domingo, 1 de septiembre de 2024

‘Un viaje a la inmortalidad’ de la mano de las células HeLa

Oncología
soniamoreno
Dom, 01/09/2024 - 08:00
Ensayo

El legado de Henrietta Lacks ha sido un tesoro único para la medicina, aunque esta mujer afroamericana falleciera -de cáncer de cérvix a los 31 años- sin saberlo. Sus células cancerosas, llamadas HeLa, fueron extraídas sin su conocimiento ni consentimiento en 1951 y se descubrió que eran inmortales, es decir, que se dividían indefinidamente; hoy, 73 años después, lo siguen haciendo.

De esta historia parte Un viaje hacia la inmortalidad: lo que hemos aprendido del cáncer de cérvix, el nuevo libro del profesor Eduardo Díaz-Rubio, oncólogo médico, presidente de la Real Academia Nacional de Medicina de España (RANME) y presidente del Instituto de España “Gracias al cultivo de las células HeLa, se desarrollaron las vacunas para la poliomielitis y el virus del papiloma humano, ha sido posible el desarrollo de los anticuerpos monoclonales para tratar el cáncer de mama, las leucemias o el párkinson; las células HeLa también sirvieron para la fecundación in vitro, la clonación y hasta han sido utilizadas para conocer la capacidad infecciosa del virus SARS-COV-2 productor de la covid-19”, relata este académico.

El caso de esta paciente le sirve de hilo conductor para abordar, en un entretenido ensayo, aspectos no tan conocidos que se esconden detrás de grandes innovaciones científicas y progresos médicos acaecidos, entre otros, en el campo de la clonación, la reprogramación celular y el envejecimiento.

Pregunta.

En su ensayo Un viaje hacia la inmortalidad, explica cómo la inmortalidad de las células HeLa procede de la integración de ciertos oncogenes del virus VPH. ¿Es un fenómeno único o hay más ejemplos de inmortalidad biológica?

Respuesta.

La inmortalidad de las células HeLa es un ejemplo único de células consideradas inmortales que se han obtenido del ser humano, aunque para ser exactos debemos esperar, ya que tan solo llevan 73 años con nosotros. Hay otras líneas celulares tumorales que son consideradas inmortales, aunque en sentido estricto deberíamos decir que crecen de manera indefinida hasta el momento. En todo caso ninguna línea celular establecida es tan potente como las células HeLa. Por último, como especie tan solo se conoce una, la medusa (dohrnii) que cuando llega a adulta se transforma en pólipo, repitiéndose este fenómeno de manera sistemática.

P.

Desde un punto de vista científico, ¿es factible que de alguna manera se pueda alcanzar la inmortalidad? ¿Y en su opinión?

R.

Biológicamente tenemos un ejemplo, pero eso es poco. Hay que distinguir entre inmortalidad biológica celular y la inmortalidad de un ser, ya que las células en un cuerpo están sujetas a regulaciones y límites naturales. Por eso la inmortalidad más allá de una célula aislada no existe como tal.

P.

A lo largo del libro se centra en algunas pacientes de cáncer de cérvix famosas y reflexiona sobre el precio que pueden pagar los enfermos por el desconocimiento y la ignorancia. En la época del dr. Google, en nuestra sociedad, ¿cree que también se desaprovechan los avances médicos disponibles?

R.

Aún hoy en día, en plena sociedad de la información, hay muchas personas que no tienen acceso a los avances médicos. Pensemos en el tercer mundo, en las aldeas, donde no solo hay desconocimiento por parte de la población general, sino que tampoco hay medios al alcance. Allí no hay un test Papanicolau disponible, ni hay vacunas. Por eso el cáncer de cérvix en esas poblaciones es muy frecuente y genera una alta mortalidad. En nuestro medio, en los países desarrollados la situación ha cambiado enormemente, pero aún hay sectores desfavorecidos que debemos atender y poblaciones de alto riesgo que no saben que lo son. En definitiva, hay mucho trabajo por hacer, no ya en el tercer mundo, sino también en nuestro medio.

"En oncología, el paciente que está en un ensayo clínico tiene las oportunidades de beneficiarse del mejor tratamiento posible"

P.

En varios capítulos toca el tema de la ética en relación a los ensayos. Su campo, la Oncología Médica, es una de las especialidades donde más se ha avanzado gracias a ellos, pero, desde el punto de vista del paciente, ¿cómo se equilibra el gran valor de esta forma de investigación científica con un beneficio individual que puede ser de unos pocos meses más de vida?

R.

Efectivamente en nuestra sociedad, en nuestros hospitales, la medicina en la investigación clínica es de una altísima calidad, con unas normas y reglas que garantizan el respeto a los principios éticos. En mi opinión en oncología, el paciente que está dentro de un ensayo clínico tiene las oportunidades de beneficiarse del mejor tratamiento posible, aun cuando aún no esté aprobado. Esta cultura ha calado y ya son muchos los pacientes que lo buscan. Otra cosa son los resultados que indudablemente pueden ser muy buenos, pero también en otras ocasiones de escasa magnitud o incluso negativos. Muchas veces es impredecible, pero es la única manera en que la medicina oncológica puede progresar. De los resultados de un ensayo clínico depende que un determinado fármaco siga para adelante o se retire. Estamos en biología y aquí no hay leyes universales y menos aún en el campo de la investigación clínica.

P.

¿Por qué cree que España es líder, a nivel internacional, en estudios clínicos?

R.

La Oncología Médica en España es de una altísima calidad y eso se debe a que durante los últimos 40 años se ha hecho un esfuerzo extraordinario en los grupos cooperativos de cáncer en lo que se integran prácticamente la totalidad de los hospitales españoles. Una iniciativa de los propios oncólogos médicos que ha permitido que participemos en miles de ensayos clínicos, donde los promotores han constatado que España genera unos datos de excelencia y por ello dentro de Europa es el país que más eligen. Nos lo hemos ganado a pulso gracias a también a una formación MIR, que es ejemplo, y a la existencia de fundaciones en los hospitales que lo fomentan. No obstante, no hay que olvidar que a nivel asistencial hay muchas cosas aún por mejorar en el campo de la oncología médica más allá de los ensayos clínicos.

Inmortales y mutantes, Henrietta Lacks y las células HeLa, Uñas, tumores, sangre o heces: un tesoro biológico para hallar nuevos fármacos
P. El reverso de los ensayos y su aportación es caer en el "todo vale", sin consideración de la ética, como muestran los experimentos execrables (
El profesor Díaz-Rubio, presidente de la RANME, parte de la historia de Henrietta Lacks para mostrar, en su nuevo libro, la ‘trastienda’ del progreso médico. Off Sonia Moreno Investigación Off

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