sábado, 1 de agosto de 2020

Probando la orina dulce

Fernando Navarro
Fernando Navarro
Sáb, 01/08/2020 - 12:22
Firma invitada
diabetes orina dulce
La uroscopia como método diagnóstico.

La primera referencia al sabor dulce de la orina de los diabéticos la hallamos en el Ayurveda de Sushruta, en el año 400 a.C. Los médicos árabes medievales Rhazés y Avicena, al igual que los antiguos hindúes, conocían el sabor de la orina en la diabetes. En concreto Abú Alí al-Husayn ibn Abd Ulla Ibn Siná, más conocido en Occidente como Avicena, un gran defensor de la uroscopia, evaporó la orina de un diabético y observó que dejaba unos residuos con sabor a miel, consignando sus observaciones en el tercero de los cinco libros de su célebre Canon.

Pero el apellido mellitus o el genitivo latino melliti, que significa ‘azucarada’ o ‘de azúcar’, se atribuye a sir Thomas Willis (1621-1675), que fue médico del rey Carlos II de Inglaterra y que en 1674 probó por tercera o cuarta vez en la historia la orina de un diabético, atribuyendo su sabor característico no al azúcar, sino a que la sangre se descompone y aparece un contraste entre la sal y los ácidos azufrados. Concluye que el origen de la enfermedad se halla en la sangre. Repasemos a continuación los detalles de la hazaña de este galeno, apodado «El Hipócrates inglés». Era una tarde fría de abril del año 1674 cuando salió de su domicilio para visitar a un paciente. Al cabo de unos minutos de ir caminando llegó junto al enfermo, al que reconoció, y cuando estaba a punto de abandonar el dormitorio de aquél le llamó la atención el hecho de que un par de moscas estaban revoloteando en torno a la copa de orina del encamado. Tras coger el recipiente con las manos y observarlo al trasluz bebió una pequeña cantidad del líquido, comprobando que era su dulzor el que había atraído a los dípteros. En los meses que siguieron al evento Willis se dedicó a probar la orina de sus clientes, llegando a la conclusión de que sólo percibía un sabor dulce si eran diabéticos. Retomando literalmente las palabras de Willis: «Es necesario probar la orina del paciente. Es tan dulce como la miel. El paciente se debilitará, se dormirá y morirá».

El Nobel de Literatura Camilo José Cela, que inició la carrera de medicina, sin lograr acabarla, en su obra Judíos, moros y cristianos relataba así una experiencia con cierto parecido: «En la plaza, un viejo está sentado al sol con la bragueta llena de moscas. El vagabundo que por ser de todo, hasta probó, sin buenos resultados, a hacerse médico, recuerda que don Florito, un auxiliar de la Facultad de Medicina de la Universidad de Santiago de Compostela, solía decir: “si ven ustedes un viejo sentado al sol y con moscas en la bragueta, ya se sabe: diabetes”».

Roberto Pelta

En palabras del médico inglés Thomas Willis, "la orina del paciente diabético es tan dulce como la miel". Off Roberto Pelta Off

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