miércoles, 6 de septiembre de 2023

¿Usted quiere ser epidemiólogo? Pues esto es lo que hay

Medicina Preventiva y Salud Pública
soledadvalle
Mié, 06/09/2023 - 11:56
Profesión
Pello Latasa, responsable de vigilancia en salud pública de la Dirección de Salud Pública y Adicción del Gobierno Vasco. Foto DM
Pello Latasa, responsable de vigilancia en salud pública de la Dirección de Salud Pública y Adicción del Gobierno Vasco. Foto DM

"Cada vez tenemos más vacunas, más productos inmunizantes, productos cada vez más complejos y necesitamos atraer personal y talento para poder realizar una gestión eficaz de todas estas nuevas herramientas". 

Pello Latasa, responsable de vigilancia en salud pública de la Dirección de Salud Pública y Adicciones del Gobierno Vasco, tiene claro que se necesitan epidemiólogos. Tiene menos claro que la inversión pública y la formación vaya a responder a estas necesidades. Espera un marco legal básico para desarrollar la epidemiología del futuro, la que se necesita ya, pero también avisa que las normas deben ir acompañadas de inversión, porque sino... 

Lasata ha planteado estas cuestiones durante la conversación que ha mantenido con este diario en Oporto (Portugal), durante la XLI Reunión Anual de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE). 

Pregunta: ¿Es la epidemiología un buen campo profesional para los sanitarios? ¿Recomendaría usted a un médico o a otro sanitario que se dedique a la epidemiología?

Respuesta: La epidemiología es una disciplina muy estimulante que implica trabajar con comunidades, con riesgos emergentes, que implica poner en práctica el pensamiento crítico, el método científico...

Es una disciplina muy, muy interesante. Desafortunadamente, no hay una formación oficial reconocida y regulada que permita acceder a puestos donde se desempeña esto.

P.: ¿Entonces? ¿Qué estudia el médico que quiere ser epidemiólogo?

R.: Tenemos son varias piezas de formación que están más o menos separadas y que, quien tenga interés en formarse en Epidemiología, pues puede explorar estas vías.

Por un lado, para las personas que han estudiado medicina, la vía más sencilla, por así decirlo, sería la especialidad de Salud Pública, que tiene un área muy importante de formación en epidemiología.

Luego, para los que hayan estudiado medicina, pero no quieren hacer esa especialidad, por el motivo que sea, pues están los másteres, la formación de posgrado, que hay formación de posgrado bastante buena en esta materia y luego los doctorados, que hay doctorados también de epidemiología y salud pública.

Creo que también otro de los elementos más apetecibles de la epidemiología es que es, en general, un trabajo que requiere un abordaje multidisciplinar, que la medicina tiene un papel relevante pero también lo tiene la enfermería, la veterinaria, la estadística, la ciencia de datos, etcétera.

Entonces, creo que aquí lo bonito es que cada uno, desde su campo de conocimiento, puede llevar a esta disciplina ese saber, que solamente esa profesión puede aportar y, en conjunto, abordar problemas que son cada vez más complejos, de una sociedad que es cada vez más compleja. 

P.: ¿Y los farmacéuticos, que no los ha citado?

R.: Sí, los farmacéuticos también juegan un papel muy importante, porque forman parte de, digamos, esas profesiones clásicas de la salud pública. Históricamente se ha encasillado a los veterinarios en la higiene alimentaria, a los farmacéuticos en la sanidad ambiental, a los médicos y a la enfermería en epidemiología, pero, bueno, la realidad es que posiblemente todos los campos pueden beneficiarse de tener profesionales de distintos hábitos.

P.: Y, en el caso de que su pasión por esta disciplina fuera contagiosa, ¿qué realidad laboral espera a esos potenciales médicos, enfermero o farmacéuticos que decidan hacer carrera en la epidemiología en España? ¿Puede ser optimista?

R.: Bueno, a mí me gusta plantearlo con un optimismo moderado. Creo que la epidemiología va a ser un ámbito que va a tener cada vez mayor demanda, porque se ha visto que, bueno, pues hay riesgos emergentes y faltan instrumentos para abordarlos y uno de los instrumentos más importantes es la epidemiología y, en especial, la epidemiología de campo, que se dedica a responder a brotes epidémicos y a alertas y a otro tipo de amenazas sanitarias para la salud pública.

