lunes, 30 de agosto de 2021

Entrevista a Leticia Arcos: traducción y circulación del conocimiento médico entre lenguas (y II)

Fernando Navarro
Fernando Navarro
Lun, 30/08/2021 - 14:29
Firma invitada
Leticia Arcos
Leticia Arcos, traductora e intérprete de Laboratorios Normon.

Diario Médico: En traducción, los errores son muy llamativos, llaman enseguida la atención, mientras que los aciertos, que son mucho más numerosos, pasan, por lo general, inadvertidos. ¿Cómo lo ves tú?

Ese es el sentir general: normalmente, los traductores y los intérpretes, para nuestra desgracia, copamos los titulares cuando ocurre algo clama al cielo. Parece que la prensa solo se acuerda de nosotros cuando hay una metedura de pata. Por eso, me parece que hay que visibilizar la importancia de la traducción desde un punto de vista positivo, desde la perspectiva de la utilidad que tiene para establecer sinergias entre diferentes disciplinas y de cómo actúa como engranaje al servicio de la comunidad científica y del público general.

DM: Desde la perspectiva del laboratorio, ¿tienes esa impresión también? ¿Ha habido algún error de traducción científico-técnica que haya tenido consecuencias graves?

No. Esto no quiere decir que no nos equivoquemos, pues somos humanos y todos cometemos errores, pero nunca ha ocurrido en la fase final. Es decir, no ha habido ningún error de traducción que haya llegado a la calle y haya podido poner en peligro la vida de ningún paciente. En ese sentido, me gustaría trasladar un mensaje de tranquilidad, pues contamos con unos procedimientos normalizados de trabajo muy robustos, y con un flujo de revisión y un circuito de aprobación muy consolidados, y esto supone garantía de calidad y éxito siempre.

DM: Según el mito bíblico de la torre de Babel, la multiplicidad de lenguas fue un castigo divino. Como lingüista profesional, ¿qué crees que es mejor? ¿Una sola lengua para comunicarnos sin trabas en todo el mundo? ¿Un puñado solo de grandes lenguas internacionales? ¿Miles o millones de lenguas, cada vez más y más, para hacer florecer la linguodiversidad planetaria y que los gobiernos contraten más funcionarios traductores?

Creo que la respuesta es obvia: multiplicidad de lenguas. Para mí, la diversidad lingüística no es un castigo, sino una bendición, y no solo porque me dedique a la traducción profesionalmente, sino porque considero que esa pluralidad es sinónimo de riqueza. Las lenguas representan culturas, así que, en ese sentido, el multilingüismo promueve la tolerancia.

No obstante, sí encuentro muy útil que haya un puñado de grandes lenguas vehiculares, y, por supuesto, considero que el español tiene que ser una de ellas, ya que es de las más habladas a nivel mundial. De todos modos, cuando me refiero al español, me parece importante destacar que no me limito al español peninsular, ni siquiera al español de España. En el caso de la Unión Europea, no hay margen de dudas, pues España es el único país en el que el español es lengua oficial, pero, hay otros organismos internacionales en los que el español también es idioma oficial, como las Naciones Unidas, la OMC en el ámbito de las transacciones o el Bachillerato Internacional en el campo educativo, y, sin embargo, se trata de un español «neutro», que podría calificarse como «apátrida» incluso, así que no caigamos en el error de pensar que nuestra variante es la que se ha impuesto.

Sobre la cuestión de que los gobiernos contraten a más funcionarios traductores, me parece muy buena oportunidad para poner en valor nuestro papel en la Administración. En mi opinión, se debería tener mayor consideración que la que se tiene con los traductores e intérpretes en los servicios públicos, reconociendo su labor y reforzando esa parte de la plantilla. Y, desde aquí, aprovecho para tener unas palabras de recuerdo y agradecimiento hacia los traductores e intérpretes médico-sanitarios que trabajan en los servicios de urgencias de los hospitales y en cualquier centro sociosanitario en general, pues ellos también han sido héroes en esta pandemia y en las crisis migratorias, aunque no lleven un fonendo colgando o no vistan una bata.

