viernes, 27 de noviembre de 2020

La innovación en los 'potitos' es sinónimo de diversidad y salud

Autocuidado
carmentorrente
Sáb, 28/11/2020 - 00:00
Nutrición infantil
Existe una gran innovación ligada a los potitos.
Existe una gran innovación ligada a los potitos.

Los purés infantiles ya preparados (los potitos) han sido y son un recurso muy utilizado por padres y madres para alimentar a sus hijos, generalmente de modo ocasional, por la comodidad y la facilidad de su elaboración y su ingesta, sobre todo en las primeras etapas de introducción de la alimentación complementaria.

Su composición y sus texturas, al igual que los procesos de innovación en el sector, han ido siempre acordes a las modificaciones de los gustos y tendencias alimentarias de los consumidores, así como en consonancia a la nueva evidencia científica y a las recomendaciones de las autoridades sanitarias y de las sociedades científicas. 

Asimismo, han seguido la estela, como señala José Manuel Moreno Villares, coordinador del Comité de Nutrición y Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría (AEP), de lo estipulado por la legislación de los alimentos triturados para lactantes y niños de corta edad, que, en su última modificación, fechada el 2 de abril de 2004, estipulaba que “los alimentos elaborados a base de cereales y los alimentos infantiles se fabricarán con ingredientes cuya adecuación a la alimentación especial de los lactantes y niños de corta edad haya sido determinada mediante datos científicos generalmente aceptados”.

En los últimos años, como no podía ser de otra forma, esa innovación con base científica, según Moreno Villares, ha pasado por el acercamiento a fórmulas cada vez más saludables, con menos contenido en sal y azúcares y por el aumento del contenido en fibra de muchos de estos productos. “El contenido en sal de los potitos infantiles es bajo por regla general, aunque, dependiendo de la variedad de triturado al que se haga referencia, esa cantidad puede ser ligeramente superior a su homólogo realizado de forma casera, pero siempre dentro de las limitaciones que marca la ley para este tipo de productos, fijadas como máximo en 200 miligramos de sal por cada 100 gramos de producto”, explica el pediatra. “En todo caso –reconoce–  hay campo para la mejora”, algo en lo que ya están centrando su atención varios productores, que están reformulando la composición de sus preparados.

El otro gran caballo de batalla es el azúcar. En ese sentido, Margot Roig Marin-Yaseli, vocal del Colegio de Farmacéuticos de Zaragoza (COFZ), señala la importancia de diferenciar entre los dos tipos de azúcares generalmente presentes en los alimentos preparados infantiles: por un lado, los azúcares añadidos para endulzar, sobre todo glucosa, y por otro, los azúcares naturalmente presentes en las frutas (fructosa, sacarosa y glucosa). “En los potitos que se comercializan en la farmacia apenas hay azúcares añadidos; los azúcares presentes son los que proceden de las frutas que se han empleado para la preparación. En ese aspecto, podemos afirmar que a día de hoy los potitos son un alimento para bebés más saludables que los de hace unas décadas”, afirma.

Una opinión que corrobora Moreno Villares, que recuerda que la legislación vigente en la materia, que se encuentra ahora en periodo de revisión en la Unión Europea, solo determinaba un rango de contenido de hidratos de carbono (no superior a 20 gramos por cada 100 gramos en el caso de los platos exclusivamente de fruta y a 25 g por cada 100 para los postres y las cremas), pero sin especificar el contenido en azúcares libres. “Siguiendo la recomendación de las autoridades sanitarias para la alimentación de niños pequeños, el contenido en azúcares añadidos debería ser cero y se debería limitar en la medida de lo posible el de azúcares libre. En esa línea se han movido las principales modificaciones, aunque es cierto que en los triturados de fruta es muy difícil disminuir el contenido en azúcares libres, ya que forman parte del ingrediente principal, la fruta”, argumenta.

Nuevos sabores y texturas

De forma secundaria a estas innovaciones en materia de salud alimentaria, las otras novedades en el mercado de los potitos, según el coordinador del Comité de Nutrición y Lactancia Materna de la AEP, “han supuesto la incorporación de nuevos sabores y texturas diferentes y la aparición de una línea de productos ecológicos, atendiendo a la procedencia de su materia prima”.

“Ahora hay una gran diversidad de sabores. Hemos pasado del clásico pollo con arroz para comer, la manzana de postre y la combinación naranja-plátano-galleta para merendar a verduras de la huerta con pavo ecológico o a mezclas como mango-manzana-kiwi. Es más, algunas marcas ya se han atrevido a introducir alimentos menos reconocidos por el público infantil, como el brécol o los guisantes, que es una manera perfecta de empezar con las legumbres, ya que hay que recordar que los guisantes, pese a ser verdes, son legumbres, no verdura”, argumenta Roig Marin-Yaseli.

El pediatra traslada ese enriquecimiento en la diversidad de sabores a cifras. Según sus datos, existen hasta 150 productos distintos si se habla de potitos elaborados únicamente a base de frutas; unos 50, de frutas y cereales; otros 50 de verduras, legumbres y pasta; más de cien de verduras y carne o pollo, y 25 variedades de los elaborados con pescado. “La diversidad en combinaciones de ingredientes y de sabores y texturas ha ido creciendo acorde a las modificaciones de los gustos de los consumidores”, añade el experto.

Consejos para elegir potito

Explica Roig Marin-Yaseli que la mayor preocupación de los padres a la hora de comprar un producto de estas características está relacionada, precisamente, con  las innovaciones llevadas a cabo en la industria: que no contenga azúcares añadidos ni aceite de palma

Sin embargo, el mayor motivo de consulta en las oficinas de farmacia golpea directamente a la línea de flotación de los potitos, ya que hace referencia al interés creciente de padres y madres por el Baby Led Weaning (BLW), un método debatido de introducción a la alimentación complementaria que destierra los triturados y aboga por la introducción de alimentos sólidos, de tal manera que los bebés puedan comer de forma autónoma con sus propias manos.

“Cada vez vienen más padres preguntando por la introducción paulatina de alimentos a través de la técnica del BLW y con dudas sobre cuál es el posible riesgo de atragantamiento. Desde la farmacia les asesoramos en la introducción de alimentos, en las formas de preparado (cocción, vapor, horneado) y en el tamaño recomendado de los trocitos para que los pequeños puedan cogerlos con sus manos, interactuar e ingerir”.

Ese mayor conocimiento, información y preocupación de los progenitores también lo observa Moreno Villares en la consulta de Pediatría, aunque reconoce que todo ese conocimiento “no siempre se aplica luego coherentemente en la práctica”. En su opinión, los padres suelen mostrar más preocupación por estos temas “en las edades más tempranas y en mayor medida con el primer hijo que con los sucesivos”. También, cree que hay grandes variaciones en función del nivel educativo y socioeconómico de los padres: “A mayor nivel, mayor preocupación”.

En cuanto a dónde comprar estos artículos, el vocal de la AEP considera que no hay grandes diferencias en función del lugar de compra (farmacia o supermercado), sino que las distinciones se dan más en función del fabricante o, incluso, dentro de la misma marca, en función de la gama escogida. La diferencia la marca, según Margot Roig Marin-Yaseli, “el asesoramiento que se va a dar en la farmacia”. 

En ese sentido, a la hora de elegir un potito, destaca en primera instancia la importancia de tener en cuenta la edad del niño, las posibles alergias o intolerancias alimentarias o las preferencias del menor. En segundo lugar, considera fundamental orientar en las raciones de pescado y carne recomendadas para la población infantil. “En España hay un gran consumo de carne respecto al pescado en la población infantil, por lo que desde la farmacia se les debe recordar que, según las guías alimentarias de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria, se recomienda ingerir el mismo número de raciones de pescado que de carne a la semana, sin olvidar el consumo de legumbres, verduras y frutas”.

Moreno Villares, por su parte, aconseja a los padres buscar los triturados que mejor encajen con el modelo de alimentación de la familia y, a igualdad de tipo de producto, elegir “el que contenga menos sal y menos azúcares libres, así como idealmente aquel que no lleve azúcares añadidos”. 

Por último, señala que los progenitores no deben tener sentimiento de culpa por elegir los potitos como forma de alimentación de sus bebés, ya que éstos “son herramientas que pretenden facilitar” la vida de las familias con hijos pequeños. “Lo importante son los patrones de alimentación y no tanto las herramientas”, concluye.

¿Y si la traición fuese lo novedoso?

En un contexto de creciente preocupación por la alimentación y de una mayor apertura a los alimentos de origen ecológico, Lola Zozaya y Alfredo de Lara crearon en 2017 Yammy, la primera empresa española en ofrecer potitos infantiles 100% ecológicos y cocinados de forma artesanal.

La innovación que Yammy ha aportado al mercado de los potitos se sustenta en tres pilares: 

  • El uso de ingredientes cien por cien ecológicos y naturales.
  • La apuesta por recetas innovadoras, compuestas por ingredientes poco habituales en las combinaciones infantiles, como el aguacate, la quinoa, los arándanos, el brécol, la batata, la remolacha o el mango.
  • Un regreso a las formas tradiciones y artesanales de cocinado.

Y es que, a diferencia de lo que venía siendo habitual en el sector -el envasado en crudo y el cocinado del producto en el tarro en un proceso totalmente industrializado-, en Yammy apuestan por un proceso de cocinado artesanal, como el que se podría realizar en cualquier domicilio, con la única diferencia de que ellos utilizan ollas de 400 kilos. “Guisamos con su chup chup, por ollas, guisando y cociendo los ingredientes lentamente, como los haríamos en nuestra casa”, explica Alfredo de Lara.

Una vez guisados los ingredientes, éstos son triturados con una batidora para lograr una textura natural y de apariencia y sabor absolutamente caseros con el objetivo de que el bebé “aprenda a diferenciar texturas y sabores naturales, que haga una predigestión en boca y aprenda a salivar y tragar, evitando futuros posibles atragantamientos y rechazos cuando queramos darle un sólido”.

Los esfuerzos innovadores del sector de la industria alimentaria infantil suponen el lanzamiento de purés infantiles con menos sal y azúcar y que sorprenden con nuevos sabores. Off Adrián Cordellat Autocuidado Autocuidado Pediatría Autocuidado Off

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