Entonces, sí que habrá un aumento de la demanda. De lo que no estoy seguro es de si seremos capaces de amoldar, digamos, el ámbito laboral para que dé reflejo a ese aumento de la necesidad. Y de amoldar el ámbito formativo para que consiga formarse a más profesionales que terminen trabajando para aportar el valor que realmente la sociedad necesita, que es intentar tener un futuro con un marco un poquito más seguro, mejor vigilado y permita optimizar al máximo las herramientas de digitalización y transformación digital y ciencia de datos.

P.: Sobre el modelo laboral de estos profesionales hay mucho debate. ¿Cuál cree que debe ser el mejor modelo de contratación de un epidemiólogo dentro de la Administración pública? ¿Laboral, estatutario o funcionario? 

R.: Bueno, esto es una cuestión de opinión personal. Creo que la modalidad laboral que debe prevalecer es la que mejor funcione. O sea, hay sitios donde la regulación de personal funcionario puede dar respuesta a las necesidades que hay, pero hay otros donde no da respuesta y hay que explorar otras vías.

Pero, más que determinar cuál es la fórmula de gestión ideal (personal laboral, estatutario o funcionario), la cuestión es saber si esa fórmula de gestión de personal permite poner encima de la mesa incentivos, facilitar la formación y permite la profesionalización del ejercicio de las funciones.

Nuestros compañeros de los servicios de salud tienen más flexibilidad que los que somos funcionarios, pero también vemos que están muy constreñidos en muchas cosas. Creo que, probablemente, no se haya llegado a desarrollar plenamente una fórmula de gestión de personal que pueda satisfacer las necesidades tan diversas y tan profesionalizadas que tiene el ámbito sanitario.

P.: Usted ha dado la cifra del número de epidemiólogos que hay en España, asumiendo la referencia de los 100.000 habitantes. Sin embargo, otros colegas -como el presidente de la SEE, Óscar Zurriaga- han insistido estos días en que la población no debe ser la referencia o, al menos, no la única para establecer la necesidad de estos profesionales. 

R.: Sí comparto esa idea plenamente. Antes de la pandemia se calcula, aunque no hay datos oficiales, que había 1,2 epidemiólogos por cada 100.000 habitantes. Durante la pandemia, en algún momento, hubo 3,8 por cada 100.000.

P.: ¿Cuál sería el número de profesionales más adecuado?

R.: No sé decirte, porque depende de las competencias que tengamos, de cómo se distribuyen esas competencias y de las características de la población a vigilar. Porque no es lo mismo que las competencias tengan que desarrollarse en parte por los servicios de salud, en parte por los departamentos, porque, entonces, igual parte de las vigilancias se puede hacer desde atención primaria o desde el ámbito hospitalario o todo debe recaer en un solo equipo. En cuyo caso, obviamente, se deberá incrementar el número de personas que formen parte de ese equipo.

Dependerá del modelo de vigilancia que queramos desarrollar en el futuro. Ahí una de las piezas claves es la legislación, que establezca a las bases conceptuales de a qué debemos responder y, una vez que sepamos a qué debemos responder, la siguiente pregunta sería a quién debe responder esas demandas que llevan tiempo dándose: enfermedades transmisibles, riesgos ambientales, las enfermedades emergentes, las alertas...

Pero esa legislación tiene que ir acompañada de estrategias, de compromiso político y sobre todo y lo más relevante de compromiso presupuestario. La  legislación es la primera piedra en el camino, pero no es la única que hace falta para poder tener un itinerario transitable.

P.: La pandemia ha puesto en el centro, que nunca había estado, a la Epidemiología. ¿Habéis vuelto a la etapa pre pandemia ?

R.: Pues, me gustaría decir que estamos en un lugar mejor, pero la verdad es que no lo tengo, claro, porque el trabajo ha aumentado y es un trabajo cada vez más complejo.

 

Pello Latasa, responsable de vigilancia en salud pública de la Dirección de Salud Pública y Adicciones del Gobierno Vasco, explica la situación de esta disciplina. Off Soledad Valle. Oporto (Portugal) Off

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