DM: ¿Qué opinas sobre la idea de dejar de hablar y que sean las máquinas las que se comuniquen en nuestro lugar?

El lenguaje es algo que nos define a los humanos, que nos sirve para entendernos, y el entendimiento acorta distancias, da confianza y hasta crea intimidad, así que la idea de que las máquinas nos reemplacen no la visualizo. Creo que, para que la comunicación sea efectiva, hay que hablar con claridad, esto es, echando mano de todos los recursos que tenemos para trasladar nuestros mensajes, desde el lenguaje corporal hasta la entonación, la ironía, etc., y a las máquinas no las veo todavía tan entrenadas como para despejar todos los dobles sentidos, decodificar los gestos o, incluso, las emociones y los silencios, pues hay silencios que también son muy elocuentes.

En mi opinión, es mejor que la comunicación se dé entre personas, directamente entre el emisor y el receptor, o a través de un traductor-intérprete, quien no deja de ser el alter ego del emisor en el idioma y la cultura del receptor.

DM: Hablando de máquinas, ¿cómo prevés que sigan transformado las revoluciones informática e internética la profesión del traductor científico-técnico en un futuro próximo?

La verdad, no me imagino la traducción sin la ayuda de la tecnología como aliada. Esa imagen «romántica» de San Jerónimo traduciendo sobre un papiro con la pluma y el tintero está en las antípodas de lo ha sido mi contacto con la traducción desde el primer día en que puse un pie en la Facultad. Cuando yo estudié la carrera, ya existían las herramientas de traducción asistida por ordenador, la traducción automática, las herramientas de explotación de corpus lingüísticos, etc. Estaba todo inventado, así que no concibo mi día a día sin todos los recursos informáticos que nos optimizan el trabajo para ser más productivos.

De cara al futuro, creo que la inteligencia artificial y el big data se van a desarrollar todavía más, pero no al nivel de reemplazarnos a los traductores, precisamente, por lo que comentábamos antes de que las máquinas no captan los dobles sentidos, los juegos de palabras, etc.

Surgirán perfiles profesionales nuevos relacionados con la programación, el entrenamiento de motores y todo ese campo emergente de la tradumática y la revolución digital, y esos perfiles se demandarán cada vez más, pero no considero que debamos tener miedo. Simplemente, tendremos que incorporar habilidades nuevas como ha ocurrido con la posedición.

DM: Por último, como alumna egresada de tres facultades de traducción, ¿qué es para ti la traducción? ¿Qué es traducir exactamente?

En resumen, diría que es mi vida porque es el motor que me ha llevado a mudarme a diferentes ciudades, con todo lo que ello aporta a la experiencia vital de uno, y es mi profesión, pero también es mi pasión.

Aparte, ya sin personalizar tanto, también me gusta comparar la traducción con un medicamento genérico, pues las dos cosas se basan en el concepto de equivalencia: en el caso de la traducción, me refiero a la equivalencia entre el texto origen y el texto meta, y entre las culturas de partida y de llegada; y en el caso del medicamento genérico, en el estudio de bioequivalencia respecto al medicamento innovador. Además, en cuanto su fin último, ambas cosas aspiran a que ese producto llegue a un público mayor. Así, la traducción se ocupa de amplificar un mensaje, de modo que permite un mayor acceso a la información democratizando el conocimiento de manera que todos podamos desarrollar nuestro propio criterio, pensar con mayor libertad y tomar decisiones de forma más independiente; en otra palabras, la traducción nos empodera; por su parte, los medicamentos genéricos llevan la cura a más gente porque resultan más económicos y, por tanto, son más asequibles para la población, independientemente de su poder adquisitivo. Entonces, en conjunto, comparten el objetivo de universalizar la información y el acceso a los tratamientos sanitarios, respectivamente.

En definitiva, la traducción es una disciplina trasversal que cimenta la globalización y constituye un medio garante de los derechos humanos.

Segunda parte de la entrevista a Leticia Arcos Álvarez, traductora médica de Laboratorios Normon, con ocasión de la XV Jornada MEDES (Medicina en Español) «La circulación del conocimiento en español». Off Leticia Arcos Álvarez Off

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