viernes, 23 de junio de 2023

El tiempo es relativo

Fernando Navarro
Fernando Navarro
Vie, 23/06/2023 - 13:38
Citas literarias
A veces, no hay tiempo para atender en condiciones a los pacientes.
A veces, no hay tiempo para atender en condiciones a los pacientes.

El año pasado comentaba aquí mismo un trabajo publicado según el cual, en un servicio de urgencias, el médico interrumpe a su paciente ―sin dejarle terminar de hablar― al cabo de tan solo 11 segundos. Cuando he comentado este resultado con médicos en ejercicio, suelen argumentarme que no hay tiempo para atender en condiciones a los pacientes.

¿No hay tiempo ―así, en general― o no lo hay para los pacientes? Reproduzco un pasaje de Cuando ya no puedes más: viaje interior de un médico (2019), narración autobiográfica de Enrique Gavilán, médico de familia en la Extremadura rural:

En muchos de los centros de salud de nuestro país, territorios en estado de sitio, la solidaridad no existe: todos ―yo el primero― vamos a lo nuestro, como burros con orejeras. […] Si logras vencer la reticencia inicial, echan mano de un recurso muy útil, que en realidad es un comodín para evitar inmiscuirse en los problemas de los demás e implicarse un milímetro más de lo estrictamente necesario: «No tengo tiempo». Los profesionales sanitarios no tenemos tiempo para nada. No hacemos cursos porque no tenemos tiempo. No desarrollamos proyectos de investigación porque no tenemos tiempo. No realizamos actividades con la comunidad porque no tenemos tiempo. No diseñamos programas asistenciales porque no tenemos tiempo. No hacemos sesiones clínicas en los centros de trabajo porque no tenemos tiempo. No somos capaces ni de organizar un mísero taller de risoterapia para descojonarnos de nuestras miserias porque no tenemos tiempo. No podemos escuchar a nuestros pacientes, ni a nuestro compañero, porque no tenemos tiempo. Curiosamente, sí hay algo para lo que tenemos tiempo de forma inexcusable: para atender al comercial de la farmacéutica que nos va a invitar a comer marisco en el próximo congreso de nuestra sociedad científica.

Un minuto de tiempo basta para leer otras tres jugosas citas breves (en párrafo aparte cada una de ellas) que extraigo de la misma obra:

Me da igual lo que digan los estudios, las estadísticas sanitarias o los titulares de prensa, porque mienten: el motivo de consulta médica más frecuente no es ni el lumbago ni el dolor de cabeza ni la fiebre, sino el temor a la muerte, en sus mil y una versiones y manifestaciones diferentes.

A los médicos de familia nos han colocado al servicio de un cuerpo de especialistas de élite, a pesar de que todos tenemos la misma titulación. Salvo honrosas excepciones de compañeros hospitalarios que nos respetan y confían en nuestro criterio, muchos nos tratan como inferiores y delegan todas aquellas tareas a las que no quieren dedicarse, sobre todo las administrativas: la gestión de citas (incluso a veces las de revisión, que les competen exclusivamente a ellos), los partes de baja, las recetas, los volantes de ambulancia…

El principio inexcusable de la medicina primum non nocere ―primero, no hacer daño―, versión secular del «virgencita, virgencita, si voy al médico, al menos que me quede como estoy», ha sido conmutado por primum facere. Es decir, lo primero es siempre actuar, antes incluso que preguntar y, sobre todo, escuchar la respuesta.

Fernando A. Navarro

¿No hay tiempo ―así, en general― o no lo hay para los pacientes? Enrique Gavilán reflexiona sobre ello en su narración 'Cuando ya no puedes más: viaje interior de un médico'. Off Fernando A. Navarro Off

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