La inminente puesta en marcha de la vacunación contra el virus SARS-CoV-2 se llevará a cabo en los Centro de Salud de Atención Primaria ha despertado entre los profesionales de los citados centros preocupación ante lo que dicha actividad puede suponer en la atención habitual a la población.
Por este motivo, las sociedades científicas Asociación de Enfermería Comunitaria (AEC), Federación de Asociaciones de Enfermería Comunitaria y Atención Primaria (Faecap) y Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (Semfyc), han trasladado a las administraciones públicas, autonómicas y estatales, esta preocupación ante un proceso tan complejo, por su logística y volumen de población a vacunar, pues entienden que “para garantizar la atención que precisa se requieren equipos específicos y en horarios claramente diferenciados de los que habitual y diariamente atienden a la población en los Centros de Salud”.
A su juicio, el solapamiento de las actividades, además del riesgo que en esta situación comportaría, “supondría evidentes inconvenientes y problemas para poder atender adecuadamente las demandas de salud de la población, lo que, sin duda, repercutiría de manera muy negativa en la organización de los equipos y en la calidad de la atención prestada por unos equipos ya de por si saturados”, señalan.
Las citadas sociedades han realizado una propuesta de vacunación covid en Atención Primaria de Salud en la que, al menos, dada la magnitud e importancia del proceso, se deben tener en cuenta dos aspectos fundamentales.
Seguir garantizando la calidad asistencial
En primer término, la necesidad de llevar a cabo una amplia cobertura, en el menor tiempo posible y con las máximas garantías exigibles requiere de una gestión y seguimiento específicos y al margen de la atención que requieren las personas, las familias y la comunidad de cada Zona Básica de Salud. Para ello sería necesaria la diferenciación de horarios y espacios que evitasen interferencias con la actividad habitual de los equipos, mediante la organización de horarios específicos para la vacunación por parte de equipos igualmente específicos, o en horarios al margen de su actividad laboral habitual, si se tratase de los mismos profesionales que forman parte de los equipos del centro de salud, siendo los responsables de todo el proceso.
Según José Ramón Martínez Riera, presidente de la Asociación de Enfermería Comunitaria (AEC), la propuesta no es acortar el horario, sino complementarlo. “El número de horas se deben planificar en función de la demanda u oferta de vacunas a administrar".
En su opinión, para dar cobertura a la vacunación hará falta aumentar el número de enfermeros actual, “que dependerá de los horarios de vacunación, el número previsto de vacunas a administrar, los espacios disponibles, la posibilidad de tener que hacer la vacunación en domicilios o residencias, por ejemplo”.
En lo que se refiere a la logística, las sociedades firmantes consideran que se deberá asegurar la adecuada distribución de las vacunas, su almacenamiento, el mantenimiento de la cadena de frío y la necesidad de separar la organización y administración de la vacuna del circuito ordinario de atención a las personas que acuden a los centros de salud o de las que se atienden en su domicilio o en la comunidad.
Evaluación controlada de cada vacunado
Es también fundamental llevar a cabo una evaluación individualizada de cada persona vacunada: si está indicada o no, si presenta contraindicaciones, si tras la administración presenta efectos adversos y la conveniencia de hacer seguimiento. Para ello resulta preceptiva la presencia y dedicación plena en el proceso de enfermeras, médicos y apoyo administrativo.
La necesidad de llevar a cabo una amplia cobertura, en el menor tiempo posible y con las máximas garantías exigibles requiere de una gestión y seguimiento específicos y al margen de la atención que requieren las personas, las familias y la comunidad de cada Zona Básica de Salud.
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