EL BLOG DE CEESS: El riesgo de desnutrición en pacientes con Covid-19 sobrevuela incluso entre los no ingresados

cristinareal

Sáb, 25/07/2020 - 11:00

Con la colaboración de Nestlé Health Science

Una enfermera ante la cama de un paciente en la UCI. — La mitad de los pacientes hospitalizados con Covid-19 presentan disfagia tras su paso por las Unidades de Cuidados Intensivos.

Cuentan quienes han vivido la pandemia de coronavirus en primera línea de atención médica que conocían los efectos negativos de las infecciones sobre la nutrición, pero que la Covid-19 les ha sorprendido por su “espectacular agresividad” en ese aspecto. “Hemos visto casos de desnutrición muy severos instaurados en muy poco tiempo”, alerta Carmen Gómez Candela, jefe de la Unidad de Nutrición Clínica y Dietética del Hospital Universitario La Paz de Madrid.

El riesgo de desnutrición ha sobrevolado por todos los contagiados por el virus -“incluso aquellos que no han necesitado hospitalización han perdido fácilmente 8-10 kilos”-, pero ha sido especialmente grave en los pacientes que han precisado hospitalización. A éstos, la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) los ha considerado “pacientes de alto riesgo nutricional” por el aumento de los requerimientos derivados de la situación inflamatoria aguda grave y por la dificultad para cubrirlos por la pérdida de apetito y por las dificultades en la alimentación, ya que, por ejemplo, según los datos disponibles la mitad de los pacientes hospitalizados con Covid-19 presentaban disfagia tras su paso por las Unidades de Cuidados Intensivos.

“Los pacientes hospitalizados suelen estar más graves, y tienen mayores requerimientos nutricionales, a lo que se añaden los factores asociados a la desnutrición hospitalaria como el ayuno prolongado por pruebas, la palatabilidad alterada o los cambios que hubo que realizar en la hostelería hospitalaria por la pandemia”, sostiene Francisco Pita, miembro del área de Nutrición de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), quien añade que en el caso de los pacientes que han estado en una unidad de críticos como la UCI, el impacto negativo se asocia con la estancia prolongada y el aumento de los requerimientos: “Es un grupo de pacientes en el que el síndrome de debilidad adquirida de la UCI está muy presente. Los pacientes pierden peso y masa muscular, precisando un tratamiento nutricional y rehabilitador intensivo incluso durante varias semanas después de su alta en UCI”.

Como explican los expertos consultados, la desnutrición empeora “siempre” el pronóstico de los pacientes y éste ha sido un caballo de batalla especialmente importante en el caso de pacientes con patologías previas como la diabetes, la obesidad, la fragilidad o la pluripatología. “Hablamos de pacientes que ya tienen un riesgo importante de desnutrición por sus propias enfermedades de base y que en muchos casos han llegado ya desnutridos al hospital. La complicación, por tanto, viene no solo por el diagnóstico de Covid-19, sino también por las desnutriciones previas que arrastraban”, comenta Gómez Candela. La responsable del Hospital La Paz explica que la diabetes, además, ha actuado como factor de riesgo para la infección ya que se ha comprobado que los diabéticos han tenido más propensión a enfermar y peores respuestas al tratamiento: “Ha sido difícil controlar las glucemias, en parte por los fármacos, y han requerido un tratamiento con suplementos especiales para diabéticos y un mayor seguimiento”. <h2>La importancia de instaurar el tratamiento nutricional de forma precoz</h2> Según datos del reciente estudio Effort publicado por <a href="https://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736(18)32776-4/fulltext" target="_blank">The Lancet</a>, una atención nutricional adecuada y precoz en pacientes hospitalizados puede reducir la mortalidad de los mismos en un 35% y su mala evolución clínica en un 21%. Estos datos, según los autores de la investigación, avalarían “firmemente” el concepto de cribado y evaluación nutricional en el momento del ingreso hospitalario y la introducción inmediata de soporte nutricional individualizado en el caso de los pacientes de riesgo. En ese mismo sentido se posicionaba el manifiesto de la <a href="https://www.fesemi.org/manifiesto-de-la-alianza-masnutridos-sobre-el-abordaje-de-la-desnutricion-relacionada-con-la" target="_blank">Alianza másnutridos sobre el Abordaje de la Desnutrición Relacionada con la Enfermedad en pacientes con Covid-19</a>, que recoge que “la valoración y la intervención nutricional deben integrarse en el manejo del paciente con Covid-19, tanto en la fase aguda de enfermedad, como en la fase de seguimiento posterior” y recomendaba la realización “del cribado y la valoración nutricional a todos los pacientes adultos con Covid-19, tanto ambulatorios como hospitalizados”. La nutrición, señala Pita, es un pilar “esencial” en el manejo de la Covid-19. Desde la SEEN, precisamente, se informó que los pacientes hospitalizados a causa del virus tenían unos requerimientos nutricionales estimados de 25-30 Kcal/Kg de peso y 1,5 g proteínas/kg/día. Para cubrirlos, esta sociedad recomienda desde el ingreso del paciente la instauración de una dieta de alta densidad nutricional y que se valore la posibilidad de añadir un suplemento hipercalórico e hiperproteico en 2 o 3 tomas al día (a ajustar según el estado del paciente), que aporte al menos 18 gramos de proteínas por toma. “En caso de no alcanzar los requerimientos, se plantea la nutrición enteral mediante sonda nasogástrica, llegando a emplear la nutrición parenteral en caso de no poder alcanzar requerimientos por vía digestiva”, añade Pita. <h2>Suplementación inmediata</h2> Asegura Gómez Candela que en La Paz todo paciente ingresado con diagnóstico Covid-19 era automáticamente suplementado; y añade que en el centro hospitalario no han dudado en utilizar todo el arsenal que tenían disponible a nivel nutricional (modificaciones en dieta, modificaciones por módulos de alimentos, suplementación, nutrición por sonda y nutrición parenteral) para hacer frente a la pandemia. “La estrategia ha sido usarlo casi todas estas herramientas a la vez en función de la evolución de los pacientes, ya que cada día nos íbamos adaptando a sus necesidades”, argumenta antes de concluir que “lo fundamental” ha sido nutrir al paciente “de forma muy exquisita y precoz” antes de que éste llegara a desnutrirse: “Si esperábamos a que perdieran peso o a que no pudiesen tragar ya llegábamos tarde”.

Por el aumento de los requerimientos derivados de la situación inflamatoria y la dificultad para cubrirlos por las dificultades en la alimentación. Off Adrián Cordellat Medicina Interna Off

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sábado, 25 de julio de 2020

El riesgo de desnutrición en pacientes con Covid-19 sobrevuela incluso entre los no ingresados

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