoide tipo 1 (CB1R) rimonabant, realizados en colaboración con Andrés Ozaita, de la Universidad Pompeu Fabra, en Barcelona, que han demostrado que “el fármaco rescataba el deterioro cognitivo en diferentes modelos murinos de síndrome de Down”.

La científica, que también preside el Consejo Español del Cerebro, celebra que en la última década se haya hecho un importante esfuerzo en conocer mejor los mecanismos patogénicos implicados en el síndrome de Down, en aras de encontrar nuevas intervenciones para mejorar la cognición, “que lentamente empiezan a reemplazar el arsenal tradicional de terapias sintomáticas basadas en neurotransmisores u orientadas a la enfermedad de Alzheimer, sin tener en consideración las características diferenciales que ésta tiene en el síndrome de Down, y que, en cualquier caso, tampoco han dado buenos resultados en las personas con enfermedad de Alzheimer”.

En una revisión reciente sobre la investigación en síndrome de Down realizada en el laboratorio de Mara Dierssen, quien dirige el grupo de Neurobiología Celular y de Sistemas en el CRG de Barcelona, “identificamos más de 100 artículos publicados en los últimos 10 años que involucran 70 intervenciones diferentes. La mayor parte de la investigación preclínica se centró en intervenciones farmacológicas (alrededor del 70%). Sin embargo, hay un número creciente de trabajos que prueban tipos biológicos de intervención. En general, nuestro análisis reveló que la transición de la etapa preclínica a la clínica es muy lenta, por lo que llevará tiempo antes de que podamos apreciar un cambio de nuevas terapias en los ensayos clínicos. De las 70 intervenciones preclínicas, pocas han pasado rápidamente a ensayos”.

De ellas, la neurobióloga describe la citada epigalocatequina-3-galato y el ensayo de fase II realizado en adolescentes y adultos jóvenes con síndrome de Down en 2016. También alude a “un estudio en ratones con melatonina que se llevó tres años después a la clínica demostrando una reducción del estado inflamatorio crónico en personas con síndrome de Down. De hecho, identificamos 20 ensayos clínicos en los últimos 10 años”, enumera. “La mayoría son ensayos farmacológicos dirigidos a la neurotransmisión (como por ejemplo, rivastigmina o basmisanil). Sin embargo, en muchos casos estos tratamientos sintomáticos se han suspendido debido a la falta de diferencias estadísticamente significativas entre los grupos tratado y placebo”.

Lamivudina: un fármaco para el VIH muestra buenos resultados como tratamiento para síndrome de Down, "Las personas con discapacidad también podemos trabajar en puestos cualificados", Alto riesgo genético de covid-19 en síndrome de Down
Sin embargo, también se están explorando nuevos objetivos u otros tipos de intervención. “Por ejemplo, la cerebrolisina, actualmente aprobada en vario
Mientras se avanza en hallar nuevas vías terapéuticas, en la clínica los médicos se centran en la prevención de las comorbilidades y en el refuerzo de la estimulación cognitiva. Off Sonia Moreno. Madrid Off